Análisis de Banjo Tooie (Nintendo 64)
Grunty destroza la casa de Banjo y Kazooie mientras echaban una partida de cartas con Mumbo y Bottles, y además, mata a éste último, ahora convertido en un fantasma.
Ahora, Banjo y Kazooie tienen que detener a Gruntilda y a sus hermanas.
Nada más comenzar el juego, empezamos en Spiral Mountain después de que Grunty y sus hermanas la destrozaran con su escavadora.
Más adelante, en la aldea de los Jinjos, nos encontramos con Jingaling, el rey de los Jinjos, que nos explica lo ocurrido y nos muestra el camino hacia el maestro Jiggywiggy, el encargado de abrirnos el camino a todos los nuevos mundos si poseemos los Jiggys(las piezas de puzzle de oro) requeridos y si resolvemos un sencillo puzzle.
Todo sería muy bonito si no fuera porque pasados los 2 o 3 primeros mundos, la cosa cambia por completo, ya que pasamos de tener unos mundos de un tamaño razonable en los que es difícil perderse a tener mundos gigantescos en los que lo raro es no perderse. Y aquí no hay teletransportador que ayude, ya que los mundos aumentan en tamaño pero el número de ellos sigue siendo el mismo para todos los mundos. Además, nos volvemos a encontrar con el problema del que pecaron Banjo Kazooie y Donkey Kong 64, y ese es el que una vez recorrido todo el mundo y conseguidos todos los movimientos, notas musicales y Jiggys, siempre nos queda algo que encontrar, algo que no encontramos aunque recorramos mil veces el escenario y que solo podremos encontrar permaneciendo horas delante de la pantalla sin hacer nada que realmente merezca ese sacrificio. Lo malo, es que eso no ocurre solo con los últimos ítems, ya que en los últimos mundos no encontraremos nada a no ser que permanezcamos unas cuantas horas delante del televisor dando vueltas al mismo mundo una y otra vez, muchas veces sin éxito. Y claro, si no tenemos Jiggys no podemos avanzar al siguiente mundo, y si no avanzamos al siguiente mundo nos toca dar vueltas a los ya conocidos hasta encontrar algo y después volver a hacer lo mismo hasta que encontremos el número requerido de Jiggys.
Ahora que Bottles está muerto, el encargado de enseñarnos los nuevos movimientos será su hermano, Jamjars, que nos enseñará muchos movimientos nuevos que Banjo y Kazooie podrán realizar tanto juntos como separados, tales como poder incubar huevos con Kazooie o hacer que Banjo se meta en su propia mochila para protegerse de la lava y de otros peligros.
También podremos recoger nuevos tipos de huevos, como los huevos granada, los de hielo, o los de fuego. Además, Rare ha tenido la gran idea de incluir partes con vista subjetiva que se encargan de parodiar al mismísimo Goldeneye, con los mismos controles y con el clásico radar que tan útil era en las batallas del clásico shooter de Rare.
Ésta vez las notas musicales no son tan difíciles de encontrar ya que las recogeremos de 5 en 5,y ahora no nos servirán para avanzar por el mapeado que lleva a los próximos mundos, sino para que Jamjars nos enseñe más movimientos.
Ésta vez no será Mumbo el que se encargue de las transformaciones, ya que ahora se encargará de realizar ciertos hechizos estando bajo nuestro control. La encargada de las transformaciones es ahora Wumba, quien nos podrá transformar en cosas tan variadas como en una lavadora, en un submarino o hasta en un Tiranosaurio-Rex.
Pero ahora se nos presenta otro problema, y es que, una vez que podamos separar a Banjo y a Kazooie, siempre nos encontraremos con una zona en la que necesitemos tener a los 2 o al otro personaje, por lo que nos tocará volver a hacer todo el camino hasta el último lugar de cambio. Es algo bastante insoportable, y también suele ocurrir con las transformaciones de Wumba.
En Banjo Tooie nos encontraremos con muchísimos miniuegos con los que podremos conseguir más Jiggys. Desde el ya mencionado modo con vista subjetiva hasta el partido de fútbol maya de los Piedros, nos encontraremos con todo tipo de miniuegos.
El multijugador también forma parte importante de este apartado, ya que podremos disputar un Deathmatch con huevos y con pájaros o un original y divertidísimo concurso de preguntas. Un muy buen multijugador, aunque le falta mucho para compararse al de Perfect Dark, Smash Bros o Mario Kart.
Sin duda, un apartado que Rare ha sabido cuidar al máximo.
Todo sería perfecto si no fuera por los continuos resentimientos, los últimos Jiggys necesarios para pasar de mundo y que no encontramos y porque pasadas una horas llega a hacerse aburrido debido a que nos encontramos dando vueltas a un escenario sin nada que hacer.
En general, es un buen juego, pero le falta muchísimo para poder comparase con Banjo Kazooie, y sobre todo, con el rey Mario.