Análisis de Shadowmatic (iPhone)
Una idea sencilla, bien pensada para un tipo de interfaz concreta -en este caso, la pantalla táctil de un dispositivo iOS, como puede ser el iPhone o el iPad-, puede regalarnos un juego original, fresco y divertido. No es una regla absoluta, y de hecho, los jugadores de iOS o Android estamos acostumbrados a una mala implementación de este tipo de mecánicas táctiles, pero si se saben conjugar con ideas frescas, podemos tener juegos distintos e impensables en otros tipos de plataformas -y Threes! o Monument Valley, son dos claros ejemplos-. Shadowmatic, de Triada Studio, es el camino en el que las dos ideas adyacentes -idea original y jugabilidad táctil- se conjugan y confluyen en un mismo sentido con excelentes y adictivos resultados.
Juego de sombras
¿Quién no ha jugado nunca en su vida a proyectar sobre una pared diferentes formas y contornos? Combinando y engarzando nuestras manos delante de una linterna o una fuente de luz cualquiera, podemos crear figuras distintas, en forma de animales, monstruos y demás objetos.
Es uno de los juegos más enriquecedores, imaginativos y fascinantes de casi cualquier infancia, pues permite dar rienda suelta a la creatividad que todos llevamos dentro, de una forma bastante sencilla. Shadowmatic nace precisamente de esa premisa, y la adorna de curiosidad, retos y tintes de rompecabezas.
En Shadowmatic, el jugador tendrá que manipular objetos, piezas y trozos de diversos materiales, para que, bañados por la luz, construyan sombras de formas y aspectos reconocibles en una pared. De esta manera, deberemos ir moviendo estas esculturas abstractas, intentando localizar la forma y la figura que encierran cada una de ellas. No hay que olvidar que, en ningún momento, sabremos qué estamos formando realmente, hasta que gracias a una sombra o un contorno concreto, empecemos a dar con la solución correcta.
Shadowmatic tiene mucho de prueba, ensayo y error en su jugabilidad, en lo que nos parece una mecánica muy acertada para incitarnos a cometer errores sin penalización alguna. Sí, hay un cronómetro que mide cuánto tardamos, y sí, también hay un sistema de pistas que nos indica si estamos -o no- en el camino correcto, advirtiéndonos de si estamos cerca del ideal de figura, objeto o animal que intentamos representar mediante sombras. Pero es la libertad de manipulación de los objetos -a los que iremos rotando, moviendo de un lado a otro, subiendo y bajando- lo que la hace tan especial.
No hay que olvidar que Shadowmatic, más que una experiencia, es un juego de rompecabezas, y a veces, muy complicado. Continuamente intentará engañarnos, aportándonos piezas muy retorcidas, llenas de dobleces, pinchos y cabriolas, mientras que en otras, se desvive por añadir texturas que nos lleven a la confusión -por ejemplo, podemos tener que representar mediante sombras la figura de un elefante, y el juego añadir textura de jirafa a las piezas-. Algunas de las sombras y siluetas a conseguir son realmente complicadas, y si bien al comienzo de la app únicamente tendremos un objeto único, pronto entrarán las dos piezas en lizas, y su correcta combinación.
Shadowmatic se controla a la perfección. La interfaz táctil creada para la ocasión es muy simple -tocar la figura para manipularla, y tocar una suerte de botón virtual para cambiar nuestra interacción entre diferentes piezas-, y tanto en iPhone como en iPad, se puede jugar sin temor a lag o pérdida de espacio de ningún tipo. Además, hace un uso intensivo de los acelerómetros y giroscopios de nuestro dispositivo, permitiéndonos la posibilidad de afrontar las formas y sus sombras, desde distinta perspectiva.
Es la accesibilidad otro de sus fuertes, pues aunque el videojuego nos invita a pasar por un tutorial, casi cualquier jugador será capaz de ponerse a sus mandos sin necesidad de aclimatación excesiva. En otras palabras: incluso en los enigmas más complicados, sabremos qué hacer y de qué manera. La aplicación de Triada Studio ofrece unos setenta niveles por descifrar, más algunos secretos que podemos desbloquear.
Shadowmatic es un juego que basa casi la totalidad de su jugabilidad y mecánica de control, en los estímulos visuales. Y por ello, cuenta con uno de los apartados gráficos más sencillos pero al mismo tiempo impactantes, de la App Store. Está completamente modelado en 3D, con un inteligente uso de texturas, formas y luces, que se engarzan, combinan y adaptan de manera espectacular cuando el propio jugador se encarga de manipularlas y manejarlas. Nosotros hemos analizado el juego en un iPhone 5S y un iPad con pantalla retina de tercera generación, y en ambos, no hemos notado problemas de rendimiento -si bien en el iPhone 5S la app tardó algo menos en cargar y ofreció texturas y modelados algo más sólidos-. Shadowmatic cuenta con traducción al castellano, goza de soporte para iPad y es compatible con Game Center.
Conclusiones finales
Ya sea en un garaje, en una cueva o en el cuarto de juegos de un niño, conseguir las sombras de los objetos, juguetes, animales y piezas que encierran los puzles y formas de Shadowmatic, es un placer. Estamos ante una aplicación distinta que sabe aprovechar la naturaleza táctil y diferente de una plataforma como iOS, ofreciendo una experiencia absorbente, imaginativa y cautivadora que cualquier usuario de iPhone o iPad debería, al menos, probar.