Análisis de League of Evil (iPhone)
La sencillez es uno de los motivos por los cuales los videojuegos de antaño causan tanto furor entre los jugadores de todo el mundo. Los conceptos más clásicos suelen ser lo más adictivos, y es frecuente ver videojuegos que reúnen las bases de títulos de los noventa para adaptarlos a los nuevos tiempos y crear nuevas experiencias de juego para los usuarios que acaban de llegar. Esto es lo que ha ocurrido con League of Evil, un nuevo título de plataformas para iOS que recoge el testigo del género de plataformas de antaño y lo barniza con las posibilidades de los nuevos dispositivos de Apple. El resultado no podría ser mejor, ya que estamos ante uno de las obras más adictivas y sencillas de las plataformas de descarga digital.
La historia de League of Evil no podría ser más sencilla: un grupo de científicos ha comenzado a experimentar con armas de destrucción masiva poniendo en peligro al mundo entero. Nuestra misión será, como no, infiltrarnos en multitud de zonas para acabar con las fuerzas del mal y evitar el caos en el planeta.
Como podemos apreciar la historia no cuenta nada que no hayamos visto ya, aunque la obra no necesita más que esta premisa para poner a disposición del jugador un buen puñado de fases -distribuidas en cuatro mundos- con un control de lo más exquisito y sencillo.
Cada uno de los mundos está ambientado en un lugar, aunque todas comparten el mismo objetivo: acabar con el científico de turno y, si nos interesa, buscar los maletines secretos para conseguir algunos extras y obtener una calificación mayor. La curva de dificultad está perfectamente compensada, con unos primeros niveles sencillos que servirán para familiarizarnos con el control y unos niveles finales que recordarán a los imposibles de series como MegaMan.
El control es sencillo y no tiene demasiado secreto. En la pantalla aparecerá una interfaz con una cruceta digital y dos botones -A y B, al más puro estilo Nintendo- que servirán para saltar y atacar. Y es que, aunque parezca mentira, League of Evil funciona a la perfección con estos dos únicos movimientos. Los jugadores clásicos no tardarán en darse cuenta de lo añejo que es el título, más allá de su estética de 8 bits. Escalar paredes, usar el doble salto en el momento correcto para evitar caer en una red electrificada o utilizar la patada voladora para llegar a sitios imposibles serán una constante dentro de la obra. No requiere mucho ingenio, y, de hecho, al principio parece un título fácil, pero a medida que vayamos consiguiendo desbloquear los nuevos niveles nos daremos cuenta de que tendremos que controlar a nuestro protagonista al milímetro, puesto que la obra es extremadamente rápida, y un paso en falso puede hacernos repetir todo el nivel. Cabe destacar que con un simple toque estaremos muertos, por lo que la mecánica del ensayo y error está presente en la obra.
La ambientación del título, como decíamos, cuenta con la estética de videoconsolas como Master System o Nintendo, con gráficos en 8 bits que encantarán a los nostálgicos. La música, como no podía ser de otra manera, está cargada de ruiditos que componen melodías pegadizas y que tardaremos en sacarnos de la cabeza, así como los sonidos que condicionan todos los movimientos del protagonista. Un lujo que nunca debería ser olvidado y que viene bien recordar de vez en cuando para respirar de tanto gráfico tridimensional en alta definición.
En definitiva, League of Evil es una vuelta al pasado de títulos tan emblemáticos como los anteriormente comentados. No es un juego demasiado profundo, pero tampoco lo pretende. Sus creadores han desarrollado una obra simplista, con un nivel de adicción más que correcto y que propone al jugador una serie de retos bastante difíciles de conseguir. Los niveles son relativamente cortos, pero completarlos con todos los extras y en el tiempo estipulado para conseguir las tres estrellas puede convertirse en un auténtico reto incluso para el jugador más experimentado. Una joya disponible para iPod e iPhone al módico precio de 2,39€, aunque existe una versión Lite para probar antes las peculiaridades del videojuego.