Análisis de Infinity Blade (iPhone)
Chair Entertainment ha conseguido sorprender a todo el mundo con un título que parecía técnicamente imposible en dispositivos iOS. Infinity Blade es visualmente impresionante y su aspecto gráfico sube el listón tan alto que actualmente no hay otro juego que le pueda hacer sombra en la App Store, ni siquiera Rage. Cuenta con efectos de última generación, texturas de gran calidad, una producción digna de un título de Xbox 360 y un diseño y carisma únicos.
Infiniy Blade cuenta la terrible hisoria de una familia maldita que generación tras generación se propone acabar con la vida del Rey Dios, el cual gobierna sus tierras de forma brutal y medieval, desde lo más alto de su castillo; esperando luchadores capaces de competir con su destreza.
En la introducción vemos cómo un caballero consigue derrotar al último de los escoltas del Rey Dios, justo antes de enfrentarse a él. Pero no pasa mucho tiempo hasta que el desdichado caballero se da cuenta de que no puede plantarle cara al poderoso gobernante, que termina con la vida del caballero sin demasiado esfuerzo.
"Quizás tu descendencia tenga más suerte," dice con prepotencia mientras se aleja del cuerpo yacente de su adversario.
Épica interminable
Pasan 22 años y ahora jugamos como el hijo de ese caballero sin suerte. "Padre te vengaré" dice nuestro personaje mientras observa con decisión el castillo del Rey Dios. Es entonces cuando comenzamos una corta aventura que nos llevará a combatir, uno a uno, a todos los paladines que protegen la vida de su rey con la suya propia. Empezamos la partida fuera del castillo, avanzando lentamente hasta llegar a la sala donde nuestro padre encontró la muerte.
Pero aunque hayamos conseguido plantarle cara a todos sus protectores, el Rey Dios se mueve demasiado deprisa y termina con nuestra vida –casi de la misma forma que mató a nuestro padre- sin que podamos hacer mucho por impedirlo… Y la historia vuelve a empezar. Ahora jugaremos con nuestro hijo, la segunda línea de sangre, el cual heredará toda nuestra experiencia y armas. La historia se repetirá infinitamente (de ahí el título del juego) hasta que consigamos derrotar al temible Rey Dios. Cada línea de sangre será un intento; cada hijo, una partida; usaremos tantas generaciones como necesitemos de esta familia de la que apenas se desvelan detalles.
Infinity Blade cuenta con elementos del género de los RPGs pero simplificados de una forma exquisita. Hay niveles de experiencia (que heredamos progresivamente de nuestro árbol genealógico), armas, yelmos, escudos, armaduras y anillos mágicos. Cada pieza de nuestro inventario tendrá su propia barra de experiencia que se llenará según la hayamos utilizado durante el combate. Cuando la barra se llene, no ganaremos puntos de experiencia por lo que el nivel del personaje no aumentará si usando el mismo objeto todo el tiempo. Tendremos que sustituir esa pieza de nuestro inventario por otra nueva si queremos seguir sumando niveles. Al subir de nivel, se nos recompensará con puntos de habilidad que podremos emplear en mejorar el ataque, la defensa, la magia o la vida de nuestro personaje.
Este sistema nos obliga a cambiar constantemente de equipo, al menos al principio de la aventura, una acción muy importante para progresar en el juego ya que la mayoría de los puntos de experiencia los recibimos a través de las distintas partes de nuestro equipo. Básicamente si nuestras armas no consiguen experiencia nuestro personaje no evolucionará, por lo que derrotar al Rey Dios se hará bastante difícil. Paralelamente, la característica de tener que cambiar de equipo una vez adquirida cierta destreza con él, obliga al jugador a utilizar muchos de los objetos incluidos y a descubir sus virtudes y desventajas, alargando de esta forma la vida del juego.
Antes y después de cada batalla es posible mover la cámara para buscar pociones (sirven para recuperar la vida), bolsas de dinero (para comprar nuevos objetos) y baúles que pueden contener armas o más oro. Por supuesto la siguiente línea de sangre también heredará las pociones y la riqueza.
Sin embargo a pesar de la espectacularidad del comienzo del juego, también encontraremos una pequeña sensación de decepción, solo superable por la originalidad de su propuesta. Y es que en Infinity Blade es posible mover al personaje y tan solo elegimos hacia donde queremos ir tocando sobre unos cículos que aparecen en determinadas zonas del escenario. Esta "prohibición" genera una extraña tensión en el jugador que no deja de ver las posibilidades de un mundo tan rico, generado en tiempo real.
A excepción de los combates, el resto del juego es como una secuencia animada sobre la que podemos decidir pero que no podemos controlar. Las partes realmente jugables son tres: los combates, la observación (que no interacción) del entorno en búsqueda de oro y objetos y la gestión de nuestro equipo a través de los menús. También podemos encontrar objetos durante las secuencias previas a los encuentros con enemigos en las que, por ejemplo, aparecerá por unos instantes una bolsa de oro tras una columna, teniendo que tocarla rápidamente mientras dure el plano.
No obstante esto no significa que Infinity Blade no tenga profundidad; el juego es limitado, sí, pero lo cierto es que está muy lejos de ser simple.
Esquivar, cubrir, contrarrestar y atacar
Hay que reconocer que el sistema de combates de Infinity Blade es sobresaliente. Nuestros adversarios pueden ser paladines, orcos e incluso extraños gólems mecánicos, todos con un aspecto muy acorde al gusto estético de Epic Games.
Para atacar basta con deslizar el dedo por la pantalla en la dirección que deseemos para que nuestro personaje ejecute un poderoso corte con su espada. También podemos hacer combos (por ejemplo izquierda, derecha, izquierda) para conseguir ataques finales aún más potentes.
Pero la gracia de las peleas está en combinar los distintos sistemas de defensa y que exigen calcular el tiempo y predecir los movimientos del enemigo. En la parte inferior de la pantalla aparecen tres iconos: dos de ellos sirven para esquivar hacia la izquierda y hacia la derecha y el del centro sirve para defendernos usando el escudo. El enemigo comenzará a lanzar ataques –en un principio cortes verticales y diagonales- y tenemos la opción de defendernos, esquivar, o contrarrestar su golpe lanzando un ataque en la dirección opuesta de tal forma que las espadas de ambos luchadores se encuentren.
Hay que estar muy atento al cuerpo del contrincante para adivinar su movimiento. Según avanzamos en el juego los enemigos se vuelven cada vez más duros y realizan más acciones como amagar o atacar en corto (con cabezazos, patadas, golpes con el escudo) por lo que necesitaremos jugar algunas partidas antes de ser capaces de reconocer con claridad todos sus movimientos y saber exactamente que es lo que hay que hacer para contrarrestarlos.
En determinados momentos es posible apuñalar al enemigo cuando aparecen círculos azules sobre su cuerpo. También existen dos movimientos especiales: Uno sirve para romper la defensa del enemigo y dejarle aturdido, permitiendonos atacarle durante unos segundos sin peligro; el otro depende del anillo mágico que llevemos equipado (fuego, hielo, curación). Para usar un anillo mágico hay que dibujar con el dedo la forma de una runa.
Gran parte de la emoción de los combates se consigue gracias al espléndido apartado sonoro. Infinity Blade cuenta con melodías muy sutiles y utiliza muy los silencios para resaltandar lo trágico de la historia. Además es muy inmersivo: el sonido de los metales al chocar, de las respiraciones agitadas tras un combate, de las distintas piezas de la armadura al moverse o los imponentes gruñidos de los enemigos.
Chair Entertainment ha conseguido un título único que no puede compararse con ningún otro juego de la App Store. Infinity Blade es una idea excelente llevada a cabo con unos altísimos niveles de producción: está en español, tiene logros, compatibilidad con Game Center y cada característica del juego está trabajada con exquisito detalle.
No es muy largo, pero tiene dos finales distintos que insinúan que esto solo es el comienzo de una saga planteada a largo plazo. De hecho, ya hay anunciada una actualización que incluirá una nueva zona del castillo (las mazmorras), nuevos enemigos, más armas y equipamiento y un modo multijugador que puede dar mucho que hablar.
Sin embargo el problema de Infinity Blade es que se trata de un juego extremadamente limitado. Resulta difícil dejar de pensar en lo que podría haber sido si pudiésemos controlar al personaje y moverlo por el escenario. Aun así es capaz de hacernos soñar con las posibilidades que se presentan para el futuro de los dispositivos iOS, que cada vez tienen menos que envidiar a Nintendo DS y PSP.