Análisis de Grand Theft Auto III: 10 Year Anniversary Edition (iPhone, Android)

El pasado mes de octubre se cumplieron diez años del lanzamiento de uno de los juegos más influyentes de la pasada generación. Grand Theft Auto III no solo convirtió a la saga de Rockstar Games en una de las estrellas indiscutibles del mundo del videojuego, también creó la fórmula de juego de mundo abierto que muchos títulos han adoptado posteriormente, desde juegos de la propia Rockstar como Red Dead Redemption o LA Noire, hasta títulos tan diversos como Assassin’s Creed, algunas entregas de Tony Hawk, o juegos de hacer el cafre similares como Saints Row.

Coincidiendo con el décimo aniversario, Rockstar no encontró mejor manera de celebrarlo -tráiler de GTA V aparte- que adaptando el exitoso GTA III a los dispositivos de Apple, iPhone y iPad, y a los teléfonos Android. Esta versión táctil de GTA III mantiene todos los elementos del original; es una buena adaptación que cumple en lo visual e intenta adaptar, con cierto mérito, los complejos controles del mando de PlayStation a la pantalla táctil. Esta adaptación no es fácil, y se ha logrado con bastante éxito, aunque también con algunos problemas.

Por una parte, a los jugadores les costará un poco adaptarse al control, acostumbrados a que solo haya un par de "botones virtuales" en la pantalla de su iPhone o iPad. Por la otra, Rockstar ha hecho todo lo posible por crear un sistema dinámico de botones con varios fijos y otros que van apareciendo o desapareciendo dependiendo de la situación, pero la cantidad de acciones sigue siendo abrumadora para un juego de móvil.

Puede teorizarse mucho sobre si habría alguna forma de implementar un control táctil de GTA III que pudiese simplificar el manejo y al mismo tiempo mantener todas las acciones diferentes que podemos realizar, pero parece que Rockstar ha intentado ofrecer un control lo más parecido posible al juego original, evitando cualquier experimento y asegurando que los que disfrutaron hace diez años de un nivel de libertad casi sin precedentes en un juego de consola puedan recordar rápidamente cómo de bien se lo pasaron robando coches y sembrando el caos en Liberty City hace ya una década.

El problema de ese control, como decíamos, es que hay demasiadas acciones diferentes. Movemos a nuestro personaje con una especie de "zona de joystick" en la parte inferior izquierda, o con dos botones izquierda/derecha cuando controlamos un coche, y en la parte inferior derecha, casi llegando hasta a la altura de la mitad de la pantalla, se "apilan" una serie de iconos sobre los que pulsar para realizar acciones: correr o saltar cuando estemos a pie, acelerar o frenar si vamos en un coche, así como robar vehículos, disparar armas o golpear con los puños o con un bate, y hasta tocar el claxon. El problema es que muchas veces tendremos que mantener un ojo en esta zona de botones para saber dónde pulsar, y el proceso de saber intuitivamente dónde hacerlo sin tener que revisarlo constantemente tarda bastante tiempo. No hay relieve, como en los botones de consola, ni la ergonomía de un mando para orientarnos, por lo que el aprendizaje es mucho mayor que en otros juegos de iPhone que se basan en una sola zona en la que pulsar o en gestos realizados con el dedo. Nos resultará especialmente incómodo en los tiroteos. Sin embargo, estos problemas con el control de botones contrastan con la excepcional implementación del "joystick virtual". Cada vez que pulsemos esta zona de la pantalla, el punto central se configura automáticamente, y es una de las mejores adaptaciones que hemos visto de este tipo de control.

Una vez comentado lo complejo del control, algo bastante justificable por otra parte, la adaptación luce realmente bien. La ciudad de Liberty City vuelve a mostrarse en todo su esplendor, con sus coches y peatones, y el juego se muestra prácticamente igual que el original. No cuenta con la calidad gráfica de los GTA posteriores para PS2, Vice City y San Andreas pero es una adaptación meritoria de lo que vimos en PS2 aquel octubre de 2001. Puede discutirse que otros juegos de iPhone, Infinity Blade 2 sin ir más lejos, son más vistosos visualmente, pero éste tiene un mundo abierto con el que lidiar en vez de ser una sucesión de panorámicas medio interactivas.

Lo importante es que cuenta con todo el contenido del original, no es una adaptación descafeinada ni corregida políticamente, sino que tiene todas las misiones, personajes, secuencias cinemáticas y emisoras de radio, aparte de un largo etcétera de cosas, por las que recordamos el juego original. A muchos jugadores les sorprenderá ver lo que han envejecido algunos aspectos de su jugabilidad, como algunas misiones, si se comparan con los juegos de acción de mundo abierto que la propia Rockstar ha hecho durante los últimos años. Sin embargo y pese a esto, es una gran adaptación de uno de los juegos más aclamados e influyentes de todos los tiempos, con un precio por encima de lo habitual pero aun así más barato que muchas otras adaptaciones, que si se le perdonan sus defectos en el control es una compra casi obligada para los que disfrutaron con el original.