Análisis de Ghostbusters (iPhone)
En 1984, un grupo de humoristas, actores y guionistas -la mayoría procedentes de la cantera de esa genialidad televisiva que es Saturday Night Live- y el director Ivan Reitman, dieron a luz uno de esos experimentos atípicos para el cine, que sin esperarlo, se convierten en verdaderos mitos del séptimo arte. Ghostbusters -Cazafantasmas en nuestro país- fue un verdadero éxito, capaz de lidiar con el mejor humor, la ironía y el talento de actores versátiles de la talla de Bill Murray o Dan Aykroyd. Gozó de una secuela -no tan buena como la original- y de una serie de televisión de dibujos animados, que a su vez, originó toda una serie de productos como los consabidos juguetes y videojuegos. Ghostbusters, pese a contar con solo dos películas, es toda una sólida franquicia, capaz de generar dinero -sobre todo en aquella generación que creció en los ochenta y que se pasean por ahí con camisetas de Los Goonies o beben en tazas de Regreso al futuro- a través de los más variados medios.
Últimamente, con la imperante e incesante moda del "revival" de los ochenta -que parece no tener fin-, hemos visto y contado con la resurrección de algunas películas, juegos o grupos de música. Ghostbusters no fue una excepción, y en su momento, contó con una maravilloso juego para Xbox 360, PS3 y Wii.
Para muchos no fue suficiente, pero al menos, dejó patente que la saga no estaba muerta, y que la hipotética y esperada tercera parte, acabaría llegando más tarde que pronto. De momento, y mientras perseguimos ese fantasma -nunca mejor dicho-, se nos presenta una nueva app para iOS completamente gratuita, donde volveremos a encarnar al famoso cuarteto protagonista. ¿El resultado? No os engañaremos: deja mucho que desear.
"Cazafantasmas, ¿dígame?"
Ghostbusters -sí, a secas- es un juego completamente gratuito y universal para iOS, que nos llevará, de nuevo a la ciudad de Nueva York. Siguiendo a grandes rasgos el argumento de la primera película -aunque con algunas y severas diferencias, ya que aquí habrá un joven que contacta con un ente fantasmagórico de lo más extraño-, iremos cazando y atrapando tantos fantasmas como podamos. Esto nos irá llevando a diferentes bloques, edificios y conjuntos de oficina, así como a nuestra propia base de operaciones, donde podemos gestionar y comprar nuevos objetos, equipos y habilidades. Para ello, iremos moviéndonos por el mapa de la ciudad, atendiendo a los iconos de llamadas que nos vayan surgiendo. Cada encargo o llamada tiene un precio, una dificultad y un coste, que deberemos asumir y sopesar antes de realizarlo. A su vez, cada llamada oculta un tipo de fantasma distinto, que también podemos coleccionar en el momento de la captura.
La idea principal de Ghostbusters, es que vayamos modificando y creando equipo para nuestra escuadra de cazafantasmas, mientras resolvemos casos y llamadas de auxilio. El "moco" o el electroplasma será el principal recurso que nos hará avanzar en la historia, ya que servirá de "tope" en cada planta del rascacielos enorme donde parece haberse afincado el mal. El control es bastante sencillo, basado en su mayoría en gestos táctiles muy concretos, y la mayoría del tiempo pasaremos andando y combatiendo casi de forma automática. Ghostbusters tiene más menús contextuales y opciones en pantalla que "juego".
La primera escuadra de acción de Ghostbusters está compuesta por tres individuos -en teoría, representaciones humorísticas y de estilo "cartoon" de sus homólogos protagonistas- con la inclusión de una nueva integrante -cosa que no terminamos de comprender-, aunque luego veremos como las estrellas de la franquicia aparecen para dejar su impronta en base a diálogos y comentarios muy similares y respetuosos con el material original. Mientras Peter Venkman se encarga de atacar y tener un rayo más potente, Zeddmore goza de una defensa extra, y la novata, de la posibilidad de recuperar y sanar. Eso será al principio, ya que en cualquier momentos, podemos cambiar los roles, mejorarlos o distribuir el equipamiento a nuestro antojo. No es excesivamente complejo saber combinarlas, a no ser que nos ataquen varios espíritus o elementos electroplasmáticos a la vez, cosa que sucederá poco.
Para avanzar, debemos reunir dinero y electroplasma -el citado "moco verde"-, ya sea para conseguir permisos con el que abrir nuevos caminos alrededor de Nueva York, o para subir uno a uno de los cincuenta niveles del enorme edificio donde se desarrolla y concentra el mal en el juego. A su vez, podemos ir mejorando el equipo de caza y recolección de fantasmas -investigando en nuevas tecnologías ideales para capturar fantasmas más resistentes, poderosos y correosos, como los jefes finales de cada plata del torreón principal-, así como experimentar con estos últimos para buscar sus puntos débiles y ser más efectivos. Muchos de los planos de estos proyectos los iremos encontrando por los pisos del rascacielos principal, aunque otros, solo estarán disponible en la tienda del juego. Todo, absolutamente, costará y necesitará de recursos, tanto de energía como monetarios. Ghostbusters es un juego free-to-play, y eso se nota desde el primer momento, y siendo honestos, juega en su contra.
En cuanto a los gráficos de Ghostbusters, tampoco podemos decir que sean malos, pero no nos hacen demasiada gracia. El estilo 2D "super-deformed" o "cartoon" está bien para según qué juegos, pero a este Ghostbusters no le sienta muy bien. Tiene elementos simpáticos, diseños de objetos, personajes y fantasmas mínimamente reconocibles, pero no termina de convencernos. El juego funciona bien, sin demasiados problemas, tanto en iPad como en el iPhone, aunque eso sí, no está traducido al castellano.
Conclusiones finales
Ghostbusters nos ha decepcionado. No esperábamos un juego que hiciera historia, ni mucho menos, pero tratándose de un juego free-to-play -con el consabido hándicap que eso ya de por sí-, creíamos que la oferta sería mucho más atractiva, equilibrada o divertida. En Ghostbusters pasaremos poco tiempo cazando fantasmas, y mucho haciendo números y cuentas para sostener el negocio. En eso sí es realista -los problemas financieros siempre perseguían al bueno de Bill Murray en las películas-. Pero no es divertido. Su naturaleza free-to-play es abusiva e intrusiva -pese a que te avisan de la misma al comienzo- y su jugabilidad no está del todo equilibrada. O en otras palabras: se nos hará algo aburrido y simple si no pagamos o soltamos dinero para garantizarnos un porvenir de esto de la caza de fantasmas. Pero desde ya, os avisamos que no merece demasiado la pena.