Análisis de Onimusha Tactics (Game Boy Advance)
De un tiempo a esta parte, la portátil de Nintendo se ha ido haciendo con un catálogo muy amplio y con muchísima calidad en el campo de los juegos de rol tácticos y similares, como puede ser Final Fantasy Tactics Advance, el inédito por estas tierras Tactics Ogre: The Knight of Lodis o el venidero Fire Emblem, por no citar los juegos que tienen un parentesco notable con este subgénero rolero, como las dos entregas de la saga Wars que han salido hasta ahora. Así pues, está claro que Onimusha Tactics no sólo no está solo en el mercado, sino que, además, tiene rivales de altura.
Nobunaga prepara su venganza
La historia, sin estar íntimamente relacionada con las dos entregas que podemos disfrutar ahora mismo en PlayStation 2 (recordemos, sin embargo, que la primera entrega se versionó para Xbox), comparte rasgos más que notables. En esta ocasión, el señor de la guerra Nobunaga se ha alzado desde la muerte para vengarse de los vivos en el Japón feudal, comandando el ejército de los genma, demonios japoneses, así como otras criaturas mucho más terribles.
Con esto se encuentra Onimaru, descendiente del clan de los Oni, que descubrirá que su destino es derrotar a Nobunaga (¿algún sorprendido?). Así que sin más dilación, Onimaru se enfrenta al ejército de los genma. Y poco más... al principio.
Es así como nos encontraremos metidos de pleno en el primer combate del juego, que nos servirá de introducción básica de algunos de los personajes, así como de tutorial. Aprenderemos fácil y rápidamente los entresijos del juego, incluyendo las peculiaridades que lo diferencian de sus competidores, destacando especialmente el issen, un movimiento defensivo que sale aleatoriamente en el menú con consecuencias bastante nefastas para nuestros enemigos. Otra peculiaridad del juego será la ausencia de tiendas donde comprar objetos, pues en Onimusha Tactics deberemos derrotar a los enemigos para conseguir las piedras genma, que, a su vez, podremos convertir en objetos usando unos moldes que iremos encontrando según avancemos en el juego. El sistema es muy curioso, y la implementación en el desarrollo del juego es muy buena, pero sirve, sobre todo, para que nos demos cuenta de una de las aparentes carencias del juego, y es que no hay tiendas. Y no hay tiendas porque no hay ciudades. De hecho, el videojuego se centra casi exclusivamente en los combates, hasta tal punto que está estructurado en una serie lineal de episodios que nos irán presentado la historia y que darán paso al siguiente combate contra los malos. Eso sí, el juego no será corto, pues tendremos más de 20 misiones a las que enfrentarnos, con un nivel de dificultad bien nivelado.
En el juego será importante el modo en que eliminamos a nuestros enemigos, de tal modo que la recompensa que obtendremos variará en función de si le ganamos con un golpe crítico, un issen, o un golpe normal, por ejemplo. Pero habrá poca táctica más. El juego no otorga ninguna ventaja real en función de nuestra posición con respecto al enemigo, ni facilita el ataque si nos enfrentamos a ellos por un flanco o por la espalda (de hecho, se encaran automáticamente hacia nosotros), no hay incentivos por la velocidad o agilidad (es decir, los turnos son simples como ellos solos) y los personajes carecen de un sistema de trabajos o algún recurso similar que nos ayude a confeccionar miembros de nuestro equipo realmente personalizados. Por lo demás, no podemos obviar el hecho de que los enemigos son bastante tontos, y reaccionan sólo si nos acercamos a ellos y parecen, además, incapaces de realizar ataques en grupo, o tácticas complejas.
El juego, eso sí, es ante todo divertido y directo, aunque, naturalmente, eso mismo es lo que lo convierte en poco profundo. De hecho, es tan directo que la parte táctica es anecdótica hasta tal punto que bastará con escoger un grupo de diez personajes más o menos bien nivelado de fuerza y relativamente homogéneo para arrasar a nuestros enemigos... un poco de fuerza bruta, en definitiva, bastará en casi la totalidad de las ocasiones. Algo que se agradece, eso sí, es que ganamos puntos de experiencia con cada golpe que demos, de manera que el proceso es bastante más ágil que en otros títulos y podremos potenciar con más eficacia los habilidades especiales de cada personaje, que incluyen desde ataques destructivos hasta increíbles posibilidades defensivas o de cura.
En el Japón feudal
Toda la ambientación del juego, desde la introducción hasta los nombres de los personajes, recrea el mundo japonés de la época feudal, encontrándonos con elementos bastante característicos de esta cultura (tanto en los enemigos, como en el tipo de humor, por ejemplo). Lo más evidente, es que los personajes tienen todos nombres del estilo del protagonista, siendo todo este tinte oriental uno de los principales encantos para parte del público.
El apartado gráfico está muy bien resuelto, en la línea de sus competidores potenciales, y cabe destacar que cada personaje es único, pues en Onimusha Tactics no hay personajes genéricos (entiéndase, estructurados por profesiones, por ejemplo), sino que cada uno tiene su propio aspecto, habilidades, etc. Eso sí, nos enfrentaremos una y otra vez, por el contrario, a la misma banda de demonios japoneses con forma de muertos vivientes. Las animaciones son, además, bastante buenas para lo que es un título de este género, y la perspectiva, isométrica, es también la más característica y asequible, dando pocos problemas durante la partida. En cuanto al apartado musical, el resultado es bueno. Las melodías son sencillas, pero acompañan muy bien al desarrollo, y los efectos están muy conseguidos. Podrían ser mejores, pero cumplen su función.
Conclusiones
No cabe duda de que Onimusha Tactics se deja jugar, incluso es un juego divertido mientras dura, pero su falta de profundidad lo hace poco recomendable para quienes busquen algo más. Tiene grandes aciertos en su diseño, pero el resultado general es simple y llanamente, simple. Hará que lo juguemos hasta el final, pues es un juego bien llevado, con un sistema de juego agradable, y que no se nos va a hacer pesado, pero poco más. Eso sí, si buscas un juego con el que iniciarte en el mundo de los RPG tácticos, ésta es una buena opción precisamente por su sencillez, aunque no a muy largo plazo seguramente se te quedará corto –al fin y al cabo es un juego táctico light como la copa de un pino– y te preguntarás si hubiese sido mejor comprar alguna de las "vacas sagradas" que nos ofrece la portátil de Nintendo... pero en el peor de los casos, siempre estarás a tiempo para eso.