Análisis de Final Fantasy I & II: Dawn of Souls (Game Boy Advance)
No es la primera vez que se rescatan estos títulos, pues los japoneses ya tuvieron la oportunidad de disfrutar de las adaptaciones a WonderSwan, una consola portátil distribuida sólo en el país nipón, y, también, en PlayStation. La edición para la consola de Sony incluía un par de vídeos y sí llegó hasta Europa en un disco que contenía estas dos primeras entregas (una segunda recopilación incluía la cuarta y la quinta, permaneciendo inédito así fuera de Japón el tercero de la serie). Esta nueva reedición de los clásicos servirá, ante todo, para disfrutarlos por primera vez en nuestro idioma, que no es poco. Aunque el recopilatorio, en realidad, no ofrece muchísimas más novedades, este incentivo puede ser más que suficiente para una buena parte de los compradores potenciales.
Final Fantasy, el primero, salió a la venta en Japón en 1987 para la consola Famicom (aquí, NES), y, como decimos, ha sido reeditado varias veces, así que es probable que más de uno ya lo haya jugado en alguna ocasión. Lo mismo puede decirse de su segunda parte. En cualquier caso, varios de los extras que se ofrecían en la versión para PSOne han sido eliminados, como los vídeos FMV y los diseños artísticos, pues ocuparían mucho espacio en el cartucho y su presentación en la pantalla de la GBA, sea como fuere, resultaría en una calidad cuestionable.
Se conserva, eso sí, el bestiario, una opción más que curiosa para los seguidores de esta saga de videojuegos y, por qué no, también para los que decidan acercarse a ella por primera vez con estos dos juegos. En su lugar, se ha trabajado en escenas hechas con el motor del juego que ayudan a narrar mejor la historia, se han ampliado diálogos y se han incluido otros nuevos, de manera que todo el guión queda mucho más cerrado.
Además, los que decidan jugarlo en inglés, se encontrarán con que varios pasajes han sido modificados, dando como resultado una traducción mucho mejor. Asimismo, se ha adaptado el sistema de salvado a las cualidades portátiles de la consola, así que ahora ya no será necesario desplegar una tienda (un ítem del juego) o ir a una localización específica para salvar la partida: ahora podremos hacerlo en cualquier momento. Esto va a favorecer las partidas cortas, tan habituales en las consolas portátiles, y será de gran ayuda en caso de observar cómo, inexorablemente, se agota nuestra batería.
Para la ocasión, se ha remozado todo el sistema de juego, actualizándolo en buena medida a los estándares habituales. Así, el clásico pero arcaico sistema de magias se ha sustituido por el mucho más común hoy en día sistema de puntos de magia, y los personajes pueden subir hasta el nivel 99. Estos cambios serán familiares para los que hayan probado el llamado modo easy de la edición para PSOne y, efectivamente, estos cambios y algunos otros hacen que el juego sea más fácil y asequible que el original, que tanto entonces como hoy es un juego de dificultad reseñable. Final Fantasy II también ha sufrido variaciones, aunque no tan radicales en su jugabilidad, pero sí en la duración.
Se mantiene, eso sí, su sistema de evolucionar a los personajes, basado en lo que hacen en la batalla descartando, así, el sistema tradicional de conseguir puntos de experiencia (es decir, si un personaje usa mucho la magia, su habilidad con ésta aumentará; si recibe muchos ataques, subirá su resistencia, etc.) Una vez lleguemos al final original del título, se desarrolla una nueva trama, totalmente inédita hasta ahora, y muy interesante, que no desentona con el resto del título dado el buen trabajo de integración realizado.
Las novedades que ambos juegos comparten son el incremento en la diversidad de enemigos (provenientes de posteriores entregas para NES y Super NES), nuevas mazmorras, y el estilo gráfico remozado proveniente de manera directa desde la consola WonderSwan. De esta manera, el juego presenta un acabado gráfico próximo a la primera generación de juegos de 16 bits: no es espectacular, pero cumple, y, sin duda, mejora lo ofrecido en la versión original de la 8 bits de Nintendo. Además, otras sutilidades también han sido mejoradas, como por ejemplo el hecho de que, si en los originales, al dar instrucciones a nuestro equipo, un enemigo moría antes de que el último personaje le llegase a atacar (es decir, haciendo que todos ataquen al mismo enemigo), en vez de perder el turno de ese personaje, éste atacará automáticamente a otro.
Parece superficial, es el tipo de mejora de la que no siempre se es consciente, y que ayuda a mejorar la siempre esencial y prioritaria jugabilidad. En líneas generales, parece que el primero ha recibido mucha más atención, pero se debe básicamente a que, pese al poco tiempo que separó ambos juegos, Square ya introdujo muchas novedades entre ambos, habiendo una evolución notable, por tanto, de uno a otro.
Y es que aunque Final Fantasy es un principio más que digno para la saga, no cabe duda de que la segunda entrega le supera en todos los aspectos. Los cambios en varios de sus aspectos son más notables, se nota que ha rejuvenecido bastante, pero, aunque sigue siendo un gran título, queda por detrás de Final Fantasy II. La historia es mucho más sencilla y directa, situándonos como los guerreros de la luz que deben salvar al mundo… luego, en el campo jugable, esto cae en segundo plano, destacando el uso que se hace de la posibilidad de mejorar a nuestros personajes iniciales cambiándoles de clase en función de la original, el amplísimo repertorio de posibilidades de ataque (tanto en lo referente a objetos como magias) y las peculiaridades de efectividad de cada uno en función del enemigo contra el que procedemos.
El mapeado del juego es grande, muy grande incluso (sobre todo para la época), y sus posibilidades, en consecuencia, son enormes. La segunda entrega no es que ofrezca una historia llena de complejidad, pero sin duda era ya en su momento mucho más rica, con tramas secundarias muy interesantes, y mejoraba todo el apartado técnico (en este recopilatorio, eso sí, ambos juegos son idénticos en este sentido). Los nostálgicos recordarán la aparición de los chocobos, pero, sobre todo, la interesantísima inclusión del nuevo sistema de evolución de personajes que ya hemos comentado. Esto obligaba (y obliga) a tener mucho más cuidado a la hora de desarrollar el combate, intentando llevar cada personaje hacia el campo que nos interesa, para no tener un equipo uniforme y que, por tanto, limitaría nuestras posibilidades de victoria.
El sistema funciona curiosamente bien para los estándares actuales, mejor incluso que en algunos juegos más recientes que usan métodos similares, así que lo mejor que podía hacerse era respetar ese sistema, y mejorar uno de sus puntos fuertes, el guión. Como decíamos, Square-Enix ha añadido toda una nueva trama posterior al final original del juego, además de todos los demás elementos novedosos que van salpicando su desarrollo, de manera que el resultado es mucho mejor, si cabe. Por suerte, no tendremos que escoger entre uno y otro, y podremos disfrutarlos por completo. Cuando nos cansemos de uno, podremos pasar al otro en un momento y seguir disfrutando con esta recopilación.
Conclusiones
Aunque los juegos no se han mantenido inalterados, es innegable que se conservan en buena medida tal y como los recordará el usuario que ya los conoció en su momento. Y no, no dan la sensación de ser videojuegos arcaicos para carrozas, que poco o nada pueden ofrecer al público actual. Dentro de la saga, no son tampoco los títulos más brillantes, pero las cualidades que les hicieron triunfar en su momento, siguen siendo totalmente válidas a día de hoy, lo que no es sino una muestra del buen hacer que puso Square en su creación. Si nunca te has acercado a estos juegos, ya sea porque la barrera idiomática era insalvable, o por cualquier otra razón, ésta es sin duda la mejor oportunidad en años para conocer cómo empezó todo: en nuestro idioma, bien adaptado, y con un apartado gráfico que, sin ser brillante, cumple a la perfección.
Si, por el contrario, cuentas en tu ludoteca con Final Fantasy: Origins (la antología que reúne estos dos juegos para PlayStation), lo mejor será poner en una balanza la posibilidad de jugarlos en español y disfrutar de los añadidos en su desarrollo y la pérdida de extras en forma de vídeos e imágenes de diseños artísticos para llegar a la decisión acertada. De todos modos, los juegos en la portátil lucen más que bien, se dejan jugar con el dinamismo exigible a todo juego actual, y las novedades seguramente convencerán a buena parte del público que ya los conocía. Además, aunque GBA no es una consola precisamente parca en aventuras y juegos de rol de calidad, las virtudes intrínsecas de estos dos juegos sitúan a Final Fantasy I & II: Dawn of Souls en una posición muy buena, convirtiéndolo en una opción digna de tener en cuenta.