Rare ha sufrido un curioso vaivén desde el inicio de este segundo milenio, en principio lo que era simplemente una ampliación de capital de la compañía acabó con una compra total por parte de Microsoft, y con ella se puso fin a su relación con Nintendo. La cantidad de fanáticos de la compañía de Kyoto que se sintieron traicionados era proporcional a la de usuarios de Xbox que vieron bienvenida esta marcha, un asunto que todavía trae cola en las noticias y en los foros de esta Web. Lo que pasó es que Nintendo no quería mantener a un equipo que en el momento actual no le daba beneficios y se encontró con la compañía de Bill Gates ansiosa por tener más equipos desarrolladores exclusivos, así la solución estaba cantada y Rare se lanzó a los brazos de Microsoft con muy buen ojo.
¿Rare exclusiva de Microsoft?
Pues no, parece que mientras no haya una maquina portátil por parte de MS seguirá desarrollando juegos para la portátil de Nintendo. Eso sí, distribuidos por THQ (en España, Proein), rotos ya los lazos de distribución con la Gran N después de Donkey Kong Country de GBA. Anunciados están Banjo Pilot, Sabrewulf, Mr.Pants y el juego que analizamos hoy: Banjo Kazooie: Grunty’s Revenge. Éste el primer juego en más de diez años que se salta el mecenazgo de Nintendo ¿Se notará en algo?
Banjo & Kazooie, plataformas asociados
Banjo proviene del original Banjo-Kazooie de Nintendo 64, éste en sus inicios era conocido como Project Dream cuyo protagonista varió de un humano a un conejo para acabar en el oso bonachón que todos conocemos. Estaba concebido sobre todo como un benchmark ("a ver hasta donde podemos llegar") grafico de Nintendo 64 y aún hoy puede competir de tú a tú con la mayoría de plataformas de 128 bits en espectacularidad visual, algo que dice mucho del apartado grafico que gestó Rare. Ante el éxito descomunal del juego se anunció una secuela llamada Banjo-Tooie, donde esta vez los protagonistas irían separados y en exclusiva para 64DD. Por supuesto, el aparato no llegó a salir en PAL y Rare tuvo que adaptar el juego a cartucho reduciendo la compatibilidad entre las dos entregas a un engorroso sistema de Passwords. Esta enteca estaba peor diseñada y ya sufría la eterna rémora de los últimos juegos de Rare, el abuso en la obtención de objetos. Curiosamente no hubo adaptación de Banjo en GBC y se anunció una para GBA. Después de muchas vicisitudes y de avisos de cancelación (que eran más o menos frecuentes en las webs de Rare), aquí llega la última entrega de la saga Banjo: Grunty’s Revenge.
La historia va así
Al ser una entrega "alternativa", ésta comienza donde acaba el primer Banjo: con Klungo intentando levantar la roca que sepultó a la ominosa bruja Grunty. Al final acaba traspasando el espíritu de Grunty a un robot y con ello vuelven otra vez los problemas para Banjo. Esta vez tendrá que regresar en el tiempo para impedir la resurrección de Grunty y con ello verá a muchos personajes del Banjo original en versión infantil. Al igual que en el juego de N64 vas obteniendo los movimientos a medida que vas ganando un tipo de pruebas, con todas ellas hechas ya entrarás en el juego en sí que es prácticamente igual que su homónimo de 64 bits.
Curiosos gráficos
El juego tiene una perspectiva mixta que mezcla una vista cenital y lateral dando la impresión de tridimensionalidad. Todos los elementos están renderizados en la tradición de Donkey Kong Country y sin los horribles problemas de su conversión a GBA como la falta de color o la ralentización en los elementos. Así el apartado visual es bastante resultón y se podría decir que de lo mejor que GBA ha visto, solo tiene una pega y es que esta perspectiva es un poco incómoda en la jugabilidad, siendo muy difícil ajustar especialmente el salto.
Impresionante apartado sonoro
Uno de los aspectos más difíciles de adaptar de la entrega de N64 era el sonido, si bien era en cartucho, las capacidades sonoras de N64 y los famosísimos FX del juego se veían casi imposibles de adaptar en un cartucho bastante inferior. Craso error, el juego tiene casi todo el apartado sonoro intacto en su paso a GBA y es uno de los títulos con mejor banda sonora de la consola. Un punto a favor de Rareware y sobre todo a favor de sus técnicos y músicos, que siguen siendo excelentes.
Coleccionismo excesivo
El juego está dividido en varios mundos bastante grandes y repletos de minijuegos al estilo del original. Los mundos son bastante variados e interactivos siguiendo a su homónimo de Nintendo 64 y muchos reconocerán varias fases del original o de su secuela. Pero a diferencia del original y en consonancia con la secuela vuelve a sufrir el tema de los objetos, hay más de 750 (¡!) objetos a encontrar en el juego y las pruebas de habilidad están supeditadas a ello. ¿Conclusión? Lo que podría ser un juego divertido y variado se convierte (al igual que en Tooie, DK64, JFG etc.) en un autentico suplicio jugable en el cual deberás volver a algunos niveles una y otra vez.
A esto se le unen los problemas de control del juego derivados de su extraña perspectiva mencionada antes, es complicado medir los saltos en el juego en depende que situaciones y muchos perderán bastantes vidas.
A esto se añade que el juego, fuera de la recolección de objetos, es bastante corto y sin justificación puesto que ha estado en desarrollo más de dos años, lo que lastra más todavía su atractivo jugable.
Conclusión
Grunty’s Revenge es un juego que con un diseño y control mejores podría haberse convertido en un rival para Mario o los Belmont en Game Boy Advance. Tristemente Rare ha optado por el juego fácil en base a la recolección de objetos y ha despreciado un notabilísimo apartado técnico, lo que hace parecer al juego mucho mejor de lo que es. Solo para fanáticos de Rare o viciosos de las plataformas como yo, la mayoría se aburrirá jugándolo.