Análisis de Trials Frontier (Android, iPhone)
RedLynx dio en el clavo hace unos años al parir una de las sagas arcades más divertidas y curiosas dentro del género del motocross. Con Trials HD para Xbox 360 -versión que llegaría a más consolas y plataformas-, abrió una senda que permitía que el respetable, disfrutase de una fórmula jugable de marcada tendencia bidimensional -superar obstáculos en niveles que se desarrollaban en scroll lateral-, pero con la dificultad y la mala leche más actual, propia de algunos y frescos desarrollos independientes ajenos al circuito más tradicional. Era pues, el equilibrio perfecto. Pronto, y tras ser la comidilla de un buen número de usuarios y críticos los que comentaban sus bondades, el juego comenzó a tener cada vez más público, revelándose como uno de los éxitos de hace unos años, y como el principio de una saga a tener en cuenta, que pronto, llegará a Xbox One y PlayStation 4.
Pero entrémonos en su versión para iOS y Android. Aunque nosotros ya la habíamos probado hace unos meses, es ahora cuando tenemos entre nuestras manos la versión final de esta entrega exclusiva para los ecosistemas de Apple y Google, y que como os podéis imaginar, guarda gran parte de la frescura y los atractivos de las versiones para sobremesa.
Trials Frontier viene de la mano de Ubisoft, y a parte de traernos las habituales acrobacias y movimientos calculados in-extremis, ofrece al mismo tiempo, un componente lúdico de exploración e historia que redondea una oferta jugable ya de por sí muy atractiva.
El motocross más extremo y peligroso… Y divertido
Trials Frontier sigue el mismo sendero por las otras entregas ya vista, pero lo adereza con una serie de objetivos y misiones, que invitan al jugador a ser un poco más arriesgado y aventurero. Sin ir más lejos, como os comentábamos, por primera vez se introduce una suerte de modo historia o narración, que nos lleva a un convulso mundo salvaje, donde los más hábiles pilotos sobreviven. El argumento no se puede tomar muy en serio, de hecho, el humor es el principal ingrediente, con lo que esperad las más disparatadas historias, los diálogos más locos e imprevisibles, y los personajes más absurdos que imaginéis. Y lo mejor de todo: todo esto, le sienta genial al juego, porque nos sirven de excusa para explorar y dejarnos llevar por los escenarios y el mapeado del juego.
Una vez más, el concepto básico de Trials -y sobre el que pivota y gira toda la saga-, es claro: llegar sin caerse al fin del nivel a bordo de nuestra motocicleta. Da igual como lo hagamos, y poco importa que seamos más o menos ortodoxos con nuestras acrobacias. Obviamente, Trials Frontier premia la maniobra exacta -hay menos riesgos de caer y darnos de bruces-, pero las formas de llegar a la meta, poco importan. En Trials Frontier, la gravedad, como tónica, actuará tanto de aliada, como de enemiga, y nos marcará los éxitos y los fracasos en las diversas fases del juego.
Hay que ser muy diestros e inteligentes, y buscar el punto de equilibrio exacto en nuestra moto, más y cuando, cada nivel es un pequeño rompecabezas en sí mismo. ¿Pisamos el acelerador o intentamos ir a un ritmo más pausado? ¿Nos inclinamos hacia adelante o volcamos el peso hacia la rueda trasera? Debemos pues, gracias al bien pensado control táctil -muy parecido al de MotoHeroz, para que os hagáis una idea-, ir moviendo nuestra motocicleta hacia adelante y atrás, mientras pisamos el acelerador, y recorremos los distintos mundos plagados de obstáculos que se nos pongan por delante. Precipicios, rampas, derrumbes y otros accidentes y peligros geológicos, nos pondrán al límite.
Exploración, recompensa y free-to-play
Trials Frontier es un juego muy variado, con decenas de localizaciones y diseños diferentes en sus niveles, que pueden llevarnos a superar pruebas, competir contra la I.A y otros corredores o a retarnos a realizar determinados movimientos y acrobacias. No nos aburriremos, pues siempre haremos cosas diferentes. Lo mismo estaremos esquivando rocas rodantes o explosivos, o recorriendo parajes regados con cataratas enormes, azoteas y edificios en ruinas o minas abandonadas. Es la capacidad de sorprender de Trials Frontier uno de sus mayores activos y garantes, y que conseguirán, que cada partida que echemos en nuestro móvil o smartphone, sea distinta.
Trials Frontier es un juego que no tiene pega alguna en su control, algo que ya lo aleja diametralmente de sus competidores tanto en Android como en iOS, que suelen ser bastante lamentables. Es decir, la inercia, la velocidad y el equilibrio forman un todo en la mecánica jugable del título, y lo hacen muy disfrutable en dispositivos como el iPad o el iPhone 5 o superior -dada la diagonal de la pantalla del dispositivo de Apple- o en terminales Android de gran pulgada. Hacemos hincapié en el tamaño de la pantalla porque, dado el control del que hace gala la aplicación, es mejor tener una buena visualización y grado de acción para estar pendiente a todo lo que se cuece en un juego donde la rapidez y la anticipación de movimientos, volvemos a repetir, son esenciales de cara al éxito.
Al mismo tiempo que la consecución de pruebas, Trials Frontier ofrece recompensas y una suerte de modo de juego extra, que nos invita a mejorar nuestro pueblo natal, y nuestra propia motocicleta. El sistema de progresión y recompensa es el típico de otros juegos free-to-play, y que funciona bien, pese a que como parece tónica, puede hacer que los jugadores que quieran ir más rápido, acaben algo atascados. Cada misión que superemos tiene una serie de premios, monedas o litros de combustible, que nos ayudarán no solo a mejorar nuestra villa o moto -hay tres tipos, con diferentes pesos y arquitecturas-, también a abrir otros nuevos mundos, niveles o extras. El sistema es entretenido y encaja con el planteamiento portátil del juego en iOS y Android, haciendo que el propio usuario decida en qué invertir sus recompensas o en qué nivel probar suerte. Además, como no puede ser de otra manera, se ofrecen soporte para las principales redes de logros y ránkings multijugador -en iOS, concretamente, se ofrece compatibilidad con Game Center-.
¿Tiene pues, alguna pega Trials Frontier? Quizás la más evidente, y la más clara, sea la de su planteamiento freemium, que puede causarnos algún que otro quebradero de cabeza. Es difícil avanzar rápido sin poner un solo céntimo en juego, algo que puede llegar a que acabemos desembolsando varios euros para poder acceder a las típicas gemas y packs de moneda. ¿Son necesarios? Pues en un principio, creemos que no. Pero el juego puede ponerse cuesta arriba si no sabemos distribuirnos bien los recursos, dejándonos en la estacada a la primera. Eso sí, Trials Frontier es un juego equilibrado, y no termina de ser tan abusón o descarado como otros juegos similares.
Trials Frontier es un juego muy resultón en lo visual, con un apartado gráfico digno de consolas de sobremesa, que se mueve de manera suave y sólida en dispositivos como el iPhone y el iPad -lo hemos probado en un iPad 2 y otro con pantalla retina, así como en un iPhone 4S y un iPhone 5S, y pese a las evidentes diferencias técnicas entre unos y otros, iba perfecto en todos los aparatos y tablets-. Está todo lleno de texturas en alta definición, efectos de partículas complejos, alguna que otra animación brillante… Tenemos ciudades en ruinas llenas de musgo y vegetación, pantanos, desiertos, minas y un buen número de guiños al viejo oeste americano. Y al mismo tiempo, la app hace un buen uso del sonido y la banda sonora. Se ve tan bien, que si hacéis streaming vía AirPlay en un Apple TV, más de uno creerá que se trata de la versión de Xbox 360. La aplicación, gratuita, está en castellano.
Conclusiones finales
Trials Frontier llega por fin a la multitud de territorios occidentales, donde hasta la fecha, permanecía inédito. Aunque la versión de Android tardará un poco más en llegar, la versión para iOS, ya se encuentra disponible en la App Store. Sus principales avales son su exquisita jugabilidad, su capacidad para sorprender y su brillante apartado técnico, toda una delicia en la plataforma de Apple. El mayor problema que arrastra Trials Frontier es su planteamiento free-to-play, que aunque lógico dada la naturaleza portátil del juego, no termina de convencernos y acaba mostrándonos los mismos síntomas de agotamiento que en otros títulos similares. Pero esta pega puede llegar a ser meramente anecdótica si se aprecia el absorbente y maravilloso ritmo jugable que atesora, así como lo entretenido que es este Trials Frontier en conjunto.