Análisis de Grabatron (Android, iPhone)

En el mundo de los videojuegos, día sí, y día también, vivimos una constante presión por salvar la humanidad de las más variadas amenazas alienígenas. Nos encontramos en que, por temática y accesibilidad de desarrollo, muchos juegos, franquicias y sagas, nos invitan a explorar el espacio y combatir algunas razas un tanto belicosas, que encuentran en el hombre su principal impedimento a lo hora de trazar sus planes colonizadores. El cine también ha abordado dicha temática, y casi siempre, desde el punto de vista humano.

Al ser un medio más libre que el cinematográfico, el mundo del videojuego nos permite ciertas licencias al respecto. Grabatron es uno de estos juegos que, saltándose la norma, nos preparan para una eventual invasión alien, pero transgrediendo un poco los planteamientos y poniéndonos en el lado de los extraterrestres. Grabatron sigue la senda -salvando las enormes distancias- de juegos como Destroy All Humans!, uno de los títulos más divertidos y cafres del género, y nos permite, tanto en iOS como en Android, emprender una invasión extraterrestre en un pueblecito de Nevada.

UFO Attack!

Grabatron bebe de la inspiración temática traída y narrada durante la edad dorada de la ciencia ficción. Así pues, ambientándose durante la década de los sesenta y setenta, Grabatron nos invita a pilotar un ovni y empezar a tramar el ataque que diezme por fin a la humanidad al completo. Desplazándonos por el escenario de forma lateral -el mundo del juego está recreado en dos dimensiones-, iremos soltando nuestro gancho mecánico, mientras secuestramos animales de granja y pueblerinos, cogemos coches y árboles y los soltamos sobre los militares o soldados, o quemamos casas y cafeterías de carretera en un abrir y cerrar de ojos.

¿En qué consiste Grabatron? Grabatron se parece muchísimo en planteamiento a Shark Attack!, uno de los juegos con más renombre y éxito en la App Store, y que, tiburón mediante, nos alentaba a comer y hacernos fuertes en función a las tropelías que cometíamos en mitad del océano. Grabatron tiene al mismo tiempo su punto gore y salvaje -las cantidades de sangre y vísceras son ingentes- ya que, al fin y al cabo, lo primordial para tener éxito es crear el pánico y el terror a través de nuestras acciones.

El control en Grabatron puede ser táctil o vía acelerómetro. Nosotros, en el iPhone 4S -uno de los dispositivos utilizados para el análisis-, hemos notado que utilizando el eje de inclinación todo es mucho más cómodo, ya que nos permite soltar el gancho con mayor facilidad. En caso de que no nos guste demasiado eso de andar girando de un lado a otro el terminal, siempre podemos acudir al típico control táctil mediante cruceta virtual. Grabatron basa su jugabilidad en causar el caos entre los humanos, ya que como extraterrestres en visas de una eventual invasión, lo cierto es que tenemos pocos modales y ninguna consideración. Por ejemplo, si arrojamos un tráiler contra una gasolinera, obviamente, conseguiremos una cantidad más grande de dinero y puntuación, que si secuestramos a un pobre cerdo de su cochiquera.

Es aquí donde entran en escena los cristales, unos objetos ocultos por el enorme mapeado del juego -que se divide en varias secciones, como un poblado, una planta eléctrica, un desierto y una conocida base secreta militar-, que intenta simular los alrededores de Roswell y el archiconocido Area 51. En función de nuestras fechorías espaciales y de los cristales obtenidos, recibiremos una puntuación determinada, que nos servirá, a la postre, para mejorar la nave y sus funcionalidades. Hay cinco tipos de ovnis, cada uno con su propia velocidad, escudo y atracción de cristales, así como con su inherente estilo de combate y "gancho" tractor -os será inevitable el recordar a los simpáticos extraterrestres de Toy Story-, que varía según el modelo de nave.

Grabatron, pese a lo sencillo y extremadamente directo de su propuesta, es un juego muy completo y divertido. Para evitar que se nos haga repetitivo eso de sembrar el caos, la aplicación nos va marcando una serie de objetivos y misiones muy concretas -desde secuestrar humanos, a rescatar alienígenas extraviados o estrellar un número concreto de coches, entre otras-, a fin de que podamos avanzar de una forma ordenada en nuestras partidas. Los objetivos y misiones -unas treinta-, son muy variadas, y aportan diversión extra, así como logros y recompensas a través de Game Center. Un aspecto que bien podría haber funcionado a la perfección, hubiera sido la conjunción de una suerte de modo cooperativo local, donde dos platillos volantes causaran destrozos a través de una serie de niveles en concreto.

Grabatron es un juego con un gusto estético y artístico exquisito. Tiene varios diseños de marcado estilo retro -repetimos, es un juego muy influenciado por los años cincuenta y sesenta-, desde las naves extraterrestres que podemos pilotar, a los coches, ingenios militares y escenarios que visitaremos en nuestra invasión. La app luce muy bien, sobre todo en dispositivos con pantalla retina -como el citado iPhone 4S, el iPhone 4 o el iPad de tercera o cuarta generación-, que consiguen que el apartado gráfico impacte todavía más gracias a sus efectos y su bien escogida paleta de colores. El sonido, por su parte, tampoco se queda atrás, con melodías y efectos muy al estilo de las películas y series de infesta serie B. Al mismo tiempo, y como es habitual, la aplicación tiene soporte para redes sociales para que podamos compartir puntuaciones y logros con nuestros amigos y contactos.

Conclusiones finales

Grabatron es un juego que ha ido ganando en atractivo conforme han ido surtiendo efecto las diferentes actualizaciones de contenido. Ofrece diversión sin contemplaciones ni miramientos, y pese a que su planteamiento es limitado sobre el papel, no nos aburriremos de realizar tropelías intergalácticas en mucho tiempo. Grabatron sabe utilizar sus mecánicas, su planteamiento free-to-play y su impecable diseño artístico en su propio beneficio. Grabatron, siendo francos, nos ha abducido por completo.