A veces el nombre de un compositor va ligado a la fama de los juegos en los que compone a pesar de la calidad de sus composiciones, aunque en otros casos el juego ni siquiera da a conocer a los músicos que hay detrás o es el compositor el que da a conocer los juegos. El nombre que traemos hoy es uno de esos casos en los que una licencia lo acapara todo, pero que ha tenido mucho más de lo que hablar.
Y es que ha llegado el turno de hablar de Naoshi Mizuta, un compositor que se hizo conocido por sus trabajos en Final Fantasy XI principalmente, pero que ha tenido una trayectoria muy interesante que conviene repasar. Esta semana hablaremos tanto de sus orígenes en los arcades de Capcom como de sus proyectos anteriores y posteriores a la saga de rol más importante del historial de Square Enix.
Los inicios en Capcom
Naoshi Mizuta se unió a Capcom en 1995 y allí empezaría su carrera en la composición para videojuegos. El primer juego en el que participaría sería Street Fighter Alpha, y lo haría junto a otros miembros del Capcom Sound Team como Isao Abe, Shun Nishigaki, Setsuo Yamamoto, Naoaki Iwami o la señorita Yuko Takehara. En este arcade, en el que firmaba como ‘groovy Naosi’, Mizuta se encargó de los temas de Chun-Li, Ken y Dan, así como el tema de los créditos. Sony Music Japan lanzó ese mismo año el álbum Street Fighter Zero con las 38 pistas sacadas del audio del arcade original.
En los dos años siguientes apenas se conoce su labor dentro de Capcom, los únicos datos que se saben es que en 1996 apareció acreditado en los álbumes de Street Fighter Alpha 2 por haber hecho música para el primer juego que se reutilizó, aunque no parece que participara con nuevas composiciones; el otro dato es que en 1997 hizo algunos arreglos para el álbum de Darkstalkers 3 —titulado Vampire Savior—, pero tampoco fue uno de los compositores involucrados en la banda sonora del juego.
En 1998 haría sus últimas colaboraciones en Capcom, tareas mucho más conocidas aunque de igual modo en un grado bajo de implicación. Y es que Naoshi Mizuta fue uno de los cuatro compositores de Resident Evil 2 junto a Masami Ueda, Syusaku Uchiyama y Shun Nishigaki, solo que su parte de la banda sonora se corresponde únicamente con la pieza «The Underground Laboratory», un tema en el que además no aparecía acreditado en la Biohazard 2 Original Soundtrack, se conoció años más tarde gracias a las liner notes de la caja de 6 CD que lanzó Suleputer en 2005 dedicada a toda la saga. Su último encargo en la empresa fueron los efectos de sonido de Mega Man & Bass para SNES.
Próxima parada, Squaresoft
En 1998 abandonaría Capcom para unirse a las filas de Squaresoft, una decisión que quizás vino dada por la poca participación que había tenido hasta entonces. Nada más entrar en la compañía recibiría por fin un encargo para él solo, y sería nada menos que continuar las composiciones de Yoko Shimomura —otra exCapcom— en la secuela Parasite Eve II. Ahora veríamos al verdadero Naoshi Mizuta, donde deja una de sus mejores bandas sonoras con temas inconfundibles como «Forbidden Power -Theme of Aya-», «MIST» o «Gentle Rays». En 1999 el propio sello DigiCube se encargaría de lanzar la completa Parasite Eve II Original Soundtrack en un álbum de 2 CD con más de 60 pistas.
Por si fuera poco, Mizuta enlazaría ese trabajo con el juego más importante al que ha puesto música, la banda sonora de Final Fantasy XI. Además de ser el primer juego MMORPG de la saga, aquella undécima entrega fue el verdadero relevo a Nobuo Uematsu, que había tenido a Masashi Hamauzu y Junya Nakano en Final Fantasy X pero todavía su rol había sido principal. En este caso no, Mizuta sería el principal compositor junto a la compositora Kumi Tanioka, mientras que Uematsu dejaría algunas piezas clave como «Ronfaure». En las contribuciones de Mizuta al juego original se encuentran temas magníficos como son «Gustaberg», «Rolanberry Fields» o «Selbina», así como el tema de batalla. Todas ellas fueron recogidas en 2002 en el doble álbum de la Final Fantasy XI Original Soundtrack.
La aventura de Mizuta con Final Fantast XI no acabaría ahí, pues al tratarse de un RPG online tuvo múltiples actualizaciones en los años siguientes, y ahí ya sí que se convertiría en el único compositor. La primera de ellas sería Final Fantasy XI Rise of the Zilart Original Soundtrack, que es la más conocida, con temas inolvidables como son «Kazham», «The Sanctuary of Zi’Tah» o «Fighters of the Crystal». En el año 2004 llegaría la música de Final Fantasy XI Chains of Promathia Original Soundtrack, seguida en 2006 por el nostálgico «Jeweled Boughs» de la Final Fantasy XI Treasures of Aht Urhgan Original Soundtrack. A aquella le seguiría la expansión de Final Fantasy XI: Wings of the Goddess con ese brillante «Ragnarok», y el soporte continuaría hasta 2013 con la BSO de Seekers of Adoulin. En todo ese tiempo incluso lanzaron fantásticos álbumes de arreglos como el del grupo interno Star Onions.
Su carrera quedaría vinculada a Final Fantasy, hasta el punto de que antes incluso de acabar todas las expansiones hizo también la música de Final Fantasy: The 4 Heroes of Light para Nintendo DS y fue el principal compositor de Final Fantasy XIII-2 y Lightning Returns: Final Fantasy XIII junto a Masashi Hamauzu y Mitsuto Suzuki. A pesar de su vínculo, también pudo poner banda sonora a Blood of Bahamut, un action RPG de Nintendo DS que nunca salió de Japón, así como a los juegos de móvil Guardian Cross y Demon’s Score. Tras participar en algunos temas de Final Fantasy XIV y Final Fantasy XV, su última banda sonora ha sido para Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin junto a Hidenori Iwasaki y Ryo Yamazaki, que a su vez completa la orquestación de Hayato Matsuo.