A mediados de los años 80 los videojuegos empezaban a invadir los hogares con las revolucionarias máquinas domésticas venidas del Japón. El éxito de Nintendo era casi total, pero no lo iba a ser por igual en todas las regiones, pasando pronto a competir con PC Engine y una tímida SEGA Mark III que se acabaría convirtiendo en las apuesta de SEGA fuera de los arcades, la SEGA Master System.
El recorrido de la videoconsola fue casi nulo en los Estados Unidos, pero tendría una mejor vida en el territorio europeo, así como en Australia y sobre todo Brasil, donde ha sido un fenómeno durante décadas gracias a Tectoy. Hoy hablaremos del sonido de sus chips y de la música de aquellos juegos que marcaron el catálogo, el inicio de muchas de las licencias de SEGA y de sus compositores internos.
Un fabricante llamado Texas Instruments
El lanzamiento de SEGA Mark III en 1985 tuvo algunos inconvenientes técnicos. Llegaba algo tarde respecto a la competencia y no iba a aprovechar ese desfase para integrar mejoras en el audio, sino que su chip de sonido volvería a ser el PSG (generador de sonido programable) de cuatro canales —tres de onda cuadrada y el canal de ruido— Texas Instruments SN76489, que era el mismo chip idéntico que utilizaba la SG-1000 y que utilizarían más tarde Game Gear y también Mega Drive como chip secundario al FM de Yamaha, por lo que estaba algo más limitado que el chip Ricoh de NES.
Las cosas iban a cambiar en 1987, año en que SEGA comercializa el add-on FM Sound Unit, que integraba un chip de síntesis FM, el YM2413. Este chip se integraría en el modelo final de Master System para Japón, aunque no lo haría en el resto de los territorios. Tampoco todos los juegos harían uso de este potente recurso sonoro, pero lo que es seguro es que sería la primera consola en utilizar un chip de sonido FM, que en aquel momento era algo reservado a arcades y no se convertiría en estándar hasta los 16 bits. Merece la pena enchufar una Master System japonesa solo por escuchar el tema de Space Harrier con ese chip, un salto auditivo que pone los pelos de punta.
Tokuhiko Uwabo fue uno de los principales compositores de Master System. En su labor dentro del departamento no solo se encargó de convertir el audio de muchos de los juegos de SEGA venidos de arcade, sino que compuso algunos de los más importantes juegos del catálogo, como Alex Kidd in Miracle World, Fantasy Zone II: The Tears of Opa-Opa o Phantasy Star, una saga en la que sería conocido también por encargarse de la segunda parte para Mega Drive en 1989.
Su música es también de las pocas de la consola que ha sido recopilada en CD, como ocurre con la de Alex Kidd en el álbum Sega Game Music Vol. 1, los arreglos del Phantasy Star Collection: Sound Collection I de Sega/Rock-za o los discos lanzados varios más tarde en la estupenda edición del Fantasy Zone: Ultra Super Big Maximum Great Strong Complete Album de la mano de Wave Master.
La banda sonora de Yasuhiro Kawakami para Shinobi también fue adaptada a la consola de SEGA, y se haría lo propio con Out Run y Alien Syndrome, mientras que en otros casos se hicieron versiones completamente nuevas como Golden Axe Warrior, compuesto por Chikako Kamatani. También se lanzaron nuevas licencias de 8 bits, donde entran Cyborg Hunter de Keisuke Tsukahara y Kazuhiko Nagai —bien conocidos por sus trabajos arcade—, SpellCaster de Sachio Ogawa o Kenseiden.
La saga Wonder Boy fue otro de los pilares de la consola, recibiendo la música de Shinichi Sakamoto tanto en Wondery Boy in Monster Land como el genial Wonder Boy III: The Dragon’s Trap, con temas destacados como «Monsterland Revenge», «Side-Crawler’s Dance» o el nostálgico «Take It Easy» del Sunken Ship. Nunca fueron publicadas hasta el álbum Monter World Complete Collection Original Sound Track de Wave Master de 2007, que reúne toda la música de la saga desde la segunda entrega.
Master System fue además la única en recibir en territorio europeo el magnífico Ys I: The Vanished Omens de Falcom con la música de Yuzo Koshiro y Mieko Ishikawa. El señor Koshiro trabajaría también de manera directa en la consola con las versiones de Streets of Rage, Streets of Rage 2 y Sonic the Hedgehog para la máquina de 8 bits, este último los maravillosos nuevos temas de «Bridge Zone» y «Scrap Brain Zone».
Hubo otras compañías que dejaron también notables juegos y bandas sonoras, es el caso de SIMS con Ninja Gaiden y ese fantástico Master of Darkness inspirado por la serie de vampiros de Konami. La banda sonora fue obra de Yoko Wada y Takashi Horiguchi, y contiene grandes muestras como «Thames River», el «Epitaph» de la fase 3 o «In the Wake of Dracula». Del mismo modo salieron títulos como Psycho Fox, compuesto por Fumito Tamayama e Hiroto Kanno o el fastuoso Golvellius: Valley of Doom de Compile, obra de Masatomo «Myam» Miyamoto y Takeshi «Shant» Santō en colaboración con Shin-kun y Pazu, dos compañeros de los que apenas se conocen sus alias.
El lanzamiento de Mega Drive en 1988 fue poco a poco eclipsando las bondades de Master System y Game Gear, aunque gracias al Master System Converter se consiguió la retrocompatibilidad, solo que no daba soporte a la expansión FM. Rezamos para que SEGA no se olvide del legado musical de este sistema y siga sacando más discos recopilatorios de Wave Master con aquellos juegos que no vieron publicada su banda sonora, que como sucede en la etapa de 8 bits tristemente fueron mayoría.