Mucho de nosotros, veteranos del mundillo, disfrutamos y sufrimos la dificultad de algún título de Irem, compañía famosa por manufacturar sus videojuegos con una dificultad media que superaba la ya difícil tarea de completar un videojuego en los años noventa.
Hace unos años ya os hablamos del impacto que tuvo Final Fight en el mundo arcade, donde su "yo contra el barrio" significó un salto cualitativo sobre todos los demás y dio el pistoletazo de salida de un género que se prodigó en los recreativos con cada vez más y mejores exponentes.
Los padres de la saga R-Type, In the Hunt y Metal Slug -después de abandonar Irem para crear Nazca-, decidieron que necesitaban embarcarse a crear uno de estos juegos que las demás compañías estaban copiando sin pudor. De esta manera Irem decidió sacar Undercover Cops, un "yo contra el barrio" presentando un futuro apocalíptico que copiaba algunos aspectos de la ciudad e historia de Final Fight, pero con el toque Irem: unas características músicas y unos gráficos cuidados hasta el último detalle, sabiendo que la obsesión por el detalle de estos muchachos fue uno de los baluartes de la empresa durante toda su existencia.
Otro de sus aspectos destacables era la altísima dificultad de sus títulos, siendo una compañía la cual disponía de un interruptor interno llamado "no death mode", dejando buena idea del alto nivel de dificultad que muchos de nosotros contemplamos después de echar una moneda. En Undercover Cops veíamos todo esto y más en un título algo desconocido por la limitada distribución fuera de Japón, pero todo un señor juego digno de recordar hoy en nuestra columna retro de Vandal.
Irem se atreve con todo
Con este videojuego se demostró el valor de una compañía de las que antaño se dedicaban a diferentes géneros con muy poco personal. En la actualidad muchos grupos de grandes compañías son encomendados para hacer su videojuego de fútbol, mientras que otro es más experto en otros géneros. En los noventa, aquel pequeño grupo de personas debía aprender a programar un videojuego en un nuevo género con bastante asiduidad.
Este es el primer videojuego de Irem, y como "yo contra el barrio" se descubrió como un videojuego que pudieron disfrutar apenas unos pocos, pero del que se esconde una dedicación por el píxel y unas geniales animaciones "made in Irem", puesto que ya os adelantamos que el aspecto gráfico y sonoro es tan especial como notable.
La historia está protagonizada por un grupo de policías encubiertos encargados de barrer la ciudad de matones y mantener Nueva York libre de delitos. Nosotros podemos ser uno de los tres personajes a elegir, existiendo la posibilidad de participar hasta tres jugadores a la vez.
Los gráficos nos muestran una ciudad apocalíptica y en el que el caos se ha instaurado y por el que nosotros estamos allí. Los escenarios, inmensa y genialmente detallados y en muchas ocasiones animados, son sólo una parte del despliegue gráfico del que hace gala, y los personajes están genialmente animados, al igual que todo el elenco de enemigos aporreables y jefes finales, donde vemos una violencia superior al juego de Capcom.
El juego tiene una conseguida atmósfera en la cual rápidamente nos vemos inmersos. A pesar de que las animaciones de los personajes han sido discutidas en algunas ocasiones, Undercover Cops roza el notable alto en unos gráficos a los que les acompaña una banda sonora a la altura.
El juego logró destacar entre los títulos olvidados, ya que disfrutó de muy poca fama. Después de la versión arcade, años después, en el 1995, se lanzó una versión para Super Nintendo, pero esta nunca salió de Japón. Por ello hoy debemos decir que Undercover Cops fue un juego bastante bueno y por el que muchos de nosotros pasamos de largo. Pero por ello mismo no podemos dejar de recomendarlo, el cual ha envejecido de manera bastante digna, y por la que podemos decir que si tenéis la posibilidad, tenéis que probar un gran "yo contra el barrio noventero".