El juego de hoy fue lanzado en 1987, tres años después de que el exitoso film Los Cazafantasmas sorprendiera a todos en los cines. Debido al éxito de la película, se lanzaron un sinfín de productos, entre ellos la serie animada The Real Ghostbusters, que es en la que se basa el videojuego del que os vamos a hablar hoy.
En los años ochenta todos terminamos adorando a ese grupo de cuatro personajes tan diferentes como iguales, donde el humor de Peter, Ray, Winston y Egon convirtieron el atrapar fantasmas en algo que muchos adolescentes querían probar.
Y qué mejor que un videojuego para, junto uno o dos amigos, limpiar el mundo de fantasmas y ectoplasmas. Para ello, Data East pensó en Meikyuu Hunter G, un juego del que copió la base y se cambiaron los gráficos como ya veremos más tarde.
¡Ha picado uno!
Para realizar este videojuego basado en la serie de animación, Data East cogió Meikyuu Hunter G y le cambió los gráficos, por unos acordes con la temática de la serie y todos los enemigos de la misma.
Esto, que puede parecer un desinterés por parte de la empresa, era en realidad una práctica algo habitual por la época, y por ejemplo Nintendo para llevar a cabo Super Mario Bros. 2 hicieron lo mismo. CogieronDoki Doki Panic, del que tomaron prestada su base jugable, le cambiaron los gráficos y la música.
Tampoco queremos excusar al arcade, pero sí podemos decir que se ahorraron mucho trabajo, ya que no solo cambiaron los gráficos, sino también unas cuentas mecánicas de juego:
A pesar de que son casi idénticos en su base jugable, podemos decir que se incluyeron algunas mejoras en las mochilas, que podían atrapar a un mayor número de fantasmas, o que al final de una partida entre tres amigos, sabíamos exactamente cuántos fantasmas despachamos cada uno, sin duda uno de los alicientes para jugar en compañía.
El arcade, para el año en el que fue lanzado, estaba superado gráficamente por otros juegos, ya que la perspectiva isométrica que utilizaba tenía un diseño un tanto extraño. La variedad de enemigos es una de sus mejores bazas, ya que eran muchas y muy variadas las entidades que debíamos despachar, desde gigantes guardianes de cada zona, hasta pequeños entes voladores, que nos atacaban con la lengua o extendiendo su cabeza.
El ritmo era bastante alto, y los controles permitían disparar en las ocho direcciones, teniendo que aprender las rutinas de ataque de cada enemigo, ya que en ocasiones era útil juntar los disparos de protones y en otras ir cada uno por su lado.
El juego tenía diez fases -el original solo ocho-, y lo más destacable de todo es que podíamos perdernos en ocasiones en sus laberínticas fases, al no ser del todo lineal, por lo que se premiaba la exploración, con diferentes mejoras, potenciadores e incluso un Moquete que nos echaba una mano.
La dificultad era elevada, ya que con un par de golpes podíamos perder la vida, lo que hacía especialmente útiles los escudos y diferentes armas que encontrábamos explorando un poco, ya que los controles no permitían grandes florituras.
El juego fue lanzado en buen momento, y el éxito del arcade, sobre todo en Estados Unidos, hizo que se portase a multitud de ordenadores de la época, como Commodore Amiga, Atari ST, Amstrad CPC, Commodore 64 y ZX Spectrum. La versión de Amiga fue la mejor, con una música realmente superior al arcade gracias a su legendaria potencia musical, pero por querer parecerse al mueble tenía unas ralentizaciones bastante notables, al haber muchos enemigos en pantalla, pudiendo llegar en algunas ocasiones a molestar más de la cuenta.
Las demás versiones demostraron que quizás este videojuego no era todo lo que podíamos esperar de una adaptación de una película tan popular y divertida, pero aun así fue un juego divertido, sobre todo en compañía, y los fans de del film y la serie de animación lo supieron apreciar.