La semana pasada recordamos los noventa como la época en la que empezó el boom de los beat ‘em ups, y es cierto que Final Fight impactó sobremanera en la industria y marcó el camino, pero en esto de los videojuegos hay historias paralelas, fieles seguidores que seguíamos ciertas corrientes y nos olvidamos del resto.
¿De qué estamos hablando? Pues de la misma manera que antes de llegar a Pro Evolution Soccer y FIFA existió Worldwide Soccer y Sensible Soccer, en los beat ‘em up muchos de nosotros habíamos jugado a Double Dragon (1987) y Renegade (1986) de Technos Japan Corp, con su inconfundible estampa gráfica y jugabilidad, esperando con ganas una nueva entrega de estos.
Pero llegó el año 1990 y con él Final Fight, con todo lo que supuso llevar a otro nivel este tipo de videojuegos. Technos Japan siguieron a lo suyo y lanzaron The Combatribes, un sucesor espiritual de estos dos títulos que muchos jugamos y rejugamos hasta la saciedad. A pesar de alucinar con los nuevos juegos que se presentaban a principios de los 90, todavía reconocíamos el aspecto gráfico y jugable de esta compañía, por lo que este juego supuso el último aliento que este estudio brindó a sus fieles, y nosotros ahora la recordamos.
El arcade del rincón del bar
Como decíamos el aspecto gráfico con personajes cabezones, manos recogidas y animaciones algo escuetas, era algo a lo que estábamos habituados en este tipo de juegos, cuyas limitaciones técnicas no afectaban en ningún caso a su capacidad para divertir.
En este ‘yo contra el barrio’ teníamos para elegir a tres personajes muy diferentes entre sí. La gracia del juego consistía en que cada uno de estos "Combatrides" se les dota de velocidad y fuerza en el caso de Berserker, de una tremenda fuerza y perdiendo un poco de velocidad para Bullova, y Blitz, un hombre de pelo largo y el más ágil de los tres, pero a la vez el más débil.
Tomando el control de uno, dos y hasta los tres personajes a la vez, teníamos que superar las seis etapas o "leyes" de las que se componía el juego. Los personajes contaban con una variedad de técnicas y golpes bastante elogiable, ya que no sólo podíamos disfrutar dando puñetazos y patadas, sino que además podíamos encadenar combos, como pisar a un enemigo, zarandearles cogiéndolos por los tobillos, golpear su cabeza contra el suelo o chocar las cabezas de dos de ellos, sin duda todo un festival de mamporros.
También disponíamos de objetos en los escenarios que podíamos arrojar, así que a este arcade no le faltaba de nada para que disfrutáramos a lo grande. De una manera similar a los juegos de este estilo, con los subordinados de turno que se abalanzan sobre nosotros hasta llegar al jefe final de fase.
Los gráficos muestran un gran colorido, unos personajes con unas características físicas bastante propias y reconocidas marca de la casa, de la misma manera que los cañeros temas que nos acompañan a lo largo de esta fiesta de peleas callejera. Los efectos de sonido son destacables, ya que están realmente conseguidos y son bastante acordes a la ambientación, y los gritos y sonidos de impacto sin duda dignos de recordar, como en las mejores películas de Bud Spencer y Terence Hill.
De manera paralela a los grandes juegos de la industria, muchas compañías siguieron a lo suyo, haciendo lo que mejor sabían hacer, y Technos Japan siguió su propia estela para brindar con su última copa y dejarnos el gran sabor de boca que aún hoy podemos disfrutar con The Combatrides.