Nintendo es una de esas compañías que cuidan como nadie lo que hace con su "mascota". En los ochenta, y parte de los noventa, tener un personaje que cualquier persona pudiera reconocer y asociar a una marca era un tema realmente importante. Por ejemplo, SEGA, empezó con la nave de Fantasy Zone, y le siguió el bueno de Alex Kidd, que tras unas entregas decidieron jubilar para que Sonic el erizo azul fuera el abanderado de la compañía.
Los tiempos han cambiado sobremanera, y las consolas actuales ya no ven necesario este tipo de figuras, mientras que Nintendo en la actualidad sigue con Mario y compañía como el personaje que todo el mundo conoce y asocia precisamente a la marca nipona.
La mejor manera que ha tenido siempre Nintendo de cuidar la imagen del famoso fontanero ha sido lanzando juegos de mucha calidad, ya sean los habituales plataformas o todo tipo de spin-off. Y entre esos videojuegos se encuentra Mario Tennis, el título para Game Boy Color que se destapó como un divertidísimo y sorprendente juego cuya cantidad de modos y posibilidades sorprendió a propios y extraños, ¿jugaste el cartucho que recordamos hoy?
Diversión infinita en un cartucho ínfimo
Mario ha probado infinidad de deportes durante todo estos años, consiguiendo que muchos aficionados a deportes como el golf o el fútbol comprobasen la forma en la que Nintendo realiza sus videojuegos, con una jugabilidad a prueba de bombas y una diversión siempre a la altura.
Y Mario Tennis para Game Boy Color no fue una excepción, ya que este cartucho nos ofreció toda la diversión de un juego de tenis, junto a unos toques de RPG tan bien implementados que le sentaron de maravilla, y lo potenciaron para ofrecernos un juego en el que muchos de nosotros pasamos largas horas.
Su originalidad la empezábamos a notar al entrar en la academia, donde como si un juego de rol se tratase íbamos hablando con la gente y completando los originales y útiles tutoriales, donde aprendíamos la gran cantidad de golpes disponibles con apenas dos botones.
El juego está realmente bien estructurado, y nos permite ir avanzando a nuestro ritmo en la academia, mientas practicamos contra las máquinas que lanzaban bolas y poco a poco vamos convirtiéndonos en un experto del tenis Podemos ir desbloqueando nuevos personajes, o también si queremos jugar partidos rápidos sin más complicados.
Los gráficos están bastante bien, y las animaciones -sin grandes alardes- nos hacen descubrir la ingente cantidad y variedad de personajes que podemos desbloquear, a media que logremos objetivos en la academia. Además Nintendo dotó a todos y cada uno de sus personajes de unas habilidades lógicas, es decir, que mientras Mario es uno de los personajes más equilibrados, Waluigi es un personaje alto y delgado que de manera parecida a Luigi, tiene menos fuerza que por ejemplo el bruto de Wario.
La variedad de pistas es asombrosa, como también lo es comprobar lo bien que le sentaba a Game Boy pasar de escala de verdes a una paleta de diferentes colores, con aquella diminuta resolución disponible, pero midiendo cada píxel como sólo Nintendo sabía hacer.
Las músicas fueron otro gran acierto, ya que la gran cantidad de melodías que contenía iban en consonancia con todos y cada uno de los personajes del juego, escuchando las músicas adaptadas al universo del que eran extraídas. El chip de Game Boy daba mucha guerra gracias al talento de Motoi Sakuraba, un compositor con una carrera muy prolífica, habiendo trabajado en una enorme cantidad de juegos como las últimas entregas de la saga Tales of o el reciente Dark Souls III.
No podemos olvidarnos de que Mario Tennis fue un juego profundo, con retos siempre desafiantes y divertidos, que ofrecían una gran variedad. Junto a una jugabilidad excelente, con unos personajes que respondían de manera precisa y muy estudiada, dando mucha importancia a detalles como cargar los golpes. Además, el pequeño cartucho era compatible con el Transfer Pack, que junto al juego de Mario Tennis para Nintendo 64, lograba nuevas opciones y sorpresas al juntar estos dos juegos.
Mario Tennis demostró que Nintendo ponía muchos recursos a la hora de que Mario y familia se atreviesen con algún nuevo deporte, ya que si hace años veíamos al bueno de Mario de juez de silla en NES, con este videojuego demostraron lo mucho que acertaron al bajarle de la silla y darle una pequeña raqueta pixelada.