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Crítica Monster Hunter: La saga de Capcom se adapta al cine con toques terroríficos

El director de Resident Evil, Mortal Kombat y Dead or Alive adapta el videojuego más vendido de Capcom a la gran pantalla, ¿pero para quién es esta película?
Crítica Monster Hunter: La saga de Capcom se adapta al cine con toques terroríficos
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Cuando uno piensa qué sagas del videojuego le gustaría ver adaptadas al cine suele caer en lo más fácil: títulos con una narrativa embebida potente, es decir, esos juegos en los que la historia está predefinida por los autores de la obra, y con una trama o un universo lo suficientemente interesantes como para desarrollarse mejor en el celuloide o para explorar otras facetas de su mundo en la gran pantalla. Paul W.S. Anderson no opina lo mismo. El director británico se atrevió a finales de los 90 a dirigir una película de la saga de lucha 1 contra 1 Mortal Kombat y a mediados de los 2000 hizo lo propio produciendo DOA: Dead or Alive; es cierto que con las seis películas de Resident Evil tenía personajes, escenarios y situaciones creadas previamente por Capcom, pero para bien y para mal, el cineasta dejó de lado gran parte de los cánones establecidos por el estudio japonés. Sin embargo, Anderson ha tenido que transitar aguas mucho más convulsas con la adaptación de Monster Hunter, una saga en auge en Occidente (la última entrega, Monster Hunter World, es el juego más vendido de la historia de Capcom) que, a pesar de que permite escarbar en su mundo y en su contexto argumental, no tiene unos personajes reconocibles con nombres y apellidos. El resultado es un filme que recoge de la obra original los monstruos, pero donde casi todo lo demás está el ADN propio del director: lo bueno, como los toquecitos de terror; y lo malo, como su gusto por el militarismo y un ritmo totalmente descentrado.

La relación entre Artemis (Milla Jovovich) y el Cazador (Tony Jaa) es el pilar de la historia.

Viaje al Viejo Mundo

La película nos presenta a un grupo de soldados de las Naciones Unidas, encabezados por la teniente Artemis (Milla Jovovich), que se encuentran en una misión en el desierto cuando, de manera repentina, son atrapados por una tormenta que los manda al Viejo Mundo de Monster Hunter. A partir de ahí comienza una lucha por comprender lo que ha ocurrido, por la supervivencia y por volver a casa que se alarga demasiado hasta rellenar la hora y 45 minutos de celuloide. Ya en los primeros minutos, los guerreros (interpretados por el rapero “T.I.” Harris, Meagan Good, Diego Boneta y Jin Au-Yeung), armados con sus metralletas, lanzacohetes y otra parafernalia militar, no tardan en desaparecer de la pantalla, liberando al espectador de los diálogos insulsos y ridículos que dan paso a una relación más interesante, aunque problemática, entre Jovivich y el Cazador, el especialista en artes marciales Tony Jaa.

El guión de Anderson intenta, de manera bastante inteligente pero poco fructuosa, representar un pilar clave de Monster Hunter en la relación entre Artemis y el Cazador. Al igual que las mejoras historias jugando a las distintas entregas de la saga se construyen en los éxitos de las cacerías, algo que sólo se consigue cuando los jugadores participantes se entienden y se coordinan, el personaje de Jovovich (que representa a su vez el espectador que viaja al Viejo Mundo sin conocer la serie) y el de Tony Jaa tienen que aprender a colaborar y a entenderse incluso aunque hablen idiomas distintos, aunque tengan tradiciones distintas y aunque procedan de civilizaciones con avances tecnológicos muy distintos. Sin embargo, las situaciones que intentan ser cómicas o emotivas caen en un neocolonialismo estadounidense que nos ha dejado estupefactos: como en las películas del siglo pasado en las que los militares yanquis enseñaban a los salvajes de países en desarrollo cómo se vivía, aquí la teniente Artemis cae en el paternalismo de enseñarle cómo se caza a un Cazador que lleva toda la vida conviviendo con esos monstruos, y no faltan tampoco escenas que rozan lo hiriente como cuando le enseña lo que es el chocolate o lo que es un velcro.

Los países arenosos de Sudáfrica y Namibia ofrecen planos panorámicos amplios necesarios en ocasiones para meter a monstruos enormísimos.

Los monstruos son los protagonistas

A pesar de esas escenas avergonzantes, son también la teniente y el cazador quienes protagonizan los mejores momentos del filme: el entrenamiento y el posterior combate para luchar contra una Diablos Negra, ya que sacan a relucir sus habilidades físicas con espadas, arcos y otro armamento (muy respetuoso con los modelados de Capcom) en las manos, a la vez que muestran en pantalla lo que todo el mundo que se siente en la butaca habrá venido a ver. No son muchos y seguramente los aficionados más fieles de la saga sabrán ponerles pega, pero el diseño de los monstruos (realizados por el estudio CGI de Mr. X) es para quitarse el sombrero: sus animaciones, sus detalles y sus alaridos no son acongojantes, pero sí muy espectaculares. Sin embargo, Anderson se ha tomado aquí otra licencia: mientras que las criaturas de Monster Hunter son bestias que tienen preocupaciones dignas de cualquier animal (alimentarse, descansar y control del territorio), aquí son más violentos, con comportamientos casi humanos: son resentidos y vengativos. El cambio, eso sí, casa con los toques de cinta de terror y casi aproximándose al gore que tiene la película en ciertos momentos, algo que funciona en el filme a la vez que se percibe como extraño en la saga.

Esas criaturas y esos momentos muy concretos que se pueden contar con los dedos de una mano son los que consiguen hacer pasable un filme con un ritmo atroz que en los últimos compases empieza a introducir personajes olvidables sin ton ni son, que cae en los tropos del peor cine de acción de serie B como las cámaras lentas sin sentido, y que ni siquiera se preocupa de ofrecer un cierre a la que es la primera entrega de una saga que, suponemos, se alargará durante un puñado de películas, esperamos, mejor que esta.

Los monstruos no son muchos, pero lo que hay tienen un diseño fotorrealista espectacular. Eso sí, os recomendamos no ver tráilers si queréis sorprenderos con ellos.

¿El público objetivo? Todos

Entonces, si no es una cinta ideal para los fans de Monster Hunter ni una película de acción que pase del decente, ¿para quién es esta película? La respuesta probablemente ya la sabíais incluso antes de leer esta crítica, pues solo hace falta echarle un vistazo a la filmografía de Anderson: es una película para los palomiteros, que al fin y al cabo, en un momento u otro, somos todos nosotros. Es una cinta con la que refugiarse en el calorcito del cine durante dos horas en plena Navidad para ver algún momento emocionante junto a la pareja o la familia; es una cinta de esas que rellenan la estantería, siempre dispuesta a sacarse cuando vienen colegas a casa y hace falta una de esas películas comentables y con las que reírse, ya sea con ella o de ella. Al fin y al cabo, la película de Monster Hunter es a la saga original lo mismo que las últimas cintas de Resident Evil a esa misma serie.

Hemos realizado esta crítica tras acceder a un screener facilitado por Sony Pictures Entertainment Iberia. Monster Hunter se estrena en los cines de España el 26 de marzo.

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Fran G. Matas

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