Muchos se sorprendieron cuando la serie más exitosa de la historia en History Channel, Vikingos, anunció que continuaría su viaje en Netflix. El servicio de streaming se hizo con los derechos del proyecto en clave de spinoff del popular drama histórico, bautizándolo como Vikingos: Valhalla y otorgándole uno de los presupuestos más altos de los últimos años en el portal. En Vandal Random ya hemos podido verla al completo, y os contamos si merece la pena en nuestra crítica sin spoilers. Valhalla, que se estrenará el 25 de febrero, promete contentar a los fanáticos de la saga nórdica.
Vikingos: Valhalla, una serie ambientada 100 años después de Vikingos
Vikingos: Valhalla, más que un spinoff, es una secuela. Hablamos de una colosal producción de corte histórico ambientada a principios del siglo XI, partiendo justo el momento en el que los vikingos más famosos de la historia triunfaron y fueron leyenda. Auspiciada y escrita por Jeb Stuart -autor del guion de la Jungla de cristal y El fugitivo-, está enmarcada unos 100 años después de los sucesos de la serie original, cuando las tensiones entre los vikingos y la realeza inglesa alcanzan un sangriento punto de ebullición y los propios nórdicos se enfrentaron entre ellos por el ascenso de las creencias cristianas dentro de una sociedad de fuertes raíces paganas. Lo primero que llama la atención de Valhalla es que, al igual que otras series tier one de Netflix, el presupuesto permite una escala mayor en presentación y enfoque.
Desde Kattegat hasta Inglaterra, Vikingos: Valhalla muestra el final de la era vikinga, marcada por la batalla de Stamford Bridge en 1066. La producción se enfoca en varias figuras claves de este periodo, desde el explorador Leif Eriksson (Sam Corlett) o su apasionada y decidida hermana, Freydis Eriksdotter (Frida Gustavsson), hasta el ambicioso príncipe nórdico Harald Sigurdsson (Leo Suter). A lo largo de estos episodios, se irán desvelando nuevas y arriesgadas misiones, sangrientas y espectaculares batallas y una incesante búsqueda en pos de la gloria y la supervivencia. Sí, puede sonar particularmente ambiciosa, pero es que el punto de partida de esta nueva serie lo es. El primer capítulo, dirigido por Niels Arden Oplev (autor de The Girl with the Dragon Tattoo y de varios episodios de Mr. Robot), es toda una declaración de intenciones.
La producción abre sus horizontes, haciéndose más grande que antaño en todos los sentidos, mostrando sin miedo parajes naturales y desligándose, en cierta manera, de la obsesión por los interiores de la Vikingos original en su contención presupuestaria original -pese a que también se ha rodado en Irlanda, en los Ashford Studios-. Sí, habrá espacio para los diálogos, las conversaciones y los discursos rimbombantes -toda una marca de la casa-, pero los temas y los escenarios se trata de otra manera, otorgándole un plus de identidad, carisma y presentación a la serie en conjunto.
Si bien las licencias históricas siguen ahí -no obstante, es un producto de ficción-, Vikingos: Valhalla no teme abrazar su propia identidad como producto televisivo, potenciándola con nuevos ingredientes y un reparto coral más interesante que nunca. Habrá batallas y personajes que bailarán en lo referente a las fechas en las que sucedieron o participaron y momentos narrados en los anales de la historia que desaparecerán en pos de la narrativa en términos generales. Sin embargo, y en palabras de su propio showrunner, una de las personas más importantes de todo la serie fue Justin Pollard, el consultor histórico que ya colaboró con Michael Hirst en la serie original y que ayudó en la construcción de los personajes y los sucesos narrados en los episodios.
Vikingos: Valhalla está muy bien medida. Es un drama histórico con énfasis en la acción, sí, pero no olvida sus intrigas políticas, su mirada a las propias tradiciones folclóricas de un pueblo que ha abrazado el cristianismo y su obsesión por los personajes carismáticos forjados a fuego y sangre en tiempos convulsos. No obstante, hablamos de un periodo con mucha chicha, justo cuando, en enero de 1066, el rey de Inglaterra Eduardo el Confesor, fallece sin haber dejado un heredero al trono. La sucesión de toda Inglaterra pende de un hilo, y este vacío de poder acaba provocando que el conde Wessex, el rey de Noruega y Guillermo el Conquistador, duque de Normandía, acaben reclamando sus derechos al trono.
Hay que remarcar que el destino de los tres personajes principales de Vikingos: Valhalla, Leif, Freydís y Harald, se entrecruzan luego de la fatídica Masacre del Día de San Brice, un punto de inflexión en la era vikinga. En aquel aciago día, miles de vikingos fueron asesinados a sangre fría en represalia por las incursiones danesas en el pasado. Como os decimos, la producción de Netflix navega, y nunca mejor dicho, por una primera temporada que engarza inteligentemente capítulos en los que los ejércitos chocan -la batalla del puente y las marismas colindantes está muy bien rodada y es diga de los mejores momentos de Juego de tronos- y momentos en el que las tramas hablan de tradición, miedo a perder las raíces que una vez fueron importantes en su cultura y las ambiciones de poder de unos líderes que quieren aparecer en las leyendas e historias del mañana.
Especialmente brillantes nos parecen las actuaciones de Bradley Freegard y Leo Suter, mimetizados en sus respectivos personajes históricos, y muestras encarnadas de un pasado de gloria, conquistas y victorias que en el momento en el que se desarrolla la serie, son las mismas ambiciones que persiguen sus protagonistas. Un apunte: para prepararse como Harald Sigurdsson, el actor Leo Suter estuvo leyendo múltiples libros de la época, estudiando los poemas épicos anglosajones como Beowulf y The Battle of Maldon.
Si bien está planteada con exactitud milemétrica como obra de entretenimiento -no sobra ni le falta de nada-, sí es cierto es que hay líneas argumentales que no están del todo pulidas y acaba siendo menos interesantes de lo que deberían en su conjunto, quizás agravadas por la disparidad de calidad y registros interpretativos del elenco, así como por unos guiones con más recursos efectistas que otros. Y es que otro de los errores más evidentes de Vikingos: Valhalla, sobre todo en sus últimos episodios, es su obsesión por apresurar la narración de cara a mostrar rápidamente todas sus cartas y los plot twist más esperados. Como os decimos, tiene buenos mimbres, y hay guiones más redondos que otros, pero Valhalla se debe a su público. Y no decepcionará. Puede que no pase a la historia como su predecesora, pero sí es cierto que ofrece todo aquello que promete: acción, honor y gloria.
Hemos visto todos los episodios de Vikingos: Valhalla en acceso anticipado gracias a una invitación realizada por Netflix y Equipo Singular. Vikingos: Valhalla estrena su primera temporada al completo el 25 de febrero.
