Hace unos días, Peter Jackson nos presentó y explicó los pormenores de su ambiciosa docuserie sobre Los Beatles, un documento audiovisual que se estrena en Disney+ a través de grandes episodios temáticos afianzados en el momento más trágico de la banda. Jackson, cineasta neozelandés responsable de las exitosas trilogías de El Señor de los Anillos y El Hobbit, así como realizador de joyas de la serie B como Braindead y Mal gusto, es un fan de los de Liverpool. Según nos confesó, cuando escuchó por primera vez una canción de la banda en la radio, su vida cambió para siempre.
Pese a que no tenía pensado dirigir o involucrarse en un documental de esta índole, pasó mucho tiempo revisando y catalogando los archivos digitales escaneados por Apple Corps, siendo testigo de primera mano de un testimonio audiovisual único sobre los últimos días del grupo, en enero de 1969, desde las primeras grabaciones de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr en Twickenham Studios y Apple Corps, hasta el famoso Concierto en la Azotea. Poco a poco, lo que él esperaba iba a convertirse en una especie de velatorio, con las discusiones, broncas y desavenencias propias de la banda en aquellos trágicos días, se convirtió en una forma de conocerlos mejor. En un retrato de su verdadera personalidad.
A través de un extenso conjunto de 60 horas de filmaciones que jamás han visto la luz, Peter Jackson ha confeccionado The Beatles: Get Back, una obra sin parangón que se estrenará el próximo 25 de noviembre bajo la forma de una docuserie especial en Disney+ a lo largo de tres días (25, 26 y 27 de noviembre). Os contamos en Vandal qué podéis esperar de ella.
Los últimos días del conjunto más importante de la historia
Lo importante de un documental es mostrar la realidad. Suena a boutade, pero es así. Un documental debe ayudarte a comprender aquello de lo que se está hablando, ofreciéndote una mirada única de un tema en concreto. La narración visual se suele acompañar de una voz en off, se adereza con entrevistas y testimonios que dan contexto a la situación que se muestra ante el espectador. En el caso de The Beatles: Get Back la percepción y la presentación es distinta. No hay intermediarios. No hay versiones. No hay filtros. Se busca que aquella persona que decida disfrutar de las más de seis horas que se han montado para la ocasión se involucre de una manera similar a la que Jackson experimentó en sus carnes cuando en el verano de 2017 se le permitió acceder a estas grabaciones inéditas almacenadas en los archivos de la discográfica que sirvió de hogar a la banda.
The Beatles: Get Back nos presenta a los integrantes de la banda como personas, cálidas y joviales, con interacciones alegres, conmovedoras y muy humanas. Los muestra ensayando, tocando, preparándose para lo que ellos creerían que sería un reencuentro muy especial y que se emitiría en televisión. Aquello no salió bien y pronto veremos cómo se derrumban, se generan tensiones y lo que se prometía como un onírico espacio con el que rememorar viejos tiempos a través de la música acaba rompiéndose. No esperéis una versión de un hecho, una narrativa torticera a favor de uno u otro. Peter Jackson se ha involucrado a la hora de mostrar todo lo que se grabó, acudiendo a las distintas fuentes, cámaras y archivos de audio, construyendo un tapiz muy realista y veraz, huyendo del condensado y artificial montaje de Michael Lindsay-Hogg, responsable de las grabaciones originales y de la película resultante, Let it Be (1970). Quizás lo que más choque a simple vista es que, precisamente, son tipos normales. No hay rastro de un ego deslumbrante que lo devora todo. No hay prima donna. Yoko Ono no es la villana que muchos esperan ver. Lógicamente, hay desacuerdos. A montones. Y existen ambiciones y puntos de vista muy diferentes. Pero es que así eran Los Beatles. Distintos.
Hablamos de un documental muy descarnado, a veces incómodo, trufado de conversaciones privadas que nunca se habían filtrado y que, hasta la fecha, jamás habían llegado al gran público. Pese a que el halo de voyeur puede que jamás se vaya del todo a lo largo del extenso metraje que ha preparado el director de Criaturas Celestiales para la ocasión, se trata de una demostración constante, en bruto, de lo que se ocultaba detrás de estos grandes genios que asombraron a toda una generación. No podemos cerrar una crítica sobre The Beatles: Get Back sin enfatizar el colosal trabajo de remasterización de Peter Jackson y su equipo.
Filmado en 16mm por el citado Michael Lindsay-Hogg, el material original se hinchó en copias de 35mm para su presentación cinematográfica posterior, dando como resultado una imagen con mucho grano y fotografía irregular, algo que se ha arreglado en esta presentación. El abundante material digitalizado por Apple Corps se entregó en Park Road Post Production (Wellington, Nueva Zelanda), cayendo en las manos del mismo equipo que se encargó del anterior documental de Jackson ambientado en la Primera Guerra Mundial, Ellos no envejecerán. A través de algoritmos impulsados por inteligencia artificial, se eliminaron digitalmente muchas de las imperfecciones del celuloide, borrando pelos y artefactos varios. ¿El resultado? Una mejora de resolución más que evidente, parece que se filmó ayer. Si tenéis una buena pantalla de proyección o un televisor OLED, que muestre de una forma fiel los colores y los negros, estáis de enhorabuena.
En el sonido también hay un salto que puede considerarse casi milagroso. Gracias a la descomposición de las pistas sonoras en otras más pequeñas y diferentes, se ha pasado de una pista en mono plana y con pocos matices a un sonido multicanal, muy contundente, con un realce de los diálogos y las voces más que evidente que nos permitirá escuchar as conversaciones como nunca antes. Así se consigue preservar el sonido ambiente y musical de las grabaciones, pero permitiéndonos sentirnos allí, testigos de las frases, diálogos e indicaciones de Los Beatles mientras trabajaban, componían y preparaban sus actuaciones.
No obstante, Los Beatles han trascendido más allá de la música. Son algo más. Hablamos de un conjunto que ha dejado una huella imborrable en la cultura popular. Su legado está presente en los más distintos ámbitos de nuestra vida. Años después de su disolución, de sus trágicas historias y de las carreras de sus distintos integrantes, siguen estando ahí. Con nosotros. Las modas y las discográficas van y vienen, pero Los Beatles permanecen. El paso del tiempo puede suavizar el recuerdo, convirtiendo lo amargo y doloroso en agridulce, matizándolo todo, difuminando la realidad hasta hacerla más amigable para aquel que la experimentó.
The Beatles: Get Back puede parecer una pieza audiovisual cruda, de digestión pesada para el espectador menos avezado en muchos de sus tramos, pero es una obra real, tangible. Se trata del documental definitivo de aquellas concurridas y duras tres semanas de enero de 1969, un momento histórico y único en las carreras y las vidas de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. 51 años después tenemos una oportunidad única de disfrutar junto a ellos mientras hacían aquello que amaban.
The Beatles: Get Back se estrena el 25 de noviembre en Disney+ como un evento de tres partes. Hemos asistido al pase especial del documental en adelanto invitados por Walt Disney Company y Way To Blue.