Dead Ringers, traducida como Inseparables en España, es la reimaginación de una de las cintas más extrañas y controvertidas de David Cronenberg, un cineasta en cuya filmografía encontramos verdaderas rarezas. Esta producción de Amazon, que cuenta con Rachel Weisz como actriz y productora, nos vuelve a contar una retorcida historia sobre dos gemelas ginecólogas y dueñas de una clínica de fertilidad y su descenso a la locura. En Vandal hemos podido ver la miniserie en adelanto, que se estrena el 21 de abril, y que promete, con su trama llena de sorpresas, misterios y escenas truculentas, dejarnos pegados al sofá.
Dos médicas y ginecólogas en su descenso a la locura: Inseparables (Dead Ringers) es una ficción llena de misterio, sangre y retorcidas tramas
En Inseparables, se nos presenta a las hermanas Mantle, Eliott y Bervely, dos brillantes cirujanas especializadas en fertilidad femenina, que trabajan en una clínica vanguardista con los mejores medios y el personal más profesional y preparado. Su día a día no puede ser mejor. Ayudan a familias a tener descendencia, se codean con la élite y disfrutan de las comodidades de la gran ciudad. Si recordáis la película original de Cronenberg, eran dos hombres interpretados por Jeremy Irons, uno seductor y carismático, y el otro más introvertido y tímido, que no dudaban en compartir quirófano, intercambiarse en fiestas, citas o en el trabajo, así como en lo relativo a los amantes. Aquí se ha trasladado más o menos esta dinámica, una constante serpiente de uróboro que se muerde la cola: cuando una sale de su zona de confort llega la otra para reintroducirla en el ciclo sin fin al que parecen estar atadas a fin de encontrar el equilibrio entre ambas en una relación de dependencia tóxica como pocas.
Esta producción, concebida como una miniserie de seis episodios, adapta la producción de Cronenberg, que a su vez reimaginaba el libro Gemelos (Twins) de Bari Wood y Jack Geasland, introduciendo nuevos temas más actuales y ofreciendo dosis del habitual body horror del director pero con ciertos matizas. Si en la cinta del responsable de La Mosca, se nos llevaba a Canadá, ahora la acción se ha trasladado a Nueva York, lugar en el que en lugar de encontrar a una paciente, adicta a los fármacos y las sustancias, que intentará llevar a la locura a estas dos hermanas con mutilaciones y sangrientas intervenciones, tendremos un pequeño giro en el planteamiento y la trama.
Inseparables toma otro camino. Alice Birch, responsable de Normal People, nos explicaba que la serie decidió abordar un aspecto controvertido, el camino de los límites de la ética en la fertilidad y la manera en la que las mujeres dan a luz, todo ello con grandes dosis de suspense. Ambas hermanas, encarnadas por Rachel Weisz -en lo que podríamos considerar uno de los papeles más complejos de su carrera-, quieren ser las pioneras de un estudio médico que roza lo ilegal, haciendo historia en el ámbito de ciencia, pero cruzando una delicada línea roja -y no usamos el color a la ligera-: están dispuestas a desafiar los límites de lo moralmente correcto con tal de mejorar el proceso con el que las mujeres conciben y traen vida al mundo. Sí, puede parecer un buen motivo, pero hay intenciones y motivaciones internas y externas -como la financiación privada de este tipo de experimentos- que revelan un sentimiento egoísta que acabará siendo la pátina que lo impregne todo y acabe desencadenando algunas situaciones y contextos realmente incómodos. No tiene miedo en hablar de violencia obstetricia, de la depresión postparto, de un tema como los vientres de alquiler o ir incluso más allá. Inseparables, y esto podéis considerarlo como un aviso, es muy transgresora en sus planteamientos, así como perturbadora.
La ficción de Birch está jugando constantemente con la dualidad, tanto en trama como en personajes y sus acciones, conceptos o incluso recursos visuales, generando una extraña sensación de irrealidad, dinamitando lo que podemos considerar tangible y sucio a lo aséptico y pulcro, buscando confundir al espectador con varias secuencias en las que las dudas sobrevolarán una y otra vez -¿quién es quién en este constante tira y afloja de las gemelas? ¿Quién es la buena y quién la mala? ¿Tiene alguna de ellas algún tipo de código ético en sus actos o forma de vivir?-. Inseparables es una serie sucia y explícita, que no duda en mostrar sangre y la crudeza que se vive en los paritorios, enseñando cesáreas, nacimientos traumáticos y otros procedimientos médicos en esto de traer vida al mundo, y muchas veces buscará la forma de contraponerlo con momentos más felices y limpios. Un poco fuera de tono parecen algunos diálogos -hay una conversación en una cena que llega a ser sonrojante-, más preocupados por dejar claros los temas principales de la serie, cayendo en una evidente sobrexposición, que por ofrecer otro nivel de lectura o complejidad a un tema ya de por sí controvertido.
Siguiendo con la dualidad y esta regla de dos que imbuye toda la serie, Inseparables presenta una constante yuxtaposición entre vida y muerte, ayudando a que todo parezca encajar de forma en la que se describen a estas hermanas, el eje de todas y cada una de las tramas. Son unas gemelas que, pese a que son radicalmente distintas en su condición, se aman sobre todas las cosas y lo hacen de una manera tan envenenada como obsesiva, marcando su existencia hasta las últimas consecuencias. Era difícil, pero la reinterpretación de Birch es inteligente. Sabe recoger los temas del filme de los años ochenta, elevándolos en algunos tramos y haciendo de ellos algo más estilizado, aterrador y tangible. Amazon vuelve a apostar por una serie diferente, distinta y muy arriesgada -podíamos decir que incluso seductora- que no dejará indiferente a nadie.
Hemos visto Dead Ringers (Inseparables) al completo gracias al acceso anticipado ofrecido por Marco Agency y Amazon. La serie se estrenará el 21 de abril con seis episodios.