Las películas de acción al estilo John Wick están apareciendo en todos los campos y géneros. El largometraje de Chad Stahelski y David Leitch ha dado lugar a una especie de subgénero centrado en las coreografías despampanantes y las secuencias de combate y tiroteo que parecen más propias de un videojuego que de una cinta. Turno de día sigue un poco esa estela de fotografía perfeccionista y secuencias de acción de escándalo, con unos protagonistas expertos en todo tipo de artes de lucha dominando además las armas de fuego como tiradores excelentes, pero con una estructura extremadamente parecida a Vampiros de John Carpenter. El responsable de Halloween o La Cosa firmó a finales de los noventa una obra en la que la caza de vampiros era un trabajo como otro cualquiera. Carpenter remató la década de los noventa cambiando de subgénero y pasando a un registro más propio de Aliens, explorando otros terrenos para hacer evolucionar su obra como cineasta.
El día que John Wick conoció a Vampiros de John Carpenter
Parte de la humanidad es consciente de la existencia de estos seres y hay un grupo de élite, capitaneado por Jack Crow, que usa todo tipo de artefactos y gadgets para acabar con estos monstruos de la forma más segura posible. Turno de día traslada ese ideal de caza de vampiros como modelo de vida a la actualidad con un Jamie Foxx que usa un trabajo de limpia piscinas como tapadera para ejercer realmente su vocación: arrancar dientes a los hijos de Drácula como si no hubiera un mañana. Con una estructura tan evidente, que busca sostenerse a unas raíces firmes del género original del que procede a la par que se adhiere a las fórmulas que más funcionan a día de hoy en pantalla, J.J. Perry firma una historia que busca asentar sus bases para crear una posible serie de películas.
Turno de día llega en un instante de verdadera sobredosis de acción uniéndose a Atómica, Nadie o Bullet Train como extensión del cine pastillero que busca ofrecer una experiencia de pura adrenalina. Jamie Foxx vuelve a ocupar un papel protagonista donde hay plomo por los cuatro costados. No veíamos al actor cogiendo tantas armas desde Django: Desencadenado, y la verdad es que le sienta de maravilla ponerse a repartir estopa a vampiros que parece que han visto cómo se mueve Pennywise en la It de Andy Muschietti, porque poseen unas extrañas habilidades contorsionistas que les permiten esconderse hasta el rincones más insospechados. Pero más allá de esa buena fotografía y de una espectacularidad que hemos visto en productos recientes como El agente invisible, Turno de día pasa bastante de largo.
La acción como puro entretenimiento con unos vampiros
No nos malinterpretéis, el largometraje funciona como un tiro y se siente bien en cuanto a ritmo, porque los guionistas Shay Hatten y Tyler Tice van directos al grano sin pensárselo demasiado. Pero en líneas generales da la impresión de ser un largometraje vacío sin demasiado que aportar. Es decir, existiendo ya obras como Vampiros de John Carpenter, que sí tuvieron un impacto en su momento gracias a cómo representaron el concepto de cazavampiros y el modo en el que se concebía a estos seres (como una plaga a la que exterminar, como si fueran simples cucarachas), es complicado encontrarle un valor añadido a una producción que lo único que busca es hacer que el espectador desconecte.
Cosa que desde luego, repetimos, va genial, pero no es suficiente como para que Turno de día permanezca mucho tiempo en nuestra memoria. Por lo menos no mucho hasta que anuncien más entregas en camino (si las hay). Se desaprovecha incluso esa mitología interna que se construye alrededor de los vampiros sobre sus diferentes tipos y costumbres. Además, la villana de Karla Souza queda demasiado desaprovechada. Tiene un fondo que no llega a explotarse ni a explicarse como es debido.
Del resto del reparto que acompaña a Foxx, destacar sobre todo la participación de Dave Franco en el proyecto, que juega el papel de típico ratón de biblioteca que jamás sale a realizar trabajos de campo pero que sabe todo acerca de vampiros y su mitología (lo que vendría a ser David Wenham en la Van Helsing de 2004 protagonizada por Hugh Jackman). Sus aportaciones de comedia son la clave para refrescar un poco los entornos donde reina la sangre. Da un soplo de aire fresco que, a pesar de poder rascar un poco el humor de Marvel Studios, sabe sacarnos una carcajada de vez en cuando. Snoop Dogg, por supuesto, cumple con su escueto papel como leyenda dentro del largometraje.
Conclusiones
Después de todo esto, probablemente os preguntéis: ¿Vale la pena entonces Turno de día? La respuesta es sí, evidentemente. Una cinta que reúne los mejores elementos de películas como John Wick y que permite rememorar la Vampiros de John Carpenter aplicada a nuestra actualidad merece ser vista. Ahora bien, es mejor no ir con demasiadas expectativas en lo que respecta a buscar un impacto audiovisual o una historia que nos cautive y pueda llegar a engancharnos más allá de que use fórmulas muy vistas, como fue por ejemplo el caso de Nadie de Bob Odenkirk, que a pesar de ser otro refrito de la saga protagonizada por Keanu Reeves supo aportar un tono y una historia, con un personaje principal brillante, que sí captaba nuestra atención.