El pasado mes de agosto de 2022 Sony anunció el DualSense Edge, un mando avanzado o pro para PlayStation 5 con un montón de opciones de personalización que ya hemos podido probar en Vandal para contaros durante las próximas líneas lo que nos ha parecido este mando bastante polivalente, muy fácil de configurar para aquellos que debuten con este tipo de mandos y una decisión en su diseño que ha sido controvertida.
El DualSense Edge a primera vista
Comencemos por lo más básico que es el aspecto del DualSense Edge , qué llama la atención la primera vez que lo sacamos de su rígido estuche que, por cierto, tiene un acabado bastante premium y un una "tapa" en la parte trasera para que podamos cargar el mando mientras esta guardado y protegido en su interior.
Al abrir este estuche tan resultón nos encontramos con el mando y, al cogerlo, vemos que el diseño básico es exactamente el mismo que el del DualSense tradicional, agregando ciertos cambios y retoques que le sientan bien y que se descubren rápidamente a simple vista, como el panel táctil rematado en negro y con los habituales símbolos de los botones de PlayStation así como una superficie más agradable para pasar los dedos algo similar a lo que ocurre en los gatillos R2 y L2 en los que también encontramos una superficie rugosa (también creada con los símbolos de los botones) y más agradable al tacto destinada a mejorar el agarre y que no se nos resbalen los dedos al pulsar estos botones.
Otro de los detalles que llaman la atención es el remate en negro de la zona de los sticks (que son extraíbles como muchos sabréis y como remarcaremos más adelante) apostando por un negro brillante en lugar del mate y encontrando en la parte inferior los dos botones de función con un uso bastante acertado que comentaremos un poco más abajo.
Al dar la vuelta el mando vemos también otras diferencias como el botón para extraer la carcasa de los sticks anteriormente mencionada, los huecos para insertar las palancas traseras y los topes para regular el recorrido de los gatillos adaptativos.
Por otro lado, otra de las cosas que quisimos probar el tacto de los botones y la cruceta que vuelven a apostar por un sistema de membrana pero que suenan y se sienten un tanto diferentes (para mejor), al menos en comparación con los de la primera versión del DualSense. No creemos que sea algo específico del DualSense Edge ya que de otro modo la propia Sony lo hubiera comentado, sino que este tacto diferente se deberá a mejoras y retoques habituales en los procesos de construcción de estos dispositivos a medida que la generación va avanzando.
La polivalencia del DualSense Edge a nivel de hardware
Ahora si vamos a hablaros de la polivalencia del DualSense Edge y vamos a dividir esta polivalencia en dos bloques, hardware y software, ya que además de todos los retoques físicos que podemos hacer al mando también hay muchas funciones integradas en el sistema operativo de PlayStation 5 en cuanto detecta que los conectamos y que vamos a repasar en su propio apartado.
A nivel de hardware lo más espectacular a nivel "visual" son los sticks extraíbles que podemos retirar de forma sencilla pulsando el botón release trasero, quitando la tapa que los recubre y levantando unas pequeñas palancas de seguridad que se van a asegurar de que posteriormente queden bien insertados. Es un proceso fácil de ejecutar, como todo lo que propone el DualSense Edge que es un mando muy bien diseñado para que pueda usarlo cualquier tipo de público incluyendo los primerizos con este tipo de mandos. Eso sí, se trata de un detalle más espectacular para nuestros ojos que otra cosa, ya que los sticks son exactamente iguales a los del DualSense original y el motivo de extraerlos es poder sustituirlos en el futuro cuando se desgasten sus mecanismos o si acaba habiendo algún fallo.
Quedándonos en los sticks, junto al DualSense Edge llegan las tapas de los sticks habituales del modelo de serie con ese formato convexo y, en el estuche, llegan cuatro tapas extra, dos cóncavas de baja altura y otras dos cóncavas más altas. Estas tapas se pueden cambiar con facilidad en un proceso de nuevo, muy sencillo, tirando para extraer suavemente mientras que para insertarlas buscaremos su posición girándolas suavemente y apretando para encajarlas en el stick.
El otro gran añadido en este sentido son los dos botones traseros pudiendo escoger entre dos juegos diferentes, uno de dos palancas y otro de media bóveda según nuestros gustos, particularmente al que os escribe le gustan más las palancas, pero las medias bóvedas también tienen su encanto y, a fin de cuentas, el objetivo del mando es poder adaptarse a todos los gustos de los jugadores. Aquí de nuevo el proceso de quitar y poner estos botones es muy fácil, usando un sistema magnético muy bien pensado para realizar el proceso.
Otra de las grandes novedades que encontramos en esta parte trasera son los topes de los gatillos adaptativos que nos permiten dejarlos con el recorrido completo perfecto por ejemplo para juegos de conducción, un recorrido intermedio y un recorrido de acción rápida similar a la pulsación de cualquier otro botón que vemos especialmente útil sobre todo en shooters.
Además, a todo esto hay que sumar los nuevos botones de función que nos van a permitir trastear entre perfiles y ajustar la mezcla de volumen, aunque esto está en la fina línea entre el hardware y el software así que vamos a empezar a hablar de ello en el próximo apartado.
El DualSense Edge y sus posibilidades a nivel de software
La otra gran capa de personalización del DualSense Edge esta a nivel de software, algo que notamos en cuanto conectamos por primera vez el mando a la PlayStation 5 que lo detecta y nos invita a hacer un pequeño y aconsejable tour para que conozcamos todo lo que podemos hacer con él, con una integración en el sistema operativo de la consola que es digno de mención y que, de nuevo, está muy bien diseñado.
Tras hacer este pequeño tour casi todo el mundo va a tener bastante claro cómo configurar y personalizar aún más el DualSense Edge accediendo a sus menús desde las opciones de accesorios de la PS5, mostrándonos un completo software que nos permite crear varios perfiles que podemos asignar a atajos creados con el botón de función y, por ejemplo, triángulo, círculo, cruz y cuadrado, pudiendo intercambiar estos perfiles al vuelo sin salir del juego.
También podemos intercambiar los botones como nos dé la gana a nivel de software o asignar el botón que queremos utilizar cuando pulsamos los nuevos traseros, aunque, para lo que se lo estén preguntando no, no se permiten las macros por el mero hecho de favorecer la igualdad entre los jugadores de PlayStation que no tengan este mando.
Otra cosa muy interesante que podemos hacer con este software es controlar la sensibilidad de los sticks escogiendo entre diferentes perfiles pensados para distintos tipos de videojuegos o personalizar los puntos muertos o de acción de estos sticks o de los gatillos tal y como nos dé la gana. Por cierto, también podemos elegir la intensidad de la retroalimentación háptica y de la iluminación LED del mando y usando el botón de función junto a la cruceta podemos cambiar la mezcla de audio del juego y el chat de voz si lo estamos usando.
La autonomía, el punto débil del Edge
Pasemos para finalizar al último punto del que creemos que hay que hablar de este DualSense Edge que es el de su autonomía, inferior a la del DualSense tradicional, algo que ha reconocido la propia Sony. En nuestro caso, la autonomía ha sido de unas 7 horas usándolo con títulos diferentes como eFootball 2023 o Hogwarts Legacy, algo que puede variar en función del juego y el uso que haga este de tecnologías como la retroalimentación háptica, los gatillos adaptativos o el altavoz interno del mando.
Esto a nivel técnico se debe a que incluye una batería más pequeña que la del DualSense tradicional que se ha reducido para hacer hueco a algunas de las funciones extra del mando que se cobran un precio en este sentido, una decisión que creemos que es el mayor lunar de un mando que en el resto de puntos nos ha encantado.
Por suerte junto al mando llega un cable trenzado USB bastante largo (de unos 3 metros) que nos va a permitir cargar el mando mientras jugamos incluso si tenemos el sofá o el asiento bastante lejos del monitor o televisor, incluyendo también un sistema de bloqueo de plástico para evitar que el cable USB se suelte mientras jugamos.
Conclusiones
El DualSense Edge, sin lugar a dudas, el mejor mando DualSense "pro" que un jugador de PlayStation 5 puede conseguir, tanto por sus opciones de personalización como por la sencillez para conectar y configurar todos, con un diseño muy bien pensado por Sony y unas sensaciones muy gratificantes cuando agarramos el mando que, a nivel visual, es casi idéntico al DualSense tradicional para no cambiar aquello que funcionaba.
Su principal lunar es el de la autonomía por esa batería más pequeña que el mando original, una pega que puede echar para atrás a algunos jugadores y aquí cada uno tendrá que escoger si quiere más funciones de personalización a la hora de jugar o una mayor autonomía. De todas formas, se trata de un mando premium orientado a los que más horas pasan con su PS5 o a jugadores profesionales que quieren controlar hasta el último parámetro del mando que llega a un precio de 239,99 €.
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Hemos realizado este análisis gracias a un DualSense Edge cedido por PlayStation España.