Alien vs Predator: historia de un desencuentro

Repasamos la trayectoria de Aliens y Predator juntos y por separado.
Alien vs Predator: historia de un desencuentro
·

Alien versus Predator: historia de un desencuentro

Las dos series de ciencia ficción protagonizadas por los alienígenas asesinos más famosos del cine han vuelto a unirse para dar a luz la nueva entrega de Alien versus Predator en las consolas de nueva generación, cuyo lanzamiento está previsto para el 19 de febrero de este año que comienza. A través de este reportaje, queremos hacer un pequeño homenaje a ambas series, hablando un poco de cada una de las clásicas franquicias cinematográficas (con alguna mención a las nuevas películas en las que Aliens y Depredadores se ven las caras, de manera similar a cómo lo hacen en el mundo del ocio electrónico), además de hacer un repaso por el amplio catálogo de juegos basados en ambas series, por separado, así como en los títulos en los que podemos ver a ambas razas, enemigas por naturaleza, juntas, aunque no revueltas...

En el espacio, nadie puede oír tus gritos...

La historia de los extraterrestres más terroríficos del cine de ciencia-ficción comienza con la película Alien, el octavo pasajero, extraordinaria película de terror espacial dirigida por el insigne Ridley Scott, y estrenada en mayo de 1979 en Estados Unidos. Se considera una de las películas más importantes del género, y su impacto cultural aún perdura hoy día. Además, el diseño del alienígena, realizado por el artista suizo H. R. Giger (creador también del arte gráfico de una de las grandes aventuras gráficas para ordenador de la década de los noventa, Dark Seed) se ha convertido, seguramente, en uno de los elementos clave de la cultura del terror de nuestra época.

Alien vs Predator: historia de un desencuentro

Quién más, quién menos, todos conocemos hoy día el argumento de la película: la tripulación de la nave Nostromo, entre los cuales se encuentra la genuina Teniente Ripley (en manos de una jovencísima Sigourney Weaver) descubre una extraña transmisión de origen desconocido que el capitán de la nave decide investigar. De esta manera, irán a parar a un planeta prácticamente desconocido, en el que encontrarán una nave con un extraño piloto extraterrestre fosilizado, con un cargamento de lo que parecen ser huevos embrionarios.

El segundo oficial al mando, Kane, se acercará a uno de los huevos. En ese momento, un ser en forma de araña se lanza a su cara y le agarra al rostro, dejándolo inconsciente. Por supuesto, este ser es el famoso agarra-caras o facehugger, con el cual comenzarán las penurias de nuestros protagonistas. Del pecho de Kane saldrá, ya en la nave, un pequeño e indefenso engendro que, pronto, se convertirá en la especie alienígena más peligrosa del universo. Ripley tendrá que ver cómo toda la tripulación desaparece bajo las fauces del temible ser, y deberá enfrentarse personalmente a él para, en última instancia, desembarazarse del mismo lanzándolo al espacio.

PUBLICIDAD
Alien vs Predator: historia de un desencuentro 1

La ambientación de la película, sin duda, es una de sus mejores bazas, ya que la oscuridad imperante en prácticamente todas las escenas donde el Alien aparece, los rápidos cambios de luz, el humo y las cadenas provocan auténtica ansiedad en el espectador. Por otra parte, en prácticamente ningún momento de la película veremos claramente al extraterrestre, por lo que el misterio respecto al mismo va in crescendo hasta el dramático desenlace. Sin duda, muchas películas posteriores han tomado influencias de Alien, el octavo pasajero... y no sólo películas. En el mundo de los videojuegos, aún podemos observar cómo títulos de la talla del genial Dead Space recoge influencias de la serie fílmica, tanto en la ambientación como en la creación de personajes.

Pero la historia cinematográfica de Alien no acaba aquí. Durante la década siguiente, vimos también la genial película dirigida por James Cameron, Aliens, el regreso, más enfocada a la acción que al misterio, a diferencia de la primera entrega de la saga. Eso sí, la película sigue la estela cualitativa de la anterior película, alejándose así del dicho aquel de que "nunca segundas partes fueron buenas". Aquí, por fin, podíamos ver a los Alien de cuerpo entero, y no sólo eso: los misterios relativos a la criatura se desvelaban durante la película de manera muy notable, sin apenas incongruencias respecto a lo que ya sabíamos de la misma.

De esta manera, se convertía al Alien en una criatura social que vivía en colmenas, las cuales eran guiadas por la voluntad de una Reina. La función de esta Reina era, fundamentalmente, procrear a través de grandes puestas de huevos. Estos huevos eran protegidos por los zánganos de la colmena, que buscarían nuevas presas para alimentar a los recién nacidos. De los huevos nacían los agarra-caras, los cuales introducían a la larva parasitaria en el sistema digestivo de las presas capturadas, donde el individuo alien crecía y del cual salía una vez adquirido el tamaño adecuado, con lo cual el círculo reproductivo de la especie quedaba completo. La Reina hacía una aparición estelar en la película, ya que sería el último enemigo al que Ripley debía hacer frente (de nuevo, protagonista en la historia) en la aventura.

Después de esta gran aportación a la saga, vinieron dos películas más: Alien 3, dirigida por David Fincher, en la que Ripley viajaba a un complejo carcelario espacial, en el que, por supuesto, aparecía nuestro simpático y hambriento amigo, ya que en la nave en la que Ripley y algunos supervivientes más del enfrentamiento contra el ejército alien volvían a la Tierra, viajaba como polizonte, por lo visto y como quien no quiere la cosa, un agarra-caras, depositado allí por la Reina antes de ser eliminada al final de la segunda película. La criatura infecta a un perro, y el engendro nacido del mismo se dedica a acabar con todos los reos de la enorme nave-prisión, por lo cual la teniente, que ya está curada de espantos, deberá hacerse cargo de la situación. El problema es que descubre, hacia el final de la película, que ella misma ha sido infectada por un embrión de alien Reina, por lo que decide inmolarse lanzándose a un horno de fundición metalúrgica, justo en el momento en el que la criatura comienza a salir de su pecho.

Y, finalmente, una obra maestra a nivel de diseño y, en lo que se refiere a sus efectos especiales, seguramente la película en la que la serie consigue su mayor espectacularidad: Alien: Resurrección. El hecho de que la película fuera dirigida por Jean-Pierre Jeunet, director también de Amélie y Delicatessen, condicionó mucho el desarrollo de la misma, convirtiendo a ésta en toda una muestra de belleza de diseño, en la que los Aliens se verían representados en todo su esplendor. Aún así, la película es la peor de la saga en lo que desarrollo argumental se refiere, y por ello es considerada la más floja de la tetralogía por los admiradores de la serie.

En esta entrega, Ripley es clonada en una base militar en el espacio doscientos años después de su muerte, y el embrión de Reina que llevaba en su interior es extirpado y criado en cautividad. El problema es que, para variar, el experimento se les escapará de las manos a los responsables del asunto y Ripley, junto a un equipo de comerciantes (aunque, por las pintas, más bien parezcan piratas) espaciales, deberá enfrentarse a la nueva amenaza resultante: una mutación del Alien producida por la combinación genética del ADN de Ripley con el de la Reina que albergaba en su seno. De nuevo, Ripley lanzará al espantoso híbrido al espacio, aunque en esta ocasión de una forma un tanto más desagradable que en la primera película. Finalmente, la pesadilla parece haber terminado, y los supervivientes podrán ver, con alegría, como por fin la nave que los aloja se dirige, con parsimonia pero sin freno, hacia su querido planeta de origen: la Tierra.

Y, de momento, no hay expectativas de una nueva entrega de la insigne saga de ciencia-ficción y terror, aunque hace años que se habla de una supuesta quinta parte protagonizada por las ácidas criaturas. Sigourney Weaver comentaba hace poco que siempre quedará una parte de la teniente Ripley dentro de ella y, por lo que pudimos ver en la última película, también un poquito de Alien, al menos en su código genético... Veremos que nos depara el futuro en este sentido.

La larga estela de Alien en el mundo del videojuego

Sin duda, las películas de Alien han dejado un largo y cáustico rastro a lo largo de toda la historia del videojuego. De hecho, los Xenomorfos, como se les conocería a partir de la segunda entrega de la saga fílmica, comenzaron sus andadas en el mundo del ocio electrónico en el sistema Atari 2600, con el título Alien. El juego, claro está, aprovechaba el tirón de la película de Ridley Scott para lanzar un clon del popular Pac-Man, en el cual nuestro personaje era perseguido por unos seres de grandes mandíbulas. El juego no estaba mal, pero cualquier parecido de los aliens del juego con las creaciones de H. R. Giger era pura coincidencia...
En los años que siguieron, durante la década de los ochenta, salieron al mercado cuatro títulos más basados en las dos primeras entregas de la saga para las plataformas de ordenador de la época, cunas de los videojuegos domésticos de por aquél entonces. Vimos aparecer a los Xenoformes en las plataformas ZX Spectrum, Commodore 64, Amstrad CPC y MSX, con títulos, fundamentalmente, de acción y aventura, aunque con notables diferencias entre unos y otros.
El primero de todos ellos, Alien, de 1984, desarrollado por Amsoft y publicado por Argus Press Software, era una aventura con grandes dosis de estrategia en la que debíamos ponernos en la piel de los diferentes integrantes de la nave Nostromo para acabar con el implacable homicida extraterrestre. Por otra parte, Aliens: The Computer Game, desarrollado en 1986 por Software Studios y editado por Electric Dreams, basaba su argumento en el segundo filme, y planteaba una aventura en primera persona en la que debíamos de enfrentarnos directamente contra las criaturas. Casualmente, el mismo año, Electric Dreams publicó en Estados Unidos otro juego con el mismo título, pero en esta ocasión desarrollado por Activision, en el que nos enfrentábamos a un ejército alienígena en una extensa aventura de acción y plataformas. Por último, aunque sólo viera la luz en Japón, en las plataformas de ordenador MSX apareció a mediados de 1987 Aliens, un título de acción basado, de nuevo, en la película dirigida por James Cameron.

Ya en los años noventa, Konami creó el primer juego de recreativa basado en la popular saga cinematográfica. El juego, una excelente aventura de acción para uno o dos jugadores, nos enfrentaba a todo un ejército de xenomorfos de todas las tipologías posibles, incluyendo a la mismísima Reina alien, a la que deberíamos enfrentarnos con máquinas de transporte similares a las que aparecieran en la segunda película. Pero la película que mayor representación tuvo en el mundo de los videojuegos a principios de los noventa fue Alien 3, con versiones para prácticamente todas las plataformas de ocho y dieciséis bits de la época, incluyendo las portátiles. Y no nos olvidemos de Alien 3: The Gun, una recreativa de SEGA en la que debíamos empuñar el cañón de un arma para enfrentarnos a un intenso juego de disparos sobre raíles.

Posteriormente, aparecieron otros títulos en ordenador y dentro del floreciente catálogo de las consolas de 32 bits, como la primera PlayStation o la vetusta Sega Saturn. Así, pudimos disfrutar del genial Alien Trilogy, un título de 1998 que, de alguna manera, recogía elementos de las tres primeras películas (las únicas editadas hasta el momento) para crear una aventura de acción en primera persona en la que nos adentrábamos en laberínticos espacios repletos de toda clase de horrores alienígenas. Por otra parte, y ya únicamente en las plataformas de ordenador, salió a la luz en 1995 Aliens: A Comic Book Adventure, una aventura gráfica de corte clásico, aunque con unos excelentes gráficos tridimensionales para la época en la que salió al mercado, así como Aliens Online, un juego de acción en primera persona con algunos toques de rol, en el cual podíamos enfrentarnos en línea contra otros jugadores formando equipos de entre veinte o treinta individuos, y en el que podíamos elegir, según nuestras preferencias, si combatir del bando de los marines espaciales o, por el contrario, del de los xenomorfos.
Ya comenzado el nuevo siglo, la estela de los Alien siguió su curso, con la aparición de otro nuevo título de acción para PlayStation: Alien Resurrection. Basado en la última entrega fílmica, y desarrollado por Argonaut Games, el juego ofrecía una interesante perspectiva en tercera persona con absoluta independencia entre la visión de nuestro personaje y sus movimientos, gracias al uso del segundo stick analógico de los nuevos mandos de la consola. Aparte de éste, sólo dos juegos más fueron desarrollados pensando única y exclusivamente en la veterana serie de películas: un notable título de acción y aventura para la portátil GameBoy Color, Aliens: Thanatos Encounter, lanzado durante el primer trimestre del año 2001, y otro título para recreativa: Aliens: Extermination, un espectacular juego de acción sobre raíles muy notable tanto a nivel gráfico como en lo referente a su ambientación sonora.

La caza ha comenzado...

Seguramente, la saga Depredador sea la segunda en importancia en el género cinematográfico de ciencia-ficción y terror protagonizado por alienígenas sedientos de sangre humana. En esta saga, no obstante, se deja el misterio un tanto de lado en pos de la acción pura y dura, aunque el hecho de que el alienígena pueda ocultarse de los ojos humanos gracias a las avanzadas tecnologías de las que hace gala su equipamiento, además de la máscara que le oculta el rostro la mayor parte del tiempo, hacen que el personaje venga rodeado de un cierto halo de intriga...

La serie sólo cuenta con dos películas en su haber, frente a las cuatro pertenecientes a la saga de Alien, pero ello no quita que ambas películas hayan entrado a formar parte de los clásicos de su género, sobre todo la primera entrega, dirigida por John McTiernan y protagonizada por el musculoso (por aquél entonces) Arnold Schwarzenegger en 1987. El argumento de esta primera película nos cuenta cómo un grupo de fuerzas especiales de la milicia norteamericana es enviado a la jungla a rescatar a un importante político, víctima de un atentado terrorista. Los integrantes del equipo dan con el helicóptero de transporte, pero no con el político a quien buscan, aunque encuentran a la tripulación del helicóptero asesinada y salvajemente mutilada. Por ello, asumen que los actos han sido llevados a cabo por el comando de una guerrilla de la cual se han tenido noticias últimamente por la zona.

Los soldados encuentran el campamento de la guerrilla y destruyen el mismo, acabando con todo aquél que encuentran a su paso, menos una joven, a la cual toman como prisionera. En el camino de vuelta, algo parece acechar en la espesura, y ante un descuido de los soldados, la prisionera huye. Uno de los soldados sale tras ella, pero cuando está a punto de cogerla, es asesinado por una enorme bestia humanoide. La mujer es la única testigo de los sucesos y, junto al protagonista de la historia, Dutch, -interpretado, claro está, por Arnold Schwarzenegger-, deberán de aunar esfuerzos para descubrir cómo acabar con el enigmático ser que está dando caza a todos y cada uno de los militares del comando, para así poder salir con vida del lugar...

La segunda película de la saga, estrenada en 1990 y dirigida por Stephen Hopkins, situaba la acción en la ciudad de Los Ángeles, en un futuro próximo en el que la ciudad era dominada por las mafias que controlaban el negocio de la droga. En medio de un verano especialmente cruento, el teniente Harrigan, interpretado por Danny Glover, comienza a investigar la aparición de varios cadáveres violentamente desmembrados, atribuidos presuntamente a sacrificios rituales. Las víctimas siempre son traficantes de droga de poca monta, por lo que la policía comienza a barajar diferentes teorías de conspiración, así como la posible existencia de un justiciero fuera de los márgenes de la ley. Pero los problemas aparecerán realmente para Harrigan cuando los mismos policías al cargo del caso comienzan a caer víctimas de asesinatos muy similares a aquellos que estaban siendo investigados. En ese preciso momento, Harrigan y su equipo descubren que, en realidad, no son más que presas fáciles para uno de los cazadores más antiguos del universo.

Esta segunda entrega de la saga fue prácticamente un fracaso a nivel de público y recaudación, sobre todo si la comparamos con la primera película. Por ello, ha sido injustamente infravalorada, dado que, aunque no llega al nivel de calidad de la entrega anterior, sí es una secuela muy digna de aquélla, con un interesante argumento en forma de thriller y una plantilla de personajes que, si bien no resultaban tan carismáticos como el que llevaba a cabo Schwarzenegger en la primera entrega, sí resultaban mucho más interesantes a nivel interpretativo.

Por otra parte, la película desvelaba muchos más aspectos de la criatura alienígena que la primera entrega, profundizando más que aquélla en la historia y los orígenes de la misma, aparte de acercarse más al diseño de los cómics publicados por la editorial Dark Horse a partir de 1989 que al de la película original, con una ambientación mucho más oscura y retorcida dentro de ambientes urbanos y opresivos, lejos del paisaje tropical saturado de luz y color en el que se desarrollara la acción de la primera parte.

Y la caza continúa... en nuestros hogares

Sin duda, Depredador puede ser considerada como una de las series de películas de ciencia-ficción de culto de las últimas dos décadas del siglo veinte. Pese a todo, no puede compararse su éxito como el atribuido a la franquicia Alien, y esto se nota también en el número de producciones fílmicas de cada una de las sagas, así como en el número de videojuegos basados en las mismas. Por ello, no es de extrañar que la saga Depredador cuente con muchos menos títulos en su haber. Pese a todo, no deja de ser una saga insignia dentro de los géneros cinematográficos de ciencia ficción y terror, por lo que los juegos basados en ella cuentan con un número importante de seguidores entre los jugadores de medio mundo.

El estreno de la saga dentro del mundo del ocio electrónico se dio de la mano de Activision, compañía que desde siempre ha estado muy puesta en esto de las licencias cinematográficas... El título Predator, basado en la primera parte de la serie de películas, salió a la luz en todas las plataformas de ordenador más conocidas de finales de los ochenta, tanto en formato de ocho como de dieciséis bits, así como en formato cartucho dentro del catálogo de la vetusta consola de ocho bits de Nintendo. Seguramente, este último título fue el más conocido por la mayoría de jugadores, ya que apareció precisamente cuando la consola de Nintendo estaba en pleno esplendor, instituida ya como una de las plataformas de mayor éxito dentro del mercado de los videojuegos. Eso sí: el juego no tenía nada de especial, siendo una adaptación bastante libre de la película original en forma de un clásico juego de plataformas y acción.

Ya en plena época de los noventa, y una vez estrenada la segunda película de la saga, aparecieron tanto en las plataformas de ordenador como en el grupo de consolas de ocho y dieciséis bits de Sega diversas adaptaciones de la misma en forma de videojuego. La adaptación para plataformas de PC y ordenador publicada por Konami y desarrollada por Oxford Mobius se salía por la tangente respecto a lo que vimos en el primer título basado en la popular saga fílmica, convirtiendo la experiencia urbana de la película original en un juego de acción y disparos sobre raíles en dos dimensiones, en un estilo muy similar al de la conocida recreativa Operation Wolf. Por otra parte, el título aparecido en las plataformas de Sega, publicado por Arena Entertainment, era un "yo contra el barrio" bastante sencillito y sin, aparentemente, demasiadas pretensiones, aparte de ofrecer un título medianamente digno que aprovechaba el estreno de la película para ocupar un lugar dentro del catálogo de algunas de las consolas de mayor éxito de por aquél entonces.
Y de ahí, pasamos directamente al año 2005, en pleno apogeo de las consolas PlayStation 2 y Xbox, con el título Predator: Concrete Jungle. Cabe decir que, en ese momento, la nueva saga de videojuegos Alien versus Predator ya había hecho su aparición, y habían pasado cuatro años desde la aparición de la segunda entrega de la misma. Por ello, la aparición de un juego protagonizado únicamente por Depredador, el alienígena menos favorecido por la fama del grupo, resulta una grata sorpresa, sobre todo para los admiradores de la saga fílmica. En el título, una aventura de acción en tercera persona, controlábamos a un depredador caído en desgracia y exiliado por su raza, a causa del robo de parte de su armamento por un grupo de humanos. Pero la aventura nos ofrecería la oportunidad de recuperar el honor perdido, enfrentándonos cien años más tarde a un poderoso ejército humano equipado con la misma tecnología que nos fuera robada tiempo atrás. Sin llegar a ser uno de los mejores títulos de acción publicados para las mencionadas plataformas, ofrecía una aventura interesante e intensa, basada, por otra parte, en una serie de cómics del mismo nombre, publicados por la editorial Dark Horse.

Y, por fin, el deseado enfrentamiento...

Si bien Alien y Depredador comenzaron siendo, primero, sagas cinematográficas convertidas posteriormente a videojuego, en el caso de la franquicia Alien versus Predator, pasó completamente al revés. Primero, vimos aparecer a aliens y depredadores enfrentados en nuestros hogares en las plataformas de consola más conocidas de principios de los noventa, para dar el salto luego a las treinta y dos bits y, cómo no, a los ordenadores, donde la serie alcanzaría realmente el éxito. Pero no sería hasta diez años más tarde de la aparición de ambas criaturas juntas en un mismo videojuego cuando se decidió hacer una adaptación cinematográfica sobre la misma idea.

Y ya van dos producciones para la gran pantalla, siguiendo la estela del enfrentamiento entre xenomorfos y depredadores: Alien versus Depredador y Alien versus Depredador: Requiem. Sin duda, la nueva saga fílmica no ha tenido el mismo éxito ni la misma repercusión que las series clásicas de cada una de las criaturas por separado, pero no deja de representar un ejemplo sólido de cómo la cultura del videojuego puede influir (y de hecho, influye) en la actualidad también al mundo del cine, y no sólo al revés. Las vías de comunicación entre el cine y los videojuegos existen, actualmente y desde hace ya algunos años, en ambas direcciones, y los amantes del séptimo arte y aficionados al ocio electrónico tenemos mucho que ver en esta transformación del mercado, ya que hemos sido los principales consumidores tanto de las principales adaptaciones al videojuego de los estrenos de mayor éxito como las adaptaciones cinematográficas de los títulos de mayor renombre.

Lucha de titanes

Curiosamente, las primeras consolas en ver a aliens y depredadores luchando entre sí fueron las de de la factoría Nintendo. Primero, en 1993, con el notable juego de acción Alien versus Predator de la consola de dieciséis bits Super Nintendo, desarrollado, como no, por Activision. Meses más tarde, con el título de GameBoy Alien vs Predator: The Last of His Clan, desarrollado por los japoneses ASK Kodansha y publicado por la misma compañía que el anterior. También veríamos, un año después, una estupenda recreativa de acción, en la que humanos y depredadores se enfrentarían, mano a mano, contra un ingente ejército alien. Sin duda, una de las recreativas mejor valoradas de la compañía Capcom.

Pero donde realmente comenzó a despuntar la nueva saga híbrida fue con la aparición del excelente Alien versus Predator para la consola de treinta y dos bits Atari Jaguar. El juego, desarrollado por Rebellion y distribuido por Atari, nos permitía meternos en la piel de un marine humano, un xenomorfo o un depredador, con argumentos, escenarios y misiones diferentes para cada personaje. Los gráficos del juego eran, aún, realizados en dos dimensiones, de manera similar a los juegos de acción en primera persona más famosos de la época, como el genial Doom, de ID Software. Pero eso no impedía que la aventura fuera excepcionalmente intensa y absorbente, pese a las limitaciones gráficas impuestas por las plataformas de la época.

La saga llegó a su culminación con las dos entregas para plataformas de ordenador. La primera de ellas, en 1999, de nuevo de la mano de Rebellion, con el apoyo de Fox Interactive. La segunda, dos años más tarde, esta vez de la mano de Monolith. La ambientación y el argumento de ambos juegos es excelente, sobre todo en el caso de la segunda entrega de la saga. Por otra parte, la jugabilidad cambia sustancialmente en caso de que elijamos como personaje protagonista al soldado humano, al depredador o al alien, llegando, en este último caso, a controlar al xenomorfo desde su mismísimo nacimiento.

Y es, precisamente, gracias a estos dos títulos que la nueva saga de acción ha cogido la importancia que aún hoy día se le atribuye a la misma. Si bien posteriormente salieron aún dos títulos más basados en el enfrentamiento entre xenomorfos y depredadores (Aliens versus Predator: Extinction, para PlayStation 2 y Xbox, y Alien versus Predator: Requiem, para PSP), ni por asomo consiguieron el éxito obtenido por los dos títulos aparecidos en PC. Aún nadie ha conseguido igualar en un videojuego la angustiosa sensación de claustrofobia y terror que teníamos al controlar al marine espacial por los interminables de los escenarios infestados de aliens hambrientos, iluminados con tenues luces rojizas e intermitentes y con la única compañía de nuestro radar, el cual contribuía aún más a nuestro nerviosismo al detectar y alertarnos de cualquier movimiento en el terreno colindante, por ligero que éste fuese.

Y ya no hablemos de la diversión que nos producía acechar a indefensos humanos desde las sombras, agazapados desde cualquier rincón, devorando a todo aquél que se nos pusiera por delante y alimentándonos de nuestras víctimas como un xenomorfo cualquiera. O la posibilidad de coleccionar las cabezas de nuestras presas, eliminando desde la lejanía o en combate cuerpo a cuerpo a aliens y humanos gracias a las herramientas de avanzada tecnología de nuestra especie, en una cruenta y despiadada caza en solitario. Todo ello hizo de la saga Alien versus Predator una de las más valoradas dentro del género de la acción en primera persona. Y, para alegría de todos los fieles seguidores de la serie, pronto podremos disfrutar de la nueva entrega de la misma, en las plataformas de nueva generación y en PC. Poco menos de un mes falta para uno de los lanzamientos más esperados del año y, seguramente, también uno de los más esperados de la última década. De nuevo, aliens, depredadores y humanos se enfrentarán en una sangrienta y espectacular batalla en la que, pase lo que pase y elijamos el bando que elijamos, sólo puede quedar un único superviviente...

El nuevo Aliens vs. Predator

Flecha subir