Alien versus Predator: historia de un desencuentro
Las dos series de ciencia ficción protagonizadas por los alienígenas asesinos más famosos del cine han vuelto a unirse para dar a luz la nueva entrega de Alien versus Predator en las consolas de nueva generación, cuyo lanzamiento está previsto para el 19 de febrero de este año que comienza. A través de este reportaje, queremos hacer un pequeño homenaje a ambas series, hablando un poco de cada una de las clásicas franquicias cinematográficas (con alguna mención a las nuevas películas en las que Aliens y Depredadores se ven las caras, de manera similar a cómo lo hacen en el mundo del ocio electrónico), además de hacer un repaso por el amplio catálogo de juegos basados en ambas series, por separado, así como en los títulos en los que podemos ver a ambas razas, enemigas por naturaleza, juntas, aunque no revueltas...En el espacio, nadie puede oír tus gritos...
La historia de los extraterrestres más terroríficos del cine de ciencia-ficción comienza con la película Alien, el octavo pasajero, extraordinaria película de terror espacial dirigida por el insigne Ridley Scott, y estrenada en mayo de 1979 en Estados Unidos. Se considera una de las películas más importantes del género, y su impacto cultural aún perdura hoy día. Además, el diseño del alienígena, realizado por el artista suizo H. R. Giger (creador también del arte gráfico de una de las grandes aventuras gráficas para ordenador de la década de los noventa, Dark Seed) se ha convertido, seguramente, en uno de los elementos clave de la cultura del terror de nuestra época.

Quién más, quién menos, todos conocemos hoy día el argumento de la película: la tripulación de la nave Nostromo, entre los cuales se encuentra la genuina Teniente Ripley (en manos de una jovencísima Sigourney Weaver) descubre una extraña transmisión de origen desconocido que el capitán de la nave decide investigar. De esta manera, irán a parar a un planeta prácticamente desconocido, en el que encontrarán una nave con un extraño piloto extraterrestre fosilizado, con un cargamento de lo que parecen ser huevos embrionarios.
El segundo oficial al mando, Kane, se acercará a uno de los huevos. En ese momento, un ser en forma de araña se lanza a su cara y le agarra al rostro, dejándolo inconsciente. Por supuesto, este ser es el famoso agarra-caras o facehugger, con el cual comenzarán las penurias de nuestros protagonistas. Del pecho de Kane saldrá, ya en la nave, un pequeño e indefenso engendro que, pronto, se convertirá en la especie alienígena más peligrosa del universo. Ripley tendrá que ver cómo toda la tripulación desaparece bajo las fauces del temible ser, y deberá enfrentarse personalmente a él para, en última instancia, desembarazarse del mismo lanzándolo al espacio.

La ambientación de la película, sin duda, es una de sus mejores bazas, ya que la oscuridad imperante en prácticamente todas las escenas donde el Alien aparece, los rápidos cambios de luz, el humo y las cadenas provocan auténtica ansiedad en el espectador. Por otra parte, en prácticamente ningún momento de la película veremos claramente al extraterrestre, por lo que el misterio respecto al mismo va in crescendo hasta el dramático desenlace. Sin duda, muchas películas posteriores han tomado influencias de Alien, el octavo pasajero... y no sólo películas. En el mundo de los videojuegos, aún podemos observar cómo títulos de la talla del genial Dead Space recoge influencias de la serie fílmica, tanto en la ambientación como en la creación de personajes.
Pero la historia cinematográfica de Alien no acaba aquí. Durante la década siguiente, vimos también la genial película dirigida por James Cameron, Aliens, el regreso, más enfocada a la acción que al misterio, a diferencia de la primera entrega de la saga. Eso sí, la película sigue la estela cualitativa de la anterior película, alejándose así del dicho aquel de que "nunca segundas partes fueron buenas". Aquí, por fin, podíamos ver a los Alien de cuerpo entero, y no sólo eso: los misterios relativos a la criatura se desvelaban durante la película de manera muy notable, sin apenas incongruencias respecto a lo que ya sabíamos de la misma.

Después de esta gran aportación a la saga, vinieron dos películas más: Alien 3, dirigida por David Fincher, en la que Ripley viajaba a un complejo carcelario espacial, en el que, por supuesto, aparecía nuestro simpático y hambriento amigo, ya que en la nave en la que Ripley y algunos supervivientes más del enfrentamiento contra el ejército alien volvían a la Tierra, viajaba como polizonte, por lo visto y como quien no quiere la cosa, un agarra-caras, depositado allí por la Reina antes de ser eliminada al final de la segunda película. La criatura infecta a un perro, y el engendro nacido del mismo se dedica a acabar con todos los reos de la enorme nave-prisión, por lo cual la teniente, que ya está curada de espantos, deberá hacerse cargo de la situación. El problema es que descubre, hacia el final de la película, que ella misma ha sido infectada por un embrión de alien Reina, por lo que decide inmolarse lanzándose a un horno de fundición metalúrgica, justo en el momento en el que la criatura comienza a salir de su pecho.

En esta entrega, Ripley es clonada en una base militar en el espacio doscientos años después de su muerte, y el embrión de Reina que llevaba en su interior es extirpado y criado en cautividad. El problema es que, para variar, el experimento se les escapará de las manos a los responsables del asunto y Ripley, junto a un equipo de comerciantes (aunque, por las pintas, más bien parezcan piratas) espaciales, deberá enfrentarse a la nueva amenaza resultante: una mutación del Alien producida por la combinación genética del ADN de Ripley con el de la Reina que albergaba en su seno. De nuevo, Ripley lanzará al espantoso híbrido al espacio, aunque en esta ocasión de una forma un tanto más desagradable que en la primera película. Finalmente, la pesadilla parece haber terminado, y los supervivientes podrán ver, con alegría, como por fin la nave que los aloja se dirige, con parsimonia pero sin freno, hacia su querido planeta de origen: la Tierra.

La larga estela de Alien en el mundo del videojuego
Sin duda, las películas de Alien han dejado un largo y cáustico rastro a lo largo de toda la historia del videojuego. De hecho, los Xenomorfos, como se les conocería a partir de la segunda entrega de la saga fílmica, comenzaron sus andadas en el mundo del ocio electrónico en el sistema Atari 2600, con el título Alien. El juego, claro está, aprovechaba el tirón de la película de Ridley Scott para lanzar un clon del popular Pac-Man, en el cual nuestro personaje era perseguido por unos seres de grandes mandíbulas. El juego no estaba mal, pero cualquier parecido de los aliens del juego con las creaciones de H. R. Giger era pura coincidencia...


Ya en los años noventa, Konami creó el primer juego de recreativa basado en la popular saga cinematográfica. El juego, una excelente aventura de acción para uno o dos jugadores, nos enfrentaba a todo un ejército de xenomorfos de todas las tipologías posibles, incluyendo a la mismísima Reina alien, a la que deberíamos enfrentarnos con máquinas de transporte similares a las que aparecieran en la segunda película. Pero la película que mayor representación tuvo en el mundo de los videojuegos a principios de los noventa fue Alien 3, con versiones para prácticamente todas las plataformas de ocho y dieciséis bits de la época, incluyendo las portátiles. Y no nos olvidemos de Alien 3: The Gun, una recreativa de SEGA en la que debíamos empuñar el cañón de un arma para enfrentarnos a un intenso juego de disparos sobre raíles.



La caza ha comenzado...
Seguramente, la saga Depredador sea la segunda en importancia en el género cinematográfico de ciencia-ficción y terror protagonizado por alienígenas sedientos de sangre humana. En esta saga, no obstante, se deja el misterio un tanto de lado en pos de la acción pura y dura, aunque el hecho de que el alienígena pueda ocultarse de los ojos humanos gracias a las avanzadas tecnologías de las que hace gala su equipamiento, además de la máscara que le oculta el rostro la mayor parte del tiempo, hacen que el personaje venga rodeado de un cierto halo de intriga...La serie sólo cuenta con dos películas en su haber, frente a las cuatro pertenecientes a la saga de Alien, pero ello no quita que ambas películas hayan entrado a formar parte de los clásicos de su género, sobre todo la primera entrega, dirigida por John McTiernan y protagonizada por el musculoso (por aquél entonces) Arnold Schwarzenegger en 1987. El argumento de esta primera película nos cuenta cómo un grupo de fuerzas especiales de la milicia norteamericana es enviado a la jungla a rescatar a un importante político, víctima de un atentado terrorista. Los integrantes del equipo dan con el helicóptero de transporte, pero no con el político a quien buscan, aunque encuentran a la tripulación del helicóptero asesinada y salvajemente mutilada. Por ello, asumen que los actos han sido llevados a cabo por el comando de una guerrilla de la cual se han tenido noticias últimamente por la zona.

La segunda película de la saga, estrenada en 1990 y dirigida por Stephen Hopkins, situaba la acción en la ciudad de Los Ángeles, en un futuro próximo en el que la ciudad era dominada por las mafias que controlaban el negocio de la droga. En medio de un verano especialmente cruento, el teniente Harrigan, interpretado por Danny Glover, comienza a investigar la aparición de varios cadáveres violentamente desmembrados, atribuidos presuntamente a sacrificios rituales. Las víctimas siempre son traficantes de droga de poca monta, por lo que la policía comienza a barajar diferentes teorías de conspiración, así como la posible existencia de un justiciero fuera de los márgenes de la ley. Pero los problemas aparecerán realmente para Harrigan cuando los mismos policías al cargo del caso comienzan a caer víctimas de asesinatos muy similares a aquellos que estaban siendo investigados. En ese preciso momento, Harrigan y su equipo descubren que, en realidad, no son más que presas fáciles para uno de los cazadores más antiguos del universo.

Por otra parte, la película desvelaba muchos más aspectos de la criatura alienígena que la primera entrega, profundizando más que aquélla en la historia y los orígenes de la misma, aparte de acercarse más al diseño de los cómics publicados por la editorial Dark Horse a partir de 1989 que al de la película original, con una ambientación mucho más oscura y retorcida dentro de ambientes urbanos y opresivos, lejos del paisaje tropical saturado de luz y color en el que se desarrollara la acción de la primera parte.
Y la caza continúa... en nuestros hogares
Sin duda, Depredador puede ser considerada como una de las series de películas de ciencia-ficción de culto de las últimas dos décadas del siglo veinte. Pese a todo, no puede compararse su éxito como el atribuido a la franquicia Alien, y esto se nota también en el número de producciones fílmicas de cada una de las sagas, así como en el número de videojuegos basados en las mismas. Por ello, no es de extrañar que la saga Depredador cuente con muchos menos títulos en su haber. Pese a todo, no deja de ser una saga insignia dentro de los géneros cinematográficos de ciencia ficción y terror, por lo que los juegos basados en ella cuentan con un número importante de seguidores entre los jugadores de medio mundo.El estreno de la saga dentro del mundo del ocio electrónico se dio de la mano de Activision, compañía que desde siempre ha estado muy puesta en esto de las licencias cinematográficas... El título Predator, basado en la primera parte de la serie de películas, salió a la luz en todas las plataformas de ordenador más conocidas de finales de los ochenta, tanto en formato de ocho como de dieciséis bits, así como en formato cartucho dentro del catálogo de la vetusta consola de ocho bits de Nintendo. Seguramente, este último título fue el más conocido por la mayoría de jugadores, ya que apareció precisamente cuando la consola de Nintendo estaba en pleno esplendor, instituida ya como una de las plataformas de mayor éxito dentro del mercado de los videojuegos. Eso sí: el juego no tenía nada de especial, siendo una adaptación bastante libre de la película original en forma de un clásico juego de plataformas y acción.



Y, por fin, el deseado enfrentamiento...
Si bien Alien y Depredador comenzaron siendo, primero, sagas cinematográficas convertidas posteriormente a videojuego, en el caso de la franquicia Alien versus Predator, pasó completamente al revés. Primero, vimos aparecer a aliens y depredadores enfrentados en nuestros hogares en las plataformas de consola más conocidas de principios de los noventa, para dar el salto luego a las treinta y dos bits y, cómo no, a los ordenadores, donde la serie alcanzaría realmente el éxito. Pero no sería hasta diez años más tarde de la aparición de ambas criaturas juntas en un mismo videojuego cuando se decidió hacer una adaptación cinematográfica sobre la misma idea.Y ya van dos producciones para la gran pantalla, siguiendo la estela del enfrentamiento entre xenomorfos y depredadores: Alien versus Depredador y Alien versus Depredador: Requiem. Sin duda, la nueva saga fílmica no ha tenido el mismo éxito ni la misma repercusión que las series clásicas de cada una de las criaturas por separado, pero no deja de representar un ejemplo sólido de cómo la cultura del videojuego puede influir (y de hecho, influye) en la actualidad también al mundo del cine, y no sólo al revés. Las vías de comunicación entre el cine y los videojuegos existen, actualmente y desde hace ya algunos años, en ambas direcciones, y los amantes del séptimo arte y aficionados al ocio electrónico tenemos mucho que ver en esta transformación del mercado, ya que hemos sido los principales consumidores tanto de las principales adaptaciones al videojuego de los estrenos de mayor éxito como las adaptaciones cinematográficas de los títulos de mayor renombre.

Lucha de titanes
Curiosamente, las primeras consolas en ver a aliens y depredadores luchando entre sí fueron las de de la factoría Nintendo. Primero, en 1993, con el notable juego de acción Alien versus Predator de la consola de dieciséis bits Super Nintendo, desarrollado, como no, por Activision. Meses más tarde, con el título de GameBoy Alien vs Predator: The Last of His Clan, desarrollado por los japoneses ASK Kodansha y publicado por la misma compañía que el anterior. También veríamos, un año después, una estupenda recreativa de acción, en la que humanos y depredadores se enfrentarían, mano a mano, contra un ingente ejército alien. Sin duda, una de las recreativas mejor valoradas de la compañía Capcom.
Pero donde realmente comenzó a despuntar la nueva saga híbrida fue con la aparición del excelente Alien versus Predator para la consola de treinta y dos bits Atari Jaguar. El juego, desarrollado por Rebellion y distribuido por Atari, nos permitía meternos en la piel de un marine humano, un xenomorfo o un depredador, con argumentos, escenarios y misiones diferentes para cada personaje. Los gráficos del juego eran, aún, realizados en dos dimensiones, de manera similar a los juegos de acción en primera persona más famosos de la época, como el genial Doom, de ID Software. Pero eso no impedía que la aventura fuera excepcionalmente intensa y absorbente, pese a las limitaciones gráficas impuestas por las plataformas de la época.

Y es, precisamente, gracias a estos dos títulos que la nueva saga de acción ha cogido la importancia que aún hoy día se le atribuye a la misma. Si bien posteriormente salieron aún dos títulos más basados en el enfrentamiento entre xenomorfos y depredadores (Aliens versus Predator: Extinction, para PlayStation 2 y Xbox, y












