En la madrugada de sábado al domingo en España, Donald Trump dio orden de bombardear Irán. A través de tres bombarderos furtivos B-2 Spirit de la Fuerza Aérea de Estados Unidos atacaron un total de tres objetivos distintos.
Las dianas fueron diversas instalaciones nucleares clave del régimen iraní —Fordow, Natanz e Isfahán— en una operación relámpago. El expresidente la calificó de “exitosa”, asegurando que todos los aviones regresaron a sus bases sin incidentes. Según los expertos en defensa, la clave fueron los tres espectros del aire, tres bombarderos B-2 Spirit que, a día de hoy, son clave en la supremacía aérea de EE.UU con respecto a otros países como la citada Irán o la cada vez más pujante China.
El fantasma volvió a rugir: EE.UU. ataca instalaciones nucleares en Irán con bombarderos B-2 Spirit
El B-2 Spirit, desarrollado por Northrop Grumman, no es solo un avión: es un símbolo. Con solo 21 unidades activas en todo el mundo, este bombardero furtivo puede lanzar la temida GBU-57/B Massive Ordnance Penetrator, una bomba antibúnker de 13.600 kg diseñada para perforar instalaciones subterráneas profundas. Y en esta misión, lo hizo.

El blanco más protegido fue Fordow, una planta de enriquecimiento de uranio escondida bajo una montaña. Justo el tipo de objetivo que solo puede ser alcanzado por una bomba como la MOP: 2400 kg de explosivo de alta potencia encapsulado en acero ultradenso, capaz de atravesar 60 metros de tierra o 18 de hormigón armado. Su guía GPS le da una precisión quirúrgica.
Es bombardero invisible es capaz de transportar hasta 18 toneladas de armamento, incluidas bombas antibúnker como la citada GBU-57/B, y recorrer más de 11.000 km sin repostar. Está pensado para penetrar defensas aéreas enemigas y alcanzar objetivos estratégicos con precisión milimétrica. Ha sido utilizado en Kosovo, Irak, Afganistán, Libia y, recientemente, en Irán. Su capacidad de sigilo, alcance y potencia lo convierten en una herramienta clave para ataques sorpresa de alta precisión a escala global.

Además, su capacidad para evadir radares lo convierten en el cazador ideal para operaciones de este calibre. Ni la Casa Blanca ni el Pentágono han revelado detalles adicionales. Pero el uso del B-2 y la GBU-57/B envía un mensaje claro: Estados Unidos puede golpear con precisión milimétrica, sin previo aviso y sin cruzar la línea nuclear. La pregunta ahora no es si Irán responderá, sino cómo y cuándo.