Nicolas Cage, uno de los actores más singulares de su generación, ha participado en una gran variedad de proyectos cinematográficos a lo largo de su carrera e incluso casi sale en Marvel, pero ha sido en su colaboración con David Lynch donde ha encontrado una de sus experiencias más memorables en la industria. Según el propio Cage, nunca se divirtió tanto en un rodaje como trabajando bajo la dirección del cineasta.
Nicolas Cage elige sin dudas el rodaje más memorable de su carrera y recuerda con cariño su experiencia
“Nunca me divertí tanto”, ha confesado en varias entrevistas sobre su trabajo con David Lynch. Esta declaración, que revela una profunda admiración por Lynch, ejemplifica hasta qué punto Cage se vuelca en todos y cada uno de sus proyectos. El realizador de Twin Peaks, conocido por su enfoque radical y único del cine, dejó una marca indeleble en quienes tuvieron el privilegio de colaborar con él. El vínculo entre Cage y Lynch se forjó a principios de los años 90, una década clave en la trayectoria de ambos, marcada por el estilo audaz y experimental de Lynch.

En 1990, Cage asumió el papel de Sailor Ripley, un exconvicto en busca de una vida junto a su novia Lula (Laura Dern) en Corazón salvaje (1990), una road movie que se movía entre el surrealismo y la violencia emocional, elementos recurrentes en el cine del director. Lynch, quien ya había ganado notoriedad con películas como Terciopelo azul (1986) y la fallida Dune (1984), continuó explorando los rincones más oscuros y absurdos de la naturaleza humana, mientras Cage aportaba su energía explosiva al proyecto, creando una química única con Dern en pantalla.
En una de sus últimas entrevistas, tras el fallecimiento de Lynch el pasado 15 de enero, Cage no dudó en recordar la brillantez del director. "Era un genio singular del cine, uno de los más grandes artistas de esta época o de cualquier otra", expresó Cage a Deadline. Esta declaración no solo refleja el respeto que Cage le tiene a Lynch como creador, sino también la profunda conexión personal que compartieron durante el rodaje de Corazón salvaje. "Era valiente, brillante y un inconformista con un alegre sentido del humor", añadió el actor, subrayando la naturaleza única del director, cuya visión rompió moldes y dejó una marca indeleble en la historia del cine.
Además de Corazón salvaje, Cage también participó en otro proyecto vinculado a Lynch en 1990, el mediometraje Industrial Symphony No. 1, una obra que sirve de puente entre Corazón salvaje y la famosa serie Twin Peaks. Esta colaboración fue un eslabón clave en la evolución de Lynch, y para Cage, una nueva demostración de la originalidad y el talento del director.