La Tierra cambiará en un futuro. Y será muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en los libros de geografía. En la región de Afar, al noreste de Etiopía, se está gestando uno de los fenómenos geológicos más importantes del planeta: una grieta tectónica que podría dividir África en dos y dar lugar a un nuevo océano. Sí, como estáis leyendo. Pero, ¿qué implicaciones tendrá este cambio geológico? ¿Hay que preocuparse?
Una grieta en la Tierra podría alterar el mapa del mundo y los científicos alertan: 'La fractura es inevitable'
El descubrimiento, según un reciente informe publicado por el medio francés Ouest-France, afirma que esta fractura sigue avanzando y los nuevos hallazgos científicos sugieren que la ruptura completa podría ocurrir mucho antes de lo que se creía.
El hallazgo de esta fractura data de hace años, pero a finales de 2023, los estudios más recientes indicaron que el proceso de separación continental podría acelerarse significativamente, produciéndose mucho antes de lo que se había dicho en un principio. No será una cosa que suceda pasado mañana, pero la horquilla de tiempo con la que trabajaban los geólogos ha cambiado según los últimos cáculos. “Hemos reducido el tiempo alrededor de un millón de años, tal vez incluso a la mitad”, explicó Cynthia Ebinger, geofísica de la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans. Este fenómeno geológico, conocido como rifting, implica que la corteza terrestre se está estirando y adelgazando hasta convertirse en corteza oceánica, lo que permite la entrada de agua y la formación de un nuevo cuerpo de agua salada.
À l’est du continent Africain, la terre se fracture depuis 25 millions d’années https://t.co/U674yGubOF À l’origine: le rift Est-Africain qui annonce l’ouverture d’un futur océan, avec de nombreux enjeux liés à la gestion des ressources et des risques
— Alain Schuhl (@AlainSchuhl) August 9, 2022
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La región de Afar es uno de los puntos más inestables del planeta desde el punto de vista tectónico. Aquí convergen tres placas principales: la placa Nubia, la placa Arábiga y la placa Somalí. Desde 2005, esta zona ha experimentado una serie de terremotos que han acelerado la formación de una grieta de unos 60 kilómetros de longitud y aproximadamente 10 metros de profundidad. Con cada movimiento sísmico, la grieta se hace más profunda y ancha, marcando el inicio de un proceso que podría culminar en la creación de un océano.
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El fenómeno es un claro ejemplo de cómo las placas tectónicas están en constante movimiento. La placa Arábiga se separa de la placa Africana a un ritmo de unos 2,5 centímetros por año, mientras que las placas Nubia y Somalí lo hacen a un ritmo más lento, de aproximadamente un centímetro anual. Este desplazamiento, aunque imperceptible para el ser humano en su vida diaria, tiene consecuencias a largo plazo que transformarán por completo el mapa geográfico del continente africano.
Este colosal proceso geológico cambiará la faz de la Tierra y dará a luz un nuevo océano
Los científicos que estudian la fractura de Afar coinciden en que este proceso llevará a la formación de una masa de agua similar al Mar Rojo. “No será exactamente un nuevo océano, aunque comúnmente lo llamemos así”, matizó Ebinger. Se espera que, con el tiempo, las aguas del Mar Rojo y del Golfo de Adén inunden la fractura, creando un mar interno que separará el este de África del resto del continente. Esta división dará lugar a la formación de un microcontinente que incluirá partes de Etiopía, Somalia y Kenia, aislado por esta nueva masa de agua.
Este fenómeno geológico es comparable a lo que ocurrió hace millones de años en la formación del Océano Atlántico, cuando las placas tectónicas separaron América de África. Aunque el proceso es lento, los expertos consideran que el continente africano está en las primeras fases de un cambio que podría redibujar las fronteras geográficas tal y como las conocemos. La posible formación de un nuevo océano en África tendría importantes repercusiones tanto geográficas como climáticas. La división del continente cambiaría los patrones de circulación oceánica y atmosférica, afectando a los ecosistemas locales y globales. Además, el avance de la grieta podría influir en las actividades humanas, desde la agricultura hasta las infraestructuras, en una de las regiones más vulnerables del planeta.
Eso sí, no hay que alarmarse en exceso. Al fin y al cabo, fenómeno es un recordatorio de la constante evolución del planeta. La Tierra está en un proceso continuo de cambio, y los movimientos tectónicos son una de las fuerzas más poderosas que moldean la superficie terrestre.