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Ni Marvel ni Christopher Nolan: la mejor película de superhéroes de la historia es de Zack Snyder y Warner

Zack Snyder, tras dirigir '300', se adentró en 'Watchmen', la ópera visual que el mundo tardó años en valorar. Una obra maestra absoluta que hay que reivindicar.
Ni Marvel ni Christopher Nolan: la mejor película de superhéroes de la historia es de Zack Snyder y Warner
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Actualizado: 14:40 5/4/2025

Cuando Watchmen de Zack Snyder se estrenó en 2009, el cine de superhéroes vivía una dualidad. El Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) daba sus primeros pasos con Iron Man, mientras que Christopher Nolan revolucionaba el género con El caballero oscuro.

En este contexto, y antes de que DC y Warner dieran el paso con El hombre de acero, la llegada de Watchmen resultó una anomalía: una película de superhéroes que no buscaba complacer a las masas, sino deconstruir el mito en base a la colosal obra literaria de Alan Moore y Dave Gibbons. Esta adaptación, que en su día fue recibido con frialdad por la crítica y el público -la producción se la pegó en taquilla- hoy se erige como la obra maestra incomprendida del género.

Sangre, dioses y política: cómo ‘Watchmen’ de Zack Snyder elevó el género de superhéroes

Comencemos por lo obvio. Alan Moore y Dave Gibbons crearon en 1986 una novela gráfica que desafiaba las convenciones del cómic de superhéroes, una obra que durante décadas se consideró imposible de adaptar. Hablamos de un tebeo que deconstruye el género superheroico al situarlo en un mundo realista donde los vigilantes enmascarados no son ideales inquebrantables, sino figuras moralmente ambiguas atrapadas en un contexto político de Guerra Fría y posible aniquilación nuclear.

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Watchmen

Moore empleó una estructura narrativa compleja, con flashbacks, documentos ficticios y una historia dentro de la historia (Relatos del Navío Negro), para construir un relato denso y polifónico, inusual en el medio. Mirando en detalle, cada personaje encarna una visión filosófica distinta: Rorschach representa el absolutismo moral, el Doctor Manhattan la perspectiva cuasi divina del tiempo, y Ozymandias la lógica maquiavélica del sacrificio por el bien mayor.

Watchmen

El cómic, en un plano formal, también juega con la simetría visual y la intertextualidad, destacando el uso del "nueve panel grid" y referencias a la cultura pop y la literatura clásica. Watchmen no solo redefinió el medio, sino que elevó el cómic al nivel de la gran literatura. Con estas credenciales, era normal que Hollywood quisiera adaptarlo al cine.

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Terry Gilliam, Darren Aronofsky y Paul Greengrass intentaron llevarla al cine sin éxito, hasta que Zack Snyder, respaldado por el éxito de 300, se atrevió a tomar el reto. Warner le dio un cheque en blanco. Y lo que logró, pese a su defectos y problemas -que lo tiene- fue una traslación visualmente impecable, consolidándose en una interpretación fiel en espíritu y forma que abrazaba la complejidad de su material original.

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Desde los créditos iniciales, donde la historia alternativa de Estados Unidos se despliega en viñetas cinematográficas de una belleza inigualable, hasta su resolución catártica, Watchmen respira una estética única. Snyder no solo recrea con precisión las viñetas de Gibbons, sino que impregna cada encuadre de un lirismo visual pocas veces visto en el género.

A diferencia de las narrativas convencionales de Marvel o DC, donde el bien y el mal están claramente definidos, Watchmen plantea una pregunta más perturbadora: ¿qué pasaría si los superhéroes existieran en el mundo real? La respuesta de Moore, trasladada con crudeza y violencia por Snyder -que algunas consideran excesiva-, es que serían dioses imperfectos, moralmente ambiguos, atrapados en sus propias tragedias personales.

Watchmen
La novela gráfica y la película deconstruyen la figura de los superhéroes

Cada personaje de Watchmen es un estudio de la decadencia del mito heroico. Rorschach, interpretado magistralmente por Jackie Earle Haley, es un vigilante ultraviolento con una visión del mundo profundamente nihilista. El Comediante (Jeffrey Dean Morgan), cínico y despiadado, revela las contradicciones de una sociedad que idolatra la brutalidad. Ozymandias (Matthew Goode), un hombre que se cree un dios, justifica el sacrificio masivo en nombre de un bien mayor. Y en el centro de todo, el Dr. Manhattan (Billy Crudup), la deidad indiferente, que observa la humanidad con una distancia casi filosófica.

Watchmen

Snyder no edulcora estos temas. La violencia es explícita, la política es densa y las escenas de acción, lejos de ser simples espectáculos, funcionan como extensiones del discurso narrativo. No hay chistes para rebajar la tensión, ni guiños complacientes al espectador. Watchmen es una película que desafía, exige y no se disculpa por ello.

Si bien la versión cinematográfica de Watchmen sufrió recortes para encajar en una duración comercialmente viable, la Ultimate Cut de Snyder (con más de tres horas de metraje) es la experiencia definitiva. Incluye las viñetas animadas de Relatos del Navío Negro, expande la relación entre los personajes y refina el tono, permitiendo que la historia respire con mayor profundidad. Es en esta versión donde la película alcanza su máximo esplendor, mostrando el verdadero alcance de la visión de Snyder.

No fue un éxito de taquilla, pero Watchmen ha sido progresivamente reivindicada

Warner esperaba arrasar, con proyecciones de entre 500 y 800 millones de dólares. La realidad fue bien distinta. La producción recaudó aproximadamente 185 millones de dólares en taquilla mundial, con un presupuesto estimado de 130-138 millones, más la publicidad, que fue enorme. Aunque no fue un fracaso absoluto, tampoco logró el éxito financiero esperado, y la cinta ha tenido una segunda vida en DVD, Blu-ray y versiones en streaming. Es una joya de culto.

Watchmen

A más de una década de su estreno, Watchmen ha sido progresivamente reivindicada. El auge de las narrativas oscuras en el género —como Joker o The Batman— y la consolidación de Zack Snyder como un autor con una identidad propia han hecho que muchos reconsideren su impacto. En un panorama donde el cine de superhéroes se ha vuelto cada vez más homogéneo y calculado, con fórmulas que se repiten hasta la extenuación, Watchmen se presenta como una obra audaz y distinta, más relevante que nunca.

Es posible que en su momento no estuviera destinada a ser comprendida. Pero como toda gran obra, su legado ha crecido con el tiempo. Watchmen de Zack Snyder no solo una de las mejores películas de superhéroes jamás realizadas, sino una obra cinematográfica que trasciende su género para convertirse en un manifiesto sobre el poder, la moral y la fragilidad humana.

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