Lejos de los estereotipos que los retratan como una generación que desconoce conceptos básicos de la informática tradicional, como el uso de carpetas, los jóvenes de la generación Z demuestran una habilidad crucial en la era digital: saber interpretar la información médica en internet con un criterio sorprendentemente maduro.
Buscan opinión profesional como diagnóstico real
Así lo revela un reciente estudio de la Made of Millions Foundation, que desmonta la idea de que estos jóvenes sean víctimas de una hipocondría digital generalizada. Según el informe, aunque el 87% de los jóvenes consulta síntomas en Google o plataformas como ChatGPT, el proceso no termina ahí. Sólo un 5% admite haberse quedado en el autodiagnóstico tras sus búsquedas en la red, y un 8% reconoce haberlo hecho pero sin descartar buscar ayuda profesional en el futuro.
La mayoría emplea la información como un primer paso para comprender sus malestares y acude posteriormente a un especialista para obtener un diagnóstico preciso, lo que muestra una actitud de cautela y responsabilidad frente a los riesgos de la desinformación online.
La generación Z utiliza los recursos digitales para investigar sus síntomas y recopilar experiencias compartidas por otros pacientes, lo que, según los expertos, les permite llegar a la consulta médica mejor preparados para explicar lo que sienten. Este fenómeno no solo reduce la ansiedad asociada a la incertidumbre previa al diagnóstico, sino que también fomenta una relación más activa y colaborativa con los profesionales de la salud, que pueden así abordar con mayor eficacia los problemas presentados.
Las generaciones anteriores pecan de autodiagnosticarse online
En contraste con generaciones anteriores, que aún lidian con las consecuencias del acceso masivo a información médica sin filtro —un fenómeno ampliamente descrito en estudios como el de Powell y Clarke (2002) sobre el "cibercondríaco"—, los jóvenes de hoy parecen haber interiorizado la necesidad de verificar la información digital y de contextualizarla adecuadamente. Para ellos, internet no reemplaza al médico, sino que actúa como una herramienta complementaria para mejorar su comprensión personal de la salud.
Esta evolución en el comportamiento frente a la búsqueda de síntomas online señala un cambio cultural significativo. Mientras parte del discurso público teme la banalización de la salud mental y física en redes, la Generación Z se perfila como un grupo capaz de aprovechar las ventajas de la tecnología sin caer en los excesos de la autodiagnosis.















