Dormir con la puerta cerrada es bastante común y en realidad dice bastante de las personas que aplican esta práctica. Según informan desde Enikos, tal y como se han echo eco desde AS, los individuos que optan por descansar cerrando la puerta de su dormitorio comparten una serie de características que, en mayor o menor medida, desvelan cómo son realmente, puesto que se trata de una costumbre que expone ciertos rasgos.
La ciencia lo confirma: dormir con la puerta cerrada te convierte en esta clase de persona
Cerrar la puerta cuando dormimos, según la psicología, detona una serie de características que suelen compartirse entre las personas que requieren de ese gesto para poder descansar tranquilamente. Lo más evidente, es que expone una clara sensación de inseguridad que quiere refugiarse en la estancia de descanso mediante la separación del exterior con el interior de la habitación. Los más pequeños, por ejemplo, suelen querer 'aprisionarse' para protegerse de los miedos que pueden proceder de fuera.
Pero eso no es todo, ya que desde el medio mencionado recogen todas y cada uno de los rasgos que comparten las personas que duermen a puerta cerrada. A continuación os los mostramos más allá de querer encontrar un especio seguro donde 'los monstruos' y las pesadillas se queden fuera de la ecuación:
- Deseo de seguridad personal
- Búsqueda de la soledad
- Intención de autocuidado
- Querer crear un espacio protegido
- Sensación de independencia
Puede parecer, a priori, una tontería, pero realmente cerrar la puerta para ir a dormir dice mucho más de nosotros de lo que creemos, y la psicología lo ha desvelado perfectamente. Claramente lo principal es esa búsqueda de un espacio seguro e íntimo -más si vivimos en pareja- pero otros rasgos como esa intención del autocuidado -para cargar pilas de cara al día siguiente estableciendo rutinas, por ejemplo- son muy reveladoras.















