Ha sido la gran noticia del comercio digital y retail de los últimos meses. Si imaginamos el mapa del comercio europeo como un tablero de ajedrez, durante años, Amazon ha jugado con ventaja: un rey consolidado, reina imbatible y peones repartidos por todo el continente. Ahora, un jugador nuevo mueve ficha y no lo hace tímidamente. JD.com, el titán del ecommerce en China, ha desembarcado con un movimiento que huele a jaque: la compra de MediaMarkt y Saturn por nada menos que 2500 millones de dólares.
La operación se articula a través de la adquisición del 57,1 % de Ceconomy, la matriz alemana que controla ambas cadenas. En números, JD ofrece 4,60 € por acción, lo que supone una prima del 23 % sobre su cotización anterior. Pero más allá de las cifras, lo relevante es lo que significa: más de 1000 tiendas en 11 países europeos, con cerca de 50.000 empleados y un volumen de ventas de 22.400 millones de euros anuales.
El “Amazon chino” da un golpe maestro: JD.com compra MediaMarkt y se prepara para cambiar las reglas del comercio en Europa
JD.com no es un advenedizo. En su país es sinónimo de fiabilidad, velocidad y músculo logístico. Opera más de un millar de almacenes —muchos totalmente robotizados— y es capaz de entregar en el mismo día en las principales ciudades. Esa capacidad de distribución es justo lo que MediaMarkt nunca tuvo, y lo que Amazon no puede igualar en el terreno físico.
Con esta compra, JD no solo entra en Europa: aterriza con una red de tiendas que pueden convertirse en pequeños centros de distribución ultrarrápidos. Cada MediaMarkt puede funcionar como showroom, punto de recogida y almacén local. Es el modelo híbrido que Amazon lleva años intentando replicar con sus Amazon Go y compras puntuales como Whole Foods en EE. UU., pero que nunca ha cuajado en el Viejo Continente.
Si Amazon dominaba el comercio online gracias a su catálogo y rapidez, JD llega para romper esa ecuación. El “Amazon chino” quiere combinar el poder del ecommerce con la experiencia presencial. Y no hablamos de un experimento: en China ya domina este modelo, con un ecosistema cerrado que controla desde el software de inventario hasta la última milla de entrega.
Esta sinergia podría suponer un problema real para Amazon en Europa, un mercado donde la competencia se ha fragmentado entre grandes marketplaces y cadenas físicas que aún sobreviven. JD hereda la confianza y el reconocimiento de MediaMarkt, pero añade algo que el consumidor europeo valora cada vez más: entregas más rápidas que nunca y sin costes ocultos.
El desembarco de JD.com se enmarca en una ola de inversión china que, solo en 2024, duplicó su volumen hasta los 8450 millones de dólares. Europa se ha convertido en un terreno prioritario para estas empresas, que buscan no solo ventas, sino presencia estratégica frente a rivales estadounidenses. Amazon, que hasta ahora jugaba prácticamente en solitario en muchas regiones, podría enfrentarse por primera vez a un competidor con recursos, ambición y un modelo probado. La guerra no será inmediata —el cierre de la operación está previsto para la primera mitad de 2026—, pero el mensaje es claro: el Viejo Continente ya no es territorio neutral.
No estamos ante una simple adquisición: JD.com ha comprado una puerta de acceso al corazón del comercio europeo, y la llave para redefinir cómo compramos y recibimos productos. Si su estrategia funciona, en pocos años podríamos ver un mapa comercial europeo irreconocible.











