La Generación Z puede romper estereotipos pero su salud está resintiéndose a pasos agigantados. Son las conclusiones de la segunda Comisión sobre Salud y Bienestar de los adolescentes, la primera investigación de este tipo que ha priorizado la voz de los jóvenes. En ella han participado adolescentes de 36 países para identificar sus principales preocupaciones y formular recomendaciones concretas. El foco está claro: la salud está en peligro.
De cara a 2030, resurgen problemas que parecían superados, como el VIH, los embarazos no deseados en menores de edad o el incremento exponencial de las enfermedades de transmisión sexual. Se estima que en ese año habrá 2000 millones de adolescentes en el mundo, enfrentando desafíos sanitarios sin precedentes.
Alerta sobre la Generación Z: más tecnología, peor salud y una crisis mental creciente de cara a 2030
La copresidenta de la Comisión, Sarah Baird, de la Universidad George Washington, advierte en The Lancet que, aunque han disminuido el consumo de alcohol y tabaco y el acceso a la educación ha mejorado, el sobrepeso y la obesidad se han multiplicado hasta por ocho en algunos países de África y Asia en las últimas tres décadas.
Y no es una excepción: en España, uno de cada cuatro jóvenes entre 15 y 29 años sufre sobrepeso, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Además, los trastornos de salud mental entre los adolescentes españoles se han disparado tras la pandemia, y uno de cada cinco asegura haber sentido ansiedad de forma habitual en el último año.
La previsión para dentro de cinco años es clara: los jóvenes perderán años de vida saludable debido al incremento de las enfermedades mentales. La emergencia climática es un factor clave. El miedo constante al futuro, la llamada ecoansiedad, ya afecta a miles de adolescentes, que viven con la percepción de que el colapso medioambiental es inevitable. Y aunque tienen acceso a más tecnología que nunca, eso no se ha traducido en un mayor bienestar: al contrario, se vincula con un aumento del aislamiento, la presión social y la mala salud emocional.
Los indicadores no mienten: la Generación Z se enfrenta a un futuro incierto, y su salud está en un punto crítico. En España, este grupo representa ya casi el 20 % de la población, pero sus problemas son tratados con poca prioridad política. El tiempo apremia y 2030 no es una meta lejana: es la realidad que ya empieza a dibujarse.
