Construido sobre la majestuosa ría de Vigo, el Puente de Rande es una de las obras de ingeniería más impresionantes jamás levantadas en España, con el permiso de otros grandes puentes como el Viaducto de Montabliz o el muy querido Puente de Cádiz. Inaugurado en 1981 y ampliado en 2018, este coloso de acero y hormigón simboliza el progreso gallego y la capacidad técnica del país para superar retos naturales extremos. Con 1558 metros de longitud y un vano central de 401 metros, el puente se sostiene sobre cables atirantados que lo convierten en un emblema de elegancia estructural y fuerza contenida.
El megapuente gallego que desafía al Atlántico: 1.538 metros y 60.000 coches cruzando cada día
Su construcción original, en plena transición democrática, ya fue una hazaña: los ingenieros debieron enfrentarse a los fuertes vientos atlánticos, a las corrientes imprevisibles de la ría y a un entorno de gran valor ecológico. Décadas después, la ampliación se convirtió en un desafío aún mayor: se trataba de duplicar su capacidad -pasando de 4 a 6 carriles- sin interrumpir el tráfico y manteniendo en funcionamiento una de las vías más transitadas del noroeste español. Fue la primera ampliación atirantada de un puente en servicio del mundo, un hito que colocó a la ingeniería española en el mapa internacional.
El proyecto, ejecutado por la empresa Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), requirió más de 500 toneladas de acero adicional y una planificación milimétrica. Cada nuevo tirante fue instalado a pocos metros de los antiguos, en operaciones nocturnas de precisión quirúrgica. Durante la ampliación, el puente soportaba más de 50.000 vehículos diarios, lo que convirtió el proceso en un auténtico ejercicio de equilibrio entre seguridad, técnica y audacia.
Hoy, el Puente de Rande no solo une las orillas de Vigo y Redondela, sino que también conecta pasado y futuro: es un símbolo de la Galicia industrial, pesquera y moderna, un referente mundial en ingeniería de puentes y un orgullo nacional. En sus casi cinco décadas de historia ha resistido temporales, ampliaciones y el paso del tiempo, manteniendo intacta su silueta inconfundible sobre las aguas verdes de la ría.















