El director Chris Columbus ha reconocido que El hombre bicentenario fue un error en su carrera, un proyecto para el que, según sus propias palabras, no estaba preparado. A pesar de haber trabajado con éxito en películas familiares y de comedia, como Solo en casa o Señora Doubtfire, Columbus confesó en una reciente entrevista en el podcast Awards Chatter de The Hollywood Reporter que no se sintió cómodo dirigiendo una historia futurista. La cinta, basada en la obra de Isaac Asimov, presentaba un reto conceptual que el director admite no haber podido abordar con la visión adecuada. Años después de su estreno, sigue considerando que no fue la mejor elección en su trayectoria.
"Para mí fue un error porque en ese momento me di cuenta de que no era el tipo indicado. No soy el director al que acudirías si quieres una película futurista. Todavía me debato sobre qué es el futuro... no es lo mío y nunca lo entenderé. Así que hacer una película futurista fue un error", explicó.
Un ambicioso proyecto que no cumplió las expectativas
Lanzada en 1999, esta cinta contaba con todos los ingredientes para triunfar: una historia emotiva basada en un clásico de la ciencia ficción, el carisma de Robin Williams y un presupuesto considerable. Sin embargo, la película no logró conectar con el público ni con la crítica. Columbus ha explicado que la dificultad para plasmar una visión creíble del futuro fue uno de los mayores obstáculos. La complejidad de representar la evolución de la humanidad a lo largo de dos siglos, desde el punto de vista de un robot, fue un desafío que, según él, no supo manejar con la autenticidad necesaria.
A pesar de las críticas, uno de los aspectos más elogiados de la película fue la actuación de Williams. Su capacidad para dotar a Andrew, el robot protagonista, de humanidad y profundidad emocional, ha sido destacada con el tiempo. Williams no solo ofreció una interpretación conmovedora, sino que también insistió en utilizar un traje real en lugar de depender de efectos especiales, con el fin de hacer su personaje más auténtico. Aunque la película no alcanzó el éxito esperado, la entrega del actor ha sido reivindicada con los años, convirtiéndose en uno de los elementos más recordados del filme.
Un punto de inflexión para Columbus: de la ciencia ficción a la fantasía
El fracaso de El hombre bicentenario llevó a Columbus a replantearse su enfoque como director. Fue este proyecto el que lo convenció de que debía centrarse en construir mundos de fantasía más que en imaginar el futuro. Su siguiente gran desafío, la dirección de las dos primeras películas de la saga Harry Potter, le permitió crear un universo mágico que cautivó al público de todo el mundo. El cineasta ha señalado que con Harry Potter se sintió mucho más en su elemento, al poder desarrollar una historia sin la presión de predecir cómo sería el mundo dentro de cientos de años.
Aunque se muestra crítico con su trabajo en la película, la cinta con Williams ha ido ganando un estatus de culto con el paso de los años. Muchos espectadores han encontrado en la historia de Andrew un relato conmovedor sobre la búsqueda de la humanidad y la identidad.