Disney lleva más de una década convirtiendo sus mayores clásicos de animación en películas de acción real para actualizar las historias de aquellos cuentos con los que muchos crecimos, permitiendo que jóvenes y adultos se reencuentren con los personajes más emblemáticos de la Casa del Ratón a través de productos de fuerte envergadura visual y poderío sonoro. Si bien es cierto que el género ha dejado productos memorables, 'Blancanieves' dista mucho de ser realmente una buena película.
Ya hemos visto el live-action de 'Blancanieves' y no nos ha convencido: Disney se olvida de la magia del relato original para un remake que queda bañado en polémicas
Desde que Peter Dinklage ('Juego de Tronos') iniciara un conflicto con la compañía de Bob Iger por la intención que tenían los creativos del filme de continuar mostrando a los enanos como los concebimos en el cuento original de los hermanos Grimm, el proyecto quedó salpicado por la polémica y la continúa sensación de que Disney no sabía realmente qué hacer con la producción; si mantenerla fiel al relato que todos conocemos u optar por una reinvención como en otros live-action.
Finalmente, 'Blancanieves' se ha quedado en tierra de nadie teniendo tantos elementos clásicos como adiciones nuevas que permiten a la película de acción real obtener algo de identidad en este mare magnum audiovisual donde la carencia de ideas impera en la taquilla. Disney, grosso modo, ha mantenido intacta la llama de esta mágica a la par que trágica historia, pero se han añadido ciertos elementos de relleno para alimentar de forma artificial el relato y el resultado no es el esperado.

Ya no es cuestión de si Rachel Zegler o Gal Gadot interpretan correctamente a Blancanieves y a la Reina Malvada, o de si el vestuario y escenografía hacen justifica a los escenarios y arte con el que conocimos a esta princesa de la Casa del Ratón; es cuestión de que el conjunto es errático a causa de una sucesión de escenas y arcos dramáticos que no llegan funcionar, quedándose a medio gas con los números musicales y de otros tantos live-action como 'El libro de la selva' o 'Cruella'.
El reparto, de forma global, está fantástico y capta bien la esencia de cada uno de los personajes de la película, siendo Gal Gadot la más destacable por salir de su registro habitual al convertirse en una villana despiadada y sin ningún tipo de corazón, acompañando a una Zegler sin nada que envidiar que logra sacar adelante escenas en solitario cargadas de un CGI un tanto bochornoso que rompe con la magia de la obra, que sí se esfuerza en dar más contexto a determinadas partes del clásico de Disney para tener una mejor construcción de este universo.
En ese sentido, el guion de Erin Cressida Wilson sí es interesante, dado que permite a los espectadores tener un mayor recorrido para conectar con Blancanieves y la crisis a la que se enfrenta su reino, además de ahondar bastante en la figura de la antagonista y su obsesión por la búsqueda de la belleza perfecta. Pero son elementos que carecen de un buen soporte para brillar como deberían, y es que incluso la dirección y mano de Marc Webb queda sepultada por las directrices habituales de Disney, que también taparon los estilemas de Guy Ritchie con 'Aladdin'.

'Blancanieves' no se acerca a los mejores live-action de la compañía pero posee buenos elementos a su favor que pueden contentar a los fans; como esa profundización en el lore del cuento de los hermanos Grimm y alguna que otra canción muy disfrutable con los enanos (recreados por unos VFX no siempre perfecto) como protagonistas.