El clásico debate sobre qué fue primero, el huevo o la gallina, podría tener un nuevo eco en un terreno todavía más profundo: el origen de la vida en la Tierra. Mientras que la ciencia busca vida en Marte o tiende a coincidir en que fue el huevo el que precedió a la gallina, un grupo de investigadores del University College de Londres ha planteado una respuesta para otro dilema histórico: cómo surgió la primera forma de vida.
Científicos aseguran haber dado con el origen de la vida: 'Hemos reproducido el primer paso'
Según el equipo, las moléculas de ARN podrían haber interactuado de manera aleatoria con aminoácidos para formar proteínas, los bloques fundamentales de las células. La paradoja es evidente: las células no pueden existir sin proteínas, pero las proteínas solo se sintetizan dentro de las células, con la ayuda de los ribosomas.
Los científicos sostienen que la clave puede residir en reacciones químicas sorprendentemente simples. “Hemos logrado reproducir el primer paso de este proceso complejo mediante química muy elemental, en agua a pH neutro, para unir aminoácidos al ARN. La reacción es espontánea, selectiva y, lo más importante, plausible en la Tierra primitiva”, explica Matthew Powner, coautor del estudio publicado en Nature.
El hallazgo apunta a un mecanismo por el cual el ARN pudo comenzar a controlar la síntesis de proteínas, un paso fundamental en la evolución de la vida. Los aminoácidos, esenciales para este proceso, existían incluso antes de que surgiera la vida terrestre, como demuestran análisis de asteroides que los contenían. Sin embargo, su unión requiere un catalizador, y ahí entra en juego la panteteína, una molécula reactiva crucial en el metabolismo y, según investigaciones anteriores, abundante en lagos primitivos.
En los experimentos, los investigadores combinaron panteteína con aminoácidos en un entorno acuoso, generando una molécula intermedia llamada aminoacil tiol. Esta, al interactuar con ARN libre, transfirió los aminoácidos al ARN de manera espontánea. “Con aminoácidos, moléculas de ARN y tioles -compuestos con azufre- el proceso se vuelve casi inevitable”, comenta Powner al Washington Post.
No obstante, el consenso aún está lejos. Algunos expertos señalan que la panteteína habría estado demasiado diluida en los océanos primitivos, concentrándose solo en pequeños lagos o charcas de agua dulce. Además, las cadenas de aminoácidos obtenidas en laboratorio son aleatorias y carecen del orden preciso de las proteínas producidas por ribosomas. “No se ha resuelto completamente este desafío”, advierte Nick Lane, especialista en el origen de la vida del mismo University College de Londres, que no participó en el estudio. Aun así, reconoce que reacciones químicas simples podrían haber contribuido a formar componentes esenciales para la vida tal como la conocemos.















