China guarda con un silencio casi hermético los detalles de uno de sus desarrollos militares más enigmáticos: el misil interceptor SC-19. Desde que en 2007 usara este proyectil para pulverizar su propio satélite meteorológico, el mundo ha mantenido la mirada fija sobre esta pieza clave del poder espacial chino.
El SC-19: el misil invisible que altera el equilibrio espacial
Pero tras casi dos décadas y siete pruebas confirmadas, lo cierto es que la información disponible sigue siendo mínima. No hay imágenes oficiales del misil, solo una representación digital que deja más preguntas que respuestas. La última prueba conocida tuvo lugar el 14 de abril de 2023, según datos de GlobalSecurity. El SC-19 habría interceptado con éxito un objetivo a medio curso, a unos 250 kilómetros de altitud.
Este hito lo consolida no solo como un arma antisatélite (ASAT), sino también como un sofisticado sistema antibalístico (ABM). A diferencia de sistemas conocidos como el S-500 ruso o el THAAD estadounidense, el SC-19 permanece envuelto en sombras, lo que alimenta la inquietud entre los expertos en defensa.
Lo que sí parece claro es que este misil forma parte de un programa que ha evolucionado en paralelo a las tensiones estratégicas globales. El SC-19 estaría relacionado con otros sistemas como el HQ-19 y el lanzador espacial KT-1, del que podría heredar su motor de cohete. En 2019, la publicación The War Zone ya sugirió que la versión militar de ese vehículo espacial podría ser la base tecnológica del SC-19. De confirmarse, esto daría al misil un alcance y capacidad de maniobra muy superiores a los de sus homólogos occidentales.
Una amenaza dual bajo perfil estratégico
Uno de los aspectos más llamativos del SC-19 es su capacidad de actuar tanto como interceptor antibalístico como en misiones ASAT, lo que lo convierte en una amenaza dual. Incluso se especula que programas como el Dong Neng sean variantes del SC-19, adaptados a distintos tipos de blancos. Hay analistas que sugieren que su rendimiento podría superar al del HQ-19, diseñado específicamente para interceptar amenazas a gran altitud.
La Chine pourrait avoir mené un tir d'essai ce soir depuis le site de Korla où les précédents tests ABM / ASAT ont eu lieu.
La trajectoire est proche de celle du 23 Juillet 2014, et le tir est signalé par deux NOTAMs. Il y a plusieurs témoignages locaux (vert) sur le vol. pic.twitter.com/0KvNvI6T8x
— East Pendulum (@HenriKenhmann) February 5, 2018
Mientras Pekín mantiene su hermetismo habitual, Washington y sus aliados observan con creciente preocupación la evolución de estos sistemas. El desarrollo de armas capaces de destruir satélites en órbita o interceptar cabezas nucleares altera el equilibrio de poder.















