Lo que debía ser un tranquilo día de baño en el embalse de Albacete se convirtió en una escena digna de un documental de vida salvaje. Un grupo de adolescentes avistó un reptil nadando entre los bañistas. Lo que parecía una broma o una confusión resultó ser real: se trataba de un yacaré, un pariente cercano del cocodrilo originario de Sudamérica, ahora nadando plácidamente en pleno corazón de Castilla-La Mancha.
La presencia del animal, de casi un metro de longitud, movilizó rápidamente a agentes del SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil), expertos en fauna silvestre y miembros del club de pesca local. Mediante un sistema de cebo, lograron capturar al reptil sin que se produjeran incidentes, y fue posteriormente trasladado al Zoo de Madrid para su evaluación y cuidado.
¿Qué hacía un yacaré en un embalse español?
Tras un primer análisis, se descartó que fuera un caimán y se confirmó que era un ejemplar juvenil de yacaré overo (Caiman latirostris), una especie protegida por la Convención CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas). Este animal, habitual de los humedales de Brasil, Argentina o Paraguay, no tiene cabida en los ecosistemas europeos, donde su liberación puede desencadenar desequilibrios graves en la fauna local.
Según informaron fuentes de la Guardia Civil, la hipótesis principal es que el yacaré fue adquirido de forma ilegal como mascota exótica y liberado al alcanzar un tamaño incómodo para su dueño. Este tipo de incidentes, aunque anecdóticos, se han vuelto más frecuentes con la expansión del comercio ilegal de especies y el desconocimiento de sus consecuencias ecológicas.
Un peligro para la biodiversidad... y para los bañistas
Aunque el ejemplar capturado no representaba un riesgo inmediato para los humanos debido a su tamaño, los expertos alertan de que este tipo de reptiles pueden alcanzar hasta metro y medio y alimentarse de peces, aves e incluso pequeños mamíferos. Su presencia en aguas dulces compartidas por humanos pone en peligro tanto a las especies autóctonas como a la seguridad pública, especialmente en zonas turísticas y de baño como la afectada.
Desde el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha, se ha recordado que la liberación de fauna exótica está tipificada como infracción grave en la normativa de biodiversidad, y puede constituir un delito ecológico penado con multas e incluso prisión, según el artículo 334 del Código Penal español.
El caso reabre el debate sobre las mascotas exóticas
Este suceso ha desatado un aluvión de comentarios en redes sociales, donde muchos usuarios han expresado su indignación y temor, mientras otros denuncian la falta de regulación efectiva sobre el comercio de especies exóticas. España, como muchos países europeos, mantiene una lista de especies cuya tenencia está prohibida o sujeta a estrictas condiciones, pero la compraventa ilegal a través de internet sigue siendo un problema difícil de erradicar.
Plataformas como TRAFFIC o WWF llevan años alertando del auge del tráfico de fauna exótica en Europa, con especies que van desde serpientes pitón hasta loros, monos o reptiles acuáticos como este yacaré. Además de los riesgos ecológicos, estos animales pueden portar patógenos o volverse agresivos fuera de su entorno natural.
¿Una moda peligrosa?
El caso del cocodrilo de Albacete no es aislado. En los últimos años se han reportado casos similares en otros puntos de España y Europa, desde caimanes capturados en acequias hasta serpientes venenosas encontradas en viviendas particulares. A menudo, la motivación es el deseo de tener una mascota “única” para exhibirse en redes sociales, alimentando una peligrosa tendencia que banaliza el contacto con animales salvajes.
La Guardia Civil ha abierto una investigación para identificar al responsable de la liberación del yacaré, que podría enfrentarse a multas de hasta 200.000 euros y cargos penales por introducción ilegal de especies exóticas invasoras, tipificada como una amenaza directa para la conservación de la fauna ibérica.
