El ser humano es bastante paradójico. En una época en la que la información está al alcance de todos, y la capacidad de conexión a internet y al conocimiento que ha ido atesorando la humanidad a lo largo de los milenios está en su apogeo y plenitud, hay un grupo de personas que, apoyadas en esta increíble facilidad de acceso a la cultura, sigue creyendo que la Tierra es plana. ¿Por qué? Pues porque, apoyados en el falso sentido escéptico y con el supuesto baluarte del ensayo científico, se creen en capacidad de rebatir algo -que la Tierra es un planeta esférico- que no es una teoría: es un hecho.
Los grupos y autores de dudoso nombre que defienden que la Tierra es plana han salido a la palestra tras una serie de debates en Twitter y sucesos bastantes sonados, como el del intercambio de post y mensajes del célebre youtuber Óliver Ibáñez y el astronauta español Pedro Duque, algo que ha servido tanto como para poner en su sitio a este tipo de conspiradores como también para darles bombo, notoriedad y publicidad. Repasamos algunos de sus mitos fundacionales, sociedades, teorías y hechos más curiosos, absurdos y delirantes.
Así funcionaría una Tierra plana
En el mundo en el que vivimos, lleno de historias de ciencia ficción con sus propias reglas y sus amplias bases mitológicas, es habitual que encontremos coherencia o al menos sentido común en los relatos que nos narran, presentan y venden. Pero curiosamente, la teoría de la Tierra plana -que debería ser algo así como un tratado científico serio pese a lo absurdo de su premisa- es un buen conglomerado de conceptos que se solapan, contradicen y se mezclan con poca o nula gracia.
Comenzamos por lo evidente: para los terraplanistas y similares, la Tierra es un enorme disco que flota por el espacio. Según los seguidores de esta teoría, los continentes en los que vivimos mantienen la misma forma cartográfica a la que estamos acostumbrados y hemos visto en mapas y similares, pero en su universo, el centro de todo es el Polo Norte.
El agua de los océanos, que debería derramarse por los bordes de este pantagruélico disco, está confinada por unos muros de hielo gigantes. Más allá de la absurda imagen que nos transmite que la Tierra sea una enorme pizza con bordes congelados, en la vida real esto sería más idiota de lo que parece: una Tierra plana de este tamaño, debido a su extensión, colapsaría a la mínima. Pero lo que es más curioso todavía es que aplicándole las leyes de la gravedad a esta irreal figura, el agua no necesitaría de ningún tipo de muro y se mantendría alrededor de la Tierra debido a la atracción de su propio cuerpo. Lo que nos lleva al siguiente punto. ¿Creen en la gravedad los seguidores de la Tierra plana? No. Para ellos la gravedad es una ilusión diseñada por el ser humano para explicar la aceleración constante del disco de la Tierra hacia arriba. No hay gravedad. No existe en sus teorías o argumentos. Retorcido, ¿verdad?
Pero, ¿y las estrellas? ¿Y los planetas? ¿Y el Sol? Para este tipo de creyentes, los cuerpos celestes que observamos desde la superficie de nuestro planeta son pequeños faroles de gas y luz, que están apenas a unos cientos de kilómetros sobre la superficie. Curiosamente, para los que apoyan la teoría de la Tierra plana, este enorme disco sobre el que nos encontraríamos está rodeado por una bóveda transparente que mantiene confinados a los citados cuerpos celestes, así como albergaría al Sol, que en su trastornado universo sería una esfera de 51 kilómetros de diámetro y que estaría a unos 4800 kilómetros por encima del nivel del mar. Por poner un poco en perspectiva lo idiota del concepto: el Sol tiene un diámetro de 1,3914 millones de kilómetros y está a más de 149 millones de kilómetros de la Tierra.
Los terraplanistas además, tienen su propia forma de explicar las estaciones y la incidencia de los rayos solares de su orbe sobre el disco, explicando que el Sol actúa más intensamente en el Ecuador porque, simplemente, su foco está ahí. Además, misteriosamente, el Sol disminuye o aumenta sus órbitas según conviene, dando lugar a las estaciones y cambios de temperatura anuales. No obstante, para estos creyentes el Sol está siempre encima de la Tierra, aunque la perspectiva no les ayude en absoluto a explicarlo, hablando de forma errónea sobre percepciones humanas cuando amanece o anochece, apoyándose en los límites de la visión humana y otras cosas.
Sin embargo, más curiosa es su explicación para los eclipses solares y lunares. Para este tipo de creyentes, la Luna sí es esférica. Para ellos, la órbita que describe la Luna está algo por debajo de la del Sol, y en contadas ocasiones, se solapan. Un poco como la vida real, pero con una teoría llena de agujeros y sin demasiado sentido. Los eclipses lunares tienen, si cabe, una explicación más retorcida. Según ellos, el Sol tiene una especie de compañero pequeño, también esférico, llamado objeto de sombra. Cuando se produce un eclipse lunar, quiere decir que el objeto de sombra ha pasado entre ambos satélites, evitando que la Luna refleje la luz del Sol. ¿El color rojo de la Luna? Es fácil: para los terraplanistas, la Luna un objeto poco denso, casi transparente, que refleja la luz del Sol, haciéndole traspasar sus rayos.
Cuando la idea cala: el comienzo de la The Flat Earth Society
¿Qué es una conspiración sin sociedades secretas y grupos exclusivos? En 1849, Samuel Birley Rowbotham, un inventor inglés de dudosa reputación y radicales ideas socialistas -seguidor de Robert Owen vivía en una comuna-, sugirió tras sus investigaciones que la Tierra no era redonda como se afirmaba, y que vivíamos en una enorme extensión de terreno flotante en el espacio denominada “Parallax”. A través de un panfleto de apenas 16 páginas -que luego extendería a un libro un poco más extenso que eso-, Birley estableció las bases de lo que a posteriori sería la base de la llamada Zetetic Astronomy, un dudoso método científico que dice que el planeta en el que habitamos es un disco enorme, con enormes muros de hielo que evitan que los océanos se derramen por los extremos. Varios de sus colegas y compatriotas británicos rebatieron una y otra vez esta teoría, pero ya era demasiado tarde.
Samuel Birley Rowbotham tuvo cierta resonancia en su época y miles de seguidores de sus enseñanzas, por temor a que sus directrices desaparecieran y fueran desacreditadas constantemente, acabaron por fundar su propia sociedad en defensa de sus ideas. Nacía así lo que a posteriori sería The Flat Earth Society, una de las múltiples organizaciones y sociedades que viven bajo el amparo de malas digestiones científicas, un buen número de pasajes y enseñanzas religiosas llevadas al paroxismo y el refugio de lecturas y vídeos distribuidos y publicados en las numerosas redes sociales.
Así nacen seguidores, como el citado Óliver Ibáñez, que además de tener cerca de 90 000 suscriptores en YouTube y publicar libros -en los que incluso se ve con el valor de negar la existencia de los dinosaurios-, aboga por teorías como la de la aparición de seres extraterrestres como los reptilianos entre nosotros, que estarían moviendo sus hilos para hacernos creer al resto de los mortales que la Tierra es esférica para sus intereses de conquista.
A todo ello hay que sumarle el apoyo de determinadas celebridades y círculos, como Mike Hughes, un ‘científico autodidacta’ que decidió construir un cohete por sus propios medios para comprobar que la teoría de la Tierra plana es verdad. Durante meses, y vendiendo la historia a los medios de que construir su propio cohete espacial sería una hazaña jamás realizada -según él, básicamente porque las grandes oligarquías no permiten estas prácticas-, comparándose con los descubridores más grandes de la historia reciente de la humanidad. “No creo en la ciencia”, ha explicado en más de una ocasión Mike. “No existe, no hay conocimientos científicos reales; todo son fórmulas”. Construido con chatarra, su cohete pretende alcanzar más de 500 metros de altitud y dejar en evidencia a todos aquellos que demuestran constantemente que la Tierra es un planeta. ¿Por quién está financiado este señor y de qué grupos recibe apoyo? Pues de otras sociedades, que al igual que la conocida que The Flat Earth Society, creen en lo plano de la Tierra y similares. ¿Lo mejor de este asunto? Cuando el propio Elon Musk, fundador de Tesla y creador de PayPal soltó la bomba en Twitter: "¿por qué no existe una The Flat Mars Society?"
Otras teorías absurdas: múltiples dimensiones, extraterrestres y el Nuevo Orden Mundial
Sí, la Tierra es plana. Vale, podemos aceptar que disfrutéis con este hobby de intentar justificar lo injustificable, pero lo gracioso del asunto -si es que tiene algo de gracia-, viene cuando se mezclan múltiples conspiraciones, ideas y rumores para conformar nuevas teorías de la conspiración. En estos últimos meses, justo cuando el movimiento ha alcanzado nueva repercusión, hemos vuelto a ver cómo algunos intentaban buscar su cuota de atención. Una de las teorías más curiosas es el llamado Efecto Mandela, que nos hace creer que los humanos somos seres interdimensionales que, de vez en cuando, nos cruzamos de dimensiones y acabamos en la que no correspondemos. ¿Quién ha sido el culpable? No se sabe, pero los más avezados hablan de que fue el propio Gran Colisionador de Hadrones el que abrió una brecha en el tejido de la realidad.
El efecto tiene su origen en 2013, cuando tras el fallecimiento de Nelson Mandela, varios usuarios aseguraban que el dirigente sudafricano llevaba muerto desde los años 90 al ver numerosos posts y noticias sobre su muerte en los telediarios y páginas web. Según esta ingente cantidad de internautas, Mandela perdió la vida en la cárcel durante la década de los 90, mostrando recortes, imágenes y notas de texto que así lo atestiguaban. El asunto cobró más importancia cuando, a raíz de preguntar dónde estaba situada Nueva Zelanda, muchos seguidores en redes sociales mostraban versiones contradictorias del asunto. ¿Debajo o al lado de Australia? Lo anecdótico del tema revivió de nuevo el debate y ya no eran pocos los que hablaban de realidades paralelas, versiones de la Tierra distinta y planos de la realidad. ¿A qué versión de la Tierra pertenecemos? Se crearon incluso encuestas, líneas paralelas y cronologías para comprobar en qué realidad vivíamos, y en reddit, uno de los foros que más promoción dio al asunto, encontrábamos incluso recreaciones del asesinato de Kennedy al estilo Watchmen, versiones de canciones de Queen diferentes o incluso ediciones de Star Wars con argumentos ligeramente distintos.
Un buen número de estas conspiraciones -como la que dice que el ser humano jamás pisó la Luna y que todo se rodó en un plató de televisión-, tienen y conviven bajo un paraguas aún más grande: la formación del Nuevo Orden Mundial. Aquí, ya se echa el resto. Existe una creencia, cada vez más arraigada, que habla de una élite de gobernantes que, en colaboración con entidades secretas -¡otra vez los reptilianos y los alienígenas!-, está tejiendo lentamente sus planes de conquista y reformulación de la sociedad. Las medidas económicas, la aparición de dispositivos de localización, el cambio de la riqueza y la desaparición de las clases medias y el constante control de internet, sería algunas de sus estrategias para la creación de una nueva estructura social conocida como Nuevo Orden Mundial. El objetivo final sería la eliminación del individuo, la creación de un espacio autoritario seguro y la formación de un gobierno único que todo lo controle de cara a la gran revelación: no estamos solos en el universo. Si habéis navegado por la red de redes desde los comienzos de YouTube, seguro que recordaréis cosas como Zeitgeist -que actualmente tiene más capítulos y secuelas que Harry Potter-, que reunía múltiples de estas creencias y pensamientos propios de los conspiracionistas.
Es curioso que, en un mundo donde existen negacionistas del holocausto sufrido por el pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial, tengamos personas que crean a pies juntillas en tierras planas, extraterrestres con forma de reptiles y realidades paralelas extraídas de un capítulo de Fringe.