El verano ha traído consigo una vieja conocida a las costas del Cantábrico: la carabela portuguesa (Physalia physalis), un organismo marino de apariencia bella pero efectos dolorosos. En lo que va de temporada, ya son 52 los bañistas atendidos por su picadura en las playas de Vizcaya, una cifra que duplica los 23 afectados del mismo periodo en 2024, según datos de la Diputación Foral. Aunque el registro no supera los 72 casos de 2023, el repunte ha llevado a izar banderas de advertencia e incluso cerrar temporalmente algunas zonas costeras.
Es una de las medusas más peligrosas
La carabela portuguesa no es una medusa en sentido estricto, sino un hidrozoo colonial cuyas toxinas pueden causar desde escozor hasta cuadros más graves como fiebre, mareos e incluso reacciones potencialmente mortales en niños o personas vulnerables. Este lunes, la bandera blanca ondeó en playas como Laidatxu, Aritxatxu o Laga, mientras que en La Arena y Bakio se activó la roja por precaución. Sus tentáculos, que pueden superar los diez metros, concentran millones de cápsulas urticantes capaces de inocular un veneno extremadamente potente.
Aunque la atención mediática se centra en este organismo flotante, los datos oficiales subrayan que no es el más peligroso en la costa vizcaína: el sabirón, también conocido como pez escorpión, ha causado ya 135 picaduras este verano. En total, los equipos de Salvamento han tenido que realizar 1.302 asistencias, la mayoría por heridas, caídas o rescates por corrientes.
Las autoridades sanitarias recuerdan que si se produce una picadura, nunca se debe usar agua dulce para limpiar la herida. En su lugar, se recomienda retirar los restos del tentáculo con pinzas o una tarjeta rígida, lavar con agua salada o alcohol, y aplicar después calor local junto a una crema con corticoides. La prevención sigue siendo clave: evitar el baño si ondea la bandera blanca, mantenerse alejado del agua si se avistan ejemplares y alertar a los socorristas si se encuentran flotando en la orilla.
