Mark Zuckerberg, que no acepta quedarse atrás en el mundo de la tecnología, no mencionó a Apple por su nombre al exponer su visión sobre el futuro de la inteligencia artificial y los dispositivos personales, pero la alusión era clara. El CEO de Meta vuelve a desafiar el dominio del iPhone como eje del mundo digital, y lo hace con una propuesta ambiciosa: reemplazar el smartphone con una nueva generación de dispositivos inteligentes potenciados por IA.
Mark Zuckerberg se despide del smartphone: anticipa una revolución tecnológica con la era de la superinteligencia artificial
En una publicación reciente, Zuckerberg habló de un futuro en el que las gafas inteligentes, capaces de ver lo que nosotros vemos, oír lo que oímos y comprender nuestro contexto, se conviertan en nuestra herramienta informática principal. Este concepto, al que llama “superinteligencia personal”, busca combinar hardware y software en un ecosistema propio, un terreno donde Apple ha reinado con su integración vertical.
Meta ya comercializa gafas inteligentes equipadas con cámara, micrófono y altavoz, y planea incorporar pantallas en las lentes para crear una interfaz visual constante. La idea es que estas gafas, controladas por voz y alimentadas por IA, reemplacen la necesidad de pantallas táctiles o teclados. Zuckerberg aseguró que este enfoque permitirá interactuar de forma natural y continua con asistentes inteligentes que nos conozcan profundamente y nos ayuden a alcanzar nuestros objetivos.
La apuesta no es solo teórica. Meta está invirtiendo miles de millones en inteligencia artificial, ofreciendo salarios astronómicos para atraer al mejor talento del sector. En contraste, Apple ha sido más cauta con la IA, y algunos analistas la consideran rezagada frente a competidores como Meta, OpenAI o Google.
Otras grandes tecnológicas también se preparan para un mundo post-smartphone. Amazon ha adquirido una startup que desarrolla pulseras capaces de registrar datos durante el día para alimentar asistentes de IA, mientras que Sam Altman, de OpenAI, colabora con el diseñador Jony Ive en un nuevo dispositivo aún sin forma definida.
Zuckerberg ya vivió la transición al móvil a contrapié, cuando Apple y Google consolidaron sus plataformas. Desde entonces, ha intentado evitar una nueva dependencia. El metaverso no logró la adopción masiva que prometía, pero la IA le ofrece una segunda oportunidad. Esta vez, su objetivo no es conquistar una red social, sino rediseñar la relación entre el ser humano y la máquina. Y si tiene éxito, el futuro dejará de estar en el bolsillo y pasará a estar sobre nuestros ojos.
