Meta no ha llegado la primera, pero quiere ser la última en pie. Tras fracasar con el metaverso sin demasiado entusiasmo global, Mark Zuckerberg ha encontrado una nueva obsesión: dominar la carrera de la Inteligencia Artificial. Y no piensa hacerlo a medias. Con casi 4.000 millones de usuarios conectados a alguna de sus plataformas —Facebook, Instagram, WhatsApp—, el creador de la red social más influyente del siglo XXI ha decidido jugar fuerte en un terreno donde ya compiten titanes como OpenAI de Sam Altman, la de Google de Sundar Pichai o Microsoft y su enorme gasto.
Zuckerberg lanza su asalto definitivo a la IA: talento, superordenadores y una red de centros de datos sin precedentes
El plan se despliega en varios frentes. El primero, el software, donde Meta ha sido especialmente agresiva con LLaMA, su modelo fundacional de lenguaje abierto, presentado en 2023. Le siguió Llama 2, ya con enfoque comercial y disponible a través de Microsoft, Amazon y Hugging Face. Desde entonces, las versiones 3 y 4 han ido puliendo sus capacidades, hasta alcanzar el nivel multimodal que, según Meta, supera a sus rivales… aunque la comunidad aún no ha terminado de comprar ese discurso.
La otra gran baza es el hardware. Meta invertirá más de 60.000 millones de dólares sólo este año en infraestructura de IA. Su objetivo: crear centros de datos capaces de manejar cargas de superinteligencia con hasta 5 GW de potencia, una cifra que roza la capacidad instalada de regiones enteras como Virginia, epicentro mundial de los Data Centers. Los primeros proyectos ya tienen nombre: Prometeo y Hyperion. No es casualidad.
Zuckerberg, mientras tanto, ha activado su modo caza mayor. Ha empezado a fichar talento a golpe de chequera: 300 millones de dólares por contrato, ofertas que superan los 100 millones en su primer año, acciones garantizadas y acceso inmediato a hardware de primer nivel. Shengjia Zhao, uno de los cerebros detrás de GPT-4 y los modelos mini de OpenAI, es ya el nuevo jefe científico del flamante Meta Superintelligence Lab, al que también se han sumado ingenieros clave de Google, OpenAI, la todopoderosa Apple y Anthropic.
Meta tiene usuarios, dinero y ahora músculo técnico. Si logra orquestar todo ese poder, podría hacer realidad su nueva visión: una superinteligencia personal para cada uno de sus miles de millones de usuarios. Y si alguien duda, basta recordar que Facebook también empezó como un experimento estudiantil. El resto es historia.
