Mark Zuckerberg ya tiene a sus fichajes estrella. Los galácticos de la inteligencia artificial que necesitaba para montar su propio Dream Team de superinteligencia.
Pero reunir talento a golpe de talonario y superar a Sam Altman y su OpenAI era solo la mitad del plan: ahora toca ponerlo a trabajar. Y eso requiere una cantidad descomunal de potencia de cálculo. Meta no puede esperar. Se ha quedado sin tiempo y ha acelerado como nunca, hasta el punto de levantar centros de datos en carpas improvisadas al aire libre. Literalmente.
Zuckerberg se lanza a lo Musk: construye centros de datos en carpas y apuesta por la energía nuclear para crear una superinteligencia
Tan surrealista como suena, es real. Lo ha confirmado un portavoz de la compañía a Business Insider: están levantando centros de datos provisionales dentro de tiendas de campaña. ¿El motivo? Avanzar lo más rápido posible en capacidad computacional mientras se construyen los centros definitivos. Pero no es tan simple como conectar GPUs y rezar: el reto es hacerlo sin comprometer el equilibrio térmico, la eficiencia energética o el sistema de refrigeración. Y eso, en plena ola de calor veraniega, con servidores latiendo al rojo vivo, suena a locura logística.
Una locura que recuerda a otra. Elon Musk, el rival que Zuckerberg no puede sacarse de la cabeza, ya sorprendió al instalar 100.000 GPUs de Nvidia en menos de 20 días para su aventura con xAI. Hasta Jensen Huang, CEO de Nvidia, alucinó con la hazaña. Y ahora Zuck quiere ir más rápido. Según Semianalysis, medio que destapó los ambiciosos planes de Meta, el diseño exprés de estos centros de datos está directamente inspirado por el ritmo con el que Musk opera tanto en Tesla como en su división de inteligencia artificial. Meta fue la reina del "muévete rápido y rompe cosas", y ahora quiere demostrar que no ha perdido el toque. Ni la prisa.
Y mientras monta centros en carpas, Zuckerberg lanza su órdago definitivo, uno que ha coincidido con una promesa: el adiós a los dispositivos tradicionales. “Vamos a invertir cientos de miles de millones de dólares en computación para construir superinteligencia”, dijo. No es humo: el plan incluye la construcción de dos centros de datos titánicos. El primero, Prometheus, estará operativo en 2026. El segundo, Hyperion, aspira a ser del tamaño de Manhattan y consumir hasta 5 gigavatios, un salto brutal respecto a los actuales clústeres más potentes de Nvidia, que no pasan de 200 megavatios.
¿Por qué tanta urgencia? Porque Meta sabe que ha perdido tracción. Mientras gastaban a espuertas en el metaverso, sus rivales en IA no se quedaron quietos. Llama 4, su último gran modelo de lenguaje, no ha estado a la altura de GPT-4o, Claude 4 o Gemini 2.5 Pro. El golpe ha sido tan duro que incluso dentro de Meta se está usando Claude como modelo por defecto para programar, dejando de lado su propio Llama Code. Un símbolo claro de que algo se ha torcido.
Zuckerberg ha cazado al talento, ha absorbido Scale AI y se ha garantizado datos de primer nivel. El siguiente paso: asegurar una infraestructura energética descomunal. Para lograrlo, Meta ha empezado a adquirir centrales nucleares condenadas al cierre y planea construir una planta geotérmica con tecnología puntera para aprovechar el calor subterráneo. El mensaje es claro: no hay IA sin energía, y Zuckerberg está dispuesto a romper todos los moldes para llegar primero. Aunque tenga que empezar bajo una lona.
