James Gunn está de enhorabuena. Su universo DC, que ha arrancado con Superman, está conquistando la taquilla sobre Los 4 Fantásticos: Primeros pasos. El director, que despierta pasiones enfrentadas, es bastante controvertido. Hay quien no soporta su estilo, quien lo considera un advenedizo, un provocador.
En las trincheras de Internet, hay dos bandos muy bien definidos: los seguidores de Zack Snyder, el director de 300 y El hombre de acero, y los de Gunn, ahora al frente del nuevo universo cinematográfico de DC. Dos visiones opuestas del superhéroe moderno. Pero antes de esta artificial rivalidad, colaboraron juntos en una increíble película de zombis que lo cambió todo.
Una alianza inesperada: James Gunn y Zack Snyder unieron fuerzas para dar vida a uno de los grandes clásicos modernos del cine de zombis y terror
Uno es drama, épica y sombras. El otro, color, corazón y redención. Uno imagina a Superman como un dios perturbado por su propia divinidad; el otro, como un hombre bueno que quiere hacer el bien. Así de simple. Así de profundo. Y así de distinto. Más allá de las rivalidades falsas, lo cierto es que Gunn y Snyder nunca se han declarado enemigos. Al contrario. En 2004 trabajaron codo con codo en una de las mejores revisiones del cine de zombis moderno: Amanecer de los muertos (Dawn of the Dead), una reinterpretación vibrante y adrenalínica del clásico de George A. Romero.
Gunn escribió el guion. Snyder se encargó de dirigir. El resultado fue una película que marcó el debut de Snyder en la dirección y que, dos décadas después, sigue considerándose una de las más potentes dentro del género. El filme no sólo respetaba el espíritu del original —una crítica feroz al consumismo americano envuelta en un apocalipsis zombi—, sino que lo actualizaba con ritmo, tensión y violencia sin concesiones. En lugar de refugiarse en un búnker o una base militar, los supervivientes de esta versión huían a un lugar que definía como pocos a la sociedad del momento: un centro comercial. Pura metáfora en forma de vísceras.
Dawn of the Dead fue también una carta de presentación para ambos cineastas. Para Snyder, fue el trampolín hacia Hollywood. Para Gunn, una demostración de que su pluma podía dar tanto humor como sangre. Y aunque hoy muchos quieran verlos enfrentados, lo cierto es que aquel zombi colectivo que levantaron juntos sigue vivo. Más vivo que muchas de las discusiones que lo rodean.
