Pan tostado con un café de buena mañana. Con pan de molde, pan de ayer, integral... En esta costumbre se esconde uno de esos hábitos que pueden acortar nuestra vida: hablamos de rascar la superficie cuando se quema. Un reciente estudio de EASAN (la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) revela que al consumir el pan de esta forma estamos consumiendo una sustancia tóxica.
Ojo porque esto se aplica también a los alimentos que se queman por contacto directo con fuego, como puede suceder al preparar carne o pescado a la brasa. Si esto sucede, sustituid la pieza por otra nueva, ya sea pan o cualquier otra cosa. Rasparlo para quitar "la parte quemada" es peligroso, igual que lo es dormir poco.
La costumbre de rascar el pan tostado quemado es bastante más peligrosa de lo que parece
El estudio confirma datos de otros anteriores como el de la Agencia de Estándares de la Comida de Reino Unido (FSA por sus siglas en inglés) según el cual los alimentos quemados generan acrilamida. Esta sustancia se genera de manera natural cuando el almidón, presente en muchos alimentos, es sometido a altas temperaturas.
La acrilamida es cancerígena y por ello se recomienda que directamente cambiemos el alimento y volvamos a prepararlo, prestando atención y evitando llegar a ese color ennegrecido.
En el caso de carne y pescado, la acrilamida aparece cuando los propios jugos de la pieza llegan a las brasas. La sustancia asciende en forma de vapor e impregna la comida, por lo que siempre es recomendable no pasarse demasiado a la hora de cocinar.
Sucede algo similar con las patatas fritas a más de 120ºC. A esta temperatura se genera la nociva acrilamida. Otro motivo más para intentar limitarlas o eliminarlas de una dieta sana. En conclusión, es recomendable evitar pasarse cocinando cualquier cosa. Al margen del sabor, la mayoría de alimentos, incluso los no procesador, fomentan la presencia de esta sustancia y los peligros inherentes a la misma.