La siguiente película de Brad Pitt será una de las más caras y ambiciosas de la historia del cine. El ambicioso proyecto dirigido por Joseph Kosinski, la mente detrás de 'Top Gun: Maverick' que logró dominar la taquilla en 2022 junto a Tom Cruise, combatiendo directamente contra 'Avatar: El sentido del agua' de James Cameron, superará los 300 millones de dólares, convirtiéndose en un verdadero reto para Apple debido a lo complicado que será rentabilizar el largometraje en salas comerciales. La cinta, que sigue aun sin título oficial, seguirá a un retirado piloto de Fórmula 1 convertido en mentor y ya tiene fecha de estreno.
Apple apuesta por el verano para que su costoso proyecto de Fórmula 1 logre dominar la taquilla y ser rentable con Brad Pitt como protagonista
La trama nos contará la historia de Sonny Hayes, un piloto ficticio de Fórmula 1 que sale de su retiro para convertirse en mentor de un joven talento llamado Joshua Pearce, con quien forma equipo en Apex Grand Prix. Además de un Brad Pitt que podría estar a puertas de su retiro, el reparto incluye nombres como Damson Idris, Kerry Condon, Tobias Menzies, Lewis Hamilton, Javier Bardem y Sarah Niles. Aunque el público arde en deseos de poder hincarle el diente a este carísimo largometraje, que dialoga directamente con la 'Gladiator 2' de Ridley Scott en lo que atañe a costes, Apple quiere tomarse las cosas con calma y preparar bien el terreno para la llegada del proyecto a salas. De modo que su estreno, por ahora, queda fijado para el 27 de junio de 2025, año muy potente en el que tendremos películas como 'Superman', 'Los 4 Fantásticos', la nueva entrega de 'Jurassic World' y hasta la secuela de la exitosa 'M3GAN'.
Teniendo en cuenta que 2025 está plagado de estrenos y películas que seguro servirán como reclamo para el público, la fecha elegida por Apple no es en absoluto descabellada y sin duda es la mejor elección. Además, el filme de Kosinski aun está en desarrollo y no tiene siquiera nombre oficial, por lo que todavía quedan muchos detalles por pulir. El reto para que el filme sea rentable, no obstante, seguirá siendo titánico independientemente del momento de su lanzamiento en salas.
Recuperar una inversión superior a 300 millones de dólares no es sencillo a día de hoy, puesto que el público ya no acude a cines como antes y es complicadísimo predecir qué películas van a funcionar o no. En el caso de que el filme fuera un fracaso, estaríamos ante uno de los pinchazos más notables de la industria del celuloide que ni el streaming podría salvar.