El tiburón sedoso (Carcharhinus falciformis) ha demostrado su increíble capacidad de migración al recorrer una distancia de 27.666 kilómetros en 546 días. Apodado Genie en honor a la fallecida ecologista Eugenie Clark, este escualo fue marcado con un transmisor satelital en la isla Wolf, al norte de la Reserva Marina de Galápagos, en junio de 2021. Este viaje épico, que equivale a cruzar los Estados Unidos de costa a costa cuatro veces, incluyó dos migraciones significativas hacia el oeste, acercándose a las aguas internacionales, donde la presión pesquera es alta y la regulación mínima.
El estudio que documenta este viaje ha batido el récord anterior de movimiento de tiburones casi seis veces, destacando la necesidad urgente de establecer regulaciones que protejan la biodiversidad en mar abierto. Pelayo Salinas de León, autor principal del estudio y coinvestigador principal del proyecto de ecología de tiburones de la Fundación Charles Darwin, subrayó la importancia de entender las rutas migratorias de los tiburones sedosos para desarrollar estrategias de gestión efectivas. La migración de Genie resalta cómo estos tiburones atraviesan extensas áreas de aguas internacionales densamente pescadas, exponiéndose a riesgos significativos.
Una de las especies de tiburón más vulnerable
Los tiburones sedosos están clasificados como vulnerables en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN y son una de las especies más frecuentemente capturadas en la pesca artesanal e industrial. Su lento crecimiento y madurez tardía los hacen especialmente vulnerables a la sobrepesca, y la alta demanda en el comercio mundial de aletas de tiburón agrava aún más su situación. La investigación sugiere que más del 99% del tiempo rastreado de Genie ocurrió en aguas internacionales, lejos de la protección de la Zona Económica Exclusiva de Ecuador alrededor de las Islas Galápagos.
¿Por qué migran?
Los límites cartográficos humanos no tienen relevancia para los tiburones, que han estado migrando por los océanos durante cientos de millones de años. Estos tiburones no emigran para encontrar un trabajo mejor pero sí hay ocasiones en las que este movimiento está influenciado por la búsqueda de una mejor calidad de vida, al igual que ocurre en los humanos. Principalmente, estos tiburones migran en busca de alimento. Las zonas de aguas abiertas e internacionales, aunque presentan altos riesgos debido a la pesca intensiva, también son ricas en presas que forman parte de la dieta de los tiburones sedosos, como peces pelágicos y cefalópodos. Esta búsqueda de recursos alimentarios es esencial para su supervivencia y reproducción, ya que las áreas donde se encuentran habitualmente pueden no proporcionar un suministro constante de alimentos durante todo el año.
Otro motivo importante para la migración de los tiburones de esta especie es la reproducción. Los tiburones sedosos tienden a desplazarse a largas distancias para encontrar áreas adecuadas para el apareamiento y la cría. Estas áreas a menudo están situadas en aguas más cálidas y productivas, que ofrecen condiciones óptimas para el desarrollo de los embriones y la supervivencia de las crías. Las migraciones reproductivas ayudan a asegurar que las nuevas generaciones nazcan en un entorno favorable, aumentando sus posibilidades de supervivencia en las primeras etapas de vida.
La migración también puede estar influenciada por la necesidad de evitar depredadores y otras amenazas, incluida la pesca humana. Los tiburones sedosos se desplazan a través de diferentes jurisdicciones marítimas, a menudo buscando refugio en áreas menos frecuentadas por la pesca industrial. Este comportamiento de evasión les permite reducir el riesgo de captura y mortalidad, especialmente en zonas donde la presión pesquera es intensa. Las migraciones de larga distancia, como la de Genie, reflejan la adaptación de los tiburones sedosos a un entorno marino cada vez más cambiante y peligroso debido a las actividades humanas.