En un reciente e inusual encuentro de mundos cinematográficos, Werner Herzog, el aclamado director conocido por sus profundas exploraciones de la ambición humana frente a la inquebrantable fuerza de la naturaleza y películas como Nosferatu: Phantom der Nacht, se aventuró a ver los primeros treinta minutos de la película 'Barbie'. Este choque de realidades no solo provocó una reacción visceral en Herzog, quien describió su experiencia como "presenciar el infierno lo más cerca posible", sino que también ha suscitado un amplio debate sobre la interpretación y el valor cultural de la obra dirigida por Greta Gerwig y protagonizada por Margot Robbie.
El presentador Piers Morgan pidió al legendario director, en su programa de entrevistas Uncensored, según señala Variety, que opinara sobre el fenómeno Barbenheimer, pero Herzog no era un experto en el tema. El cineasta de Grizzly Man y Aguirre, la cólera de Dios nunca llegó a ver la épica sobre la bomba atómica de Christopher Nolan y parecía estar helado hasta los huesos después de ver sólo 30 minutos de la exitosa comedia de Mattel de Greta Gerwig.
Una perfección infernal
“Aún no he visto Oppenheimer pero lo haré. De Barbie logré ver la primera media hora”, dijo Herzog. “Tenía curiosidad y quería verla por eso y todavía no tengo una respuesta, pero tengo una sospecha: ¿será que el mundo de Barbie es un infierno? Por una entrada de cine, como público, puedes presenciar el infierno lo más cerca posible”, sentenció Herzog. Destacando la habilidad de la directora de Barbie de representar un lugar aparentemente colorido y feliz pero que en realidad puede llegar a ser asfixiante.
Este enfrentamiento entre dos mundos cinematográficos tan dispares, que ha sido interpretado como una enorme crítica por parte del director, puede que en realidad implique un significado más profundo e incluso una crítica, que no con la intención de criticar, del propio Herzog.
Mientras que las obras del director suelen indagar en las profundidades de la condición humana y la naturaleza, Barbie se presenta como una celebración vibrante y a veces crítica de la vida contemporánea y los roles de género. La reacción de Herzog podría interpretarse menos como un rechazo a la estética de la película y más como una preocupación por los mensajes que transmite y el mundo que representa.
Sea como fuere, Barbie ha recaudado más de 1,4 mil millones de dólares en todo el mundo. En este cruce de perspectivas cinematográficas, sirve como recordatorio de que las películas no son solo entretenimiento; son espejos que reflejan nuestro mundo, nuestras culturas y a nosotros mismos; independientemente de si uno ve a Barbie como una representación colorida de la perfección o como un comentario más profundo sobre las normas sociales.