Dwayne Johnson se paró en los Premios Óscar para charlar con la prensa sobre su traumático paso por DC y la manera en la que sus planes con Black Adam, un filme que fue acusado de fraude en sus resultados en taquilla y que recaudó mucho menos de lo que esperaba, han fracaso estrepitosamente según los criterios de Warner. Para Johnson, que no está en los planes de James Gunn y Peter Safran, la salida de Henry Cavill como Superman y el traspiés de la película van unidas irremediablemente.
Dwayne Johnson sobre la salida de Henry Cavill como Superman: 'Me arrebataron a mi quarterback y hundieron Black Adam'
"Todo lo que puedo hacer, y todo lo que pudimos hacer cuando estábamos haciendo Black Adam, fue dar lo mejor de nosotros y rodearnos de las mejores personas y ofrecer la mejor película que pudimos", ha confesado Johnson a Variety.
"Nuestro puntaje de audiencia estaba en los 90 y el público estaba encantado. Es cierto que los críticos nos dieron un par de tiros, pero son solo negocios", remarca el actor, que intenta hacer ver que la crítica fue un poco culpable del traspiés en taquilla de su proyecto.
Pero hay más lecturas. Dwayne Johnson intentó que Henry Cavill hiciera un cameo como Superman en Black Adam, anticipando el gran combate entre ambos superhéroes del cómic, intentando redescubrir la saga de DC en el cine y plantando la semilla para futuras secuelas. El público se lo tomó bien, pero resultó que James Gunn y Peter Safran, responsables de DC Studios, tenían otros planes. El cameo largamente trabajado careció de sentido, y Cavill abandonó de nuevo la capa de Superman.
"Aquello fue casi como cuando tienes un equipo de fútbol profesional y tu quarterback gana campeonatos y tu entrenador gana campeonatos y luego llega un nuevo propietario para el equipo y dice: ‘No es mi entrenador, no es mi jugador. Voy a ir con alguien nuevo'", explica haciendo un símil con el fútbol, y lamentándose de la falta de comunicación y el embrollo que generó. Gunn, con una hoja de ruta para 10 años en DC Studios, decidió no contar con el actor apenas unos días después de que se estrenase en cines Black Adam, generando un conflicto entre los espectadores, que se dieron cuenta que los ambiciosos planes de Johnson, con un filme que iba a cambiar la jerarquía de DC, eran simplemente palabrería. La taquilla de Black Adam impidió una secuela al corto plazo y el proyecto de una de las figuras de Hollywood más importantes, se hundió rápidamente.