Cocaine Bear ('Oso vicioso') ni siquiera sea ha estrenado en salas de cine y ya le ha salido competencia. Mark Polonia, uno de los cineastas más desenfrenados que hemos visto en la industria, tiene ya lista y preparada Cocaine Shark, una nueva historia de tiburones que no es que roce la comedia, es que abraza el absurdo de un modo que cuesta creer que la película en sí exista. El largometraje nos cuenta cómo un capo de la droga lanza a las calles una nueva sustancia muy adictiva conocida como HT25, que se consigue, básicamente, a través de tiburones. Lo único malo es que causa una serie de efectos secundarios altamente peligrosos, uno de ellos es convertirse en un monstruo sediento de sangre, por ejemplo.
Cocaine Shark es la serie B más descarada que hemos visto, pero nos encanta
"Tras una extraña explosión, un ejército de tiburones afectados por esa sustancia prohibida desatan el caos por el mundo. La única esperanza reside en un grupo de personas cuyo único objetivo es detener la horrible carnicería que estos mutantes están llevando a cabo". Lo mejor del tráiler es que los tiburones ni siquiera parecen tiburones. Tienen un aspecto horroroso que más bien parecen salidos de una especie de spinoff de La cosa de John Carpenter.
Los valores de calidad del filme son muy bajos y dejan mucho que desear, prácticamente parecen hechos en una escuela con el mínimo de recursos posibles. Sin embargo, los planteamientos tan locos y macabros que hace Mark Polonia calan bien entre los veteranos de la serie B y se convierten en placeres culpables para muchos. Sharknado tiene la culpa...
Aunque no lo parezca, Cocaine Shark está compuesto por un buen grupo de artistas: Samantha Coolidge, Ryan Dalto, Natalie Himmelberger, Titus Himmelberger, Jeff Kirkendall, Noyes J. Lawton, Mark Polonia, Kyle Rappaport y Ken Van Sant serán las caras principales del proyecto que se estrenará el próximo 7 de julio en formato digital. Cocaine Bear, por su parte, llegará a salas el 5 de abril de la mano de Elizabeth Banks. En este caso, la historia se basa en hechos reales (por mucho que cueste creerlo) y se presenta con la siguiente premisa: "Un varipinto grupo formado por policías, delincuentes, turistas y adolescentes converge en un bosque de Georgia donde un oso negro de 500 libras se vuelve loco después de ingerir cocaína sin querer, que cayó del avión de un narcotraficante".